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Lo más urgente es reconstruir el corazón de la humanidad

Seminario del Rector sobre la situación de los refugiados

Millones de personas que necesitan protección llaman desde hace tiempo a las puertas de Europa. Son personas que huyen de guerras, de conflictos naturales o de situaciones que llevan a violaciones de derechos humanos.

Dos centenares de personas se concentraron en un atestado Hemiciclo de Letras para asistir ayer lunes al seminario del Rector “Reflexiones políticas sobre la situación de los refugiados”. Carlos Berzosa Alonso-Martínez, Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, exrector de la Universidad Complutense, y Presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, y el filósofo Francisco Jarauta, Catedrático de la Universidad de Murcia, abordaron la cuestión y pusieron sobre el tapete diversas cuestiones de este tema dramático. La actividad estuvo moderada por la profesora María Teresa Vicente Giménez.

Condenados a morir

Intervino en primer lugar María Teresa Vicente para reclamar un cambio en la política de frontera y represión que actualmente se da en Europa respecto de estas gentes, y propuso optar por una política de salvamento, acogida y protección. “¿Por qué no los dejamos entrar en ferry (se preguntó) y los obligamos a ir con mafias, condenando a muchos a morir?”.

La profesora se hizo otras preguntas de calado: “¿Qué pasa con Europa, por qué hemos abandonado a esta gente, por qué nos hemos olvidado de los Derechos Humanos?”. Se lamentó de que los valores centrales de la sociedad no sean la solidaridad ni los Derechos Humanos, sino el consumo y la tecnología, y aseguró que “si no cambiamos, no tendremos la fuerza suficiente para afrontar estos problemas”.

La Europa de los mercados, no la de la solidaridad

Se refirió a continuación Carlos Berzosa de la dramática situación de los refugiados, y aseguró que en Europa se les niega la entrada, y comentó el hecho de que en España se acordó a acoger a 17.000 personas, pero tan sólo lo han hecho con mil.

Según Berzosa, la mayor parte de los refugiados están en los países limítrofes a los de la crisis, lo que ha provocado que sean precisamente Turquía, Pakistán o Líbano, cuyos PIB son muchos más bajos que el de los países europeos, los que más refugiados han acogido. “Esta Europa –dijo- es muy cicatera a la hora de acoger refugiados”, y aseguró que “La Europa que estamos creando ha tenido una política para favorecer a los mercados, pero nunca se ha hecho una política social”. El modelo social europeo, aseguró, es un modelo de derechos, pero ahora se ha venido abajo, “y el estado del bienestar se está rompiendo”.

Europa como parapeto

En su intervención, Francisco Jarauta, afirmó que si hoy construyéramos mapas de la inmigración mundial, veríamos que “Europa actúa como parapeto” de los refugiados. “Somos la Europa de las aduanas”, afirmó, y calificó todo lo que está sucediendo en torno a los refugiados como de inhumano por parte de los países ricos.

Afirmó que “la guerra es una máquina de desplazamiento cruel”, y describió la situación de los habitantes de los campamentos de refugiados de trágica: “son seres descontextualizados, sin destino ni esperanza, que no existen para los demás”. “Se me ocurren pocas cosas más humillantes –dijo- que encontrar a un sirio en la puerta de la tienda de un campamento de refugiados guardando un profundo silencio como símbolo del olvido al que se le tiene relegado”.                En esta situación de ignorancia y olvido por parte de todo un continente, Jarauta se refirió a una luz: “Hay que destacar –dijo- la generosidad griega”. “Los llamados antisistema griegos, los anarquistas, han sabido construir nuevas formas de solidaridad”, en contraposición, destacó a los húngaros y polacos como “el paradigma de la exclusión”.  “Los anarquistas griegos –dijo- han ocupado el hotel City Plaza de Atenas, que estaba abandonado, y han acogido a 450 refugiados”, y aseguró que “las formas de solidaridad están por inventar”.

“La guerra siempre estuvo asociada al mal, pero ahora, la guerra tiene que ver con el poder”, dijo.

“Detrás de cada refugiado existe una historia”, dijo, y afirmó que se trata de una situación extremadamente grave, “no podemos aceptar que haya gente vapuleada por las mafias”, y se lamentó de que mientras dure el buen tiempo estamos condenados a que hayan oleadas de refugiados.

Se refirió a la extrema insolidaridad que ha demostrado el gobierno español, y se lamentó de que las fuerzas de izquierda no han creado una fuerza moral sobre la situación del refugiado.

Habló de que, si bien existe una macro insolidaridad por parte de los países, sí que se puede hablar de micro solidaridad, y que en Vitoria, Valencia y otras localidades, se están creando pequeños espacios que todavía siguen siendo acogedores. “Lo micro, el barrio, la ciudad, es lo más real y dónde se pueden organizar políticas de solidaridad”.                 “Es hermoso –dijo- ver a miles de voluntarios, gente joven que quiere ayudar”, y se refirió a una idea expresada por una chica danesa en un congreso: “Lo más urgente es reconstruir el corazón de la humanidad”, “en caso contrario –dijo- hemos abdicado de nuestra humanidad”.

Imaginando el mundo

Cerró las intervenciones el Rector José Orihuela, que aseguró que “en la Universidad de Murcia somos conscientes de la importancia de este problema”, dijo, y añadió que “todas las ideas son bienvenidas, y pondremos en marcha las que nos digáis”, aseguró dirigiéndose a los numerosos estudiantes que poblaban el local. “Sois los jóvenes, los que tenéis que empujarnos para ayudar a esta gente”.

El Rector afirmó, finalmente, que, a diferencia de otros seminarios, proponía como mejor manera de cerrar este coloquio, escuchar “Imagine”, la canción de John Lennon: “Todos tenéis móvil, y la podéis escuchar como colofón a cuanto se ha dicho aquí”.

Y la sala se llenó de gente que imaginaba un mundo sin países, un mundo viviendo la vida en paz, “Imagínate a todo el mundo, compartiendo el mundo”, proponía John Lennon.  “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros, y el mundo será uno solo”…