Llegar a la audiencia en las mejores condiciones

No vale todo. No debe valer todo. Tengamos en cuenta un cierto orden, y procuremos que la coherencia sea la máxima con la que nos relacionemos cada jornada. En toda comunicación, lo primero y principal es dar con las claves de aquello que queremos contar, así como disponer también de las llaves necesarias para llegar a la potencial audiencia. Creemos que, en ese tránsito, no vale todo. Hay que empatizar con los consumidores de la información, pero no a cualquier precio. Hay una responsabilidad formativa y de carácter deontológico con la cual los periodistas hemos de trabajar constantemente. Los valores de cesión, de entendimiento mutuos, de intermediación, de equilibrio, de templanza, de moderación, de generación de una determinante pro-actividad en ambos lados del proceso comunicativo, etc., son aspectos fundamentales que hemos de trabajar y de defender, siendo conscientes de la necesidad de escuchar a los demás, a los otros, así como de tener en cuenta varias fuentes de conocimiento, y de cuidar, igualmente, tanto las formas como las aproximaciones a la realidad misma que queremos retratar.

 

No es fácil esto que señalamos, fundamentalmente en este mundo de prisas, de instantaneidad y de propósitos cuantitativos más que cualitativos. Las propias estructuras de organización empresarial y de funcionamiento mediático-social condicionan muy mucho los mensajes en su elaboración y/o presentación. Acerca de ello reflexionamos cada día, o procuramos hacerlo, sabiendo que dejamos muchas incógnitas, que abrimos muchos caminos, que planteamos muchas dudas. Quizá con ellas, y con la propia complicidad de la ciudadanía, seamos capaces de arbitrar algunas fórmulas de acercamiento y de realización del oficio diario del periodista, que, como no hemos de olvidar, está al servicio de la sociedad al completo.
En los deberes del profesional de la información, debe haber un eje principal: ante todo, creo que debe servir, esencialmente, para concienciar a toda la ciudadanía, y, antes que eso incluso, para cohesionar a todos los que tenemos interés, relación o anhelos de trabajar por mejorar la presencia de los diversos colectivos en los medios de información masiva, que han de respetar unas reglas y de proteger los intereses colectivos y, asimismo, los de los más débiles.
Creo que, globalmente, se cumplen las funciones encomendadas de formar, informar y entretener desde la responsabilidad, pero lo que ocurre es que hay determinados formatos, soportes y programas que gozan de más presencia, predicamento y seguimiento por parte de audiencias mayoritarias, y eso hace que haya distorsiones en las apreciaciones que llevamos a cabo. Hay demasiados ruidos. La visión es que todos los programas son malos a la hora de presentar a la audiencia a las víctimas de una serie de acontecimientos. Lo cierto es que muchos de los que tienen “óptimos shares” no hacen las cosas todo lo bien que deberían, pero hay mucha información e ingentes procesos comunicativos con un escaso seguimiento, poco rentables económica y socialmente, que pasan desapercibidos, a pesar de hacer una loable labor. Debemos cambiar algunos de los hábitos en el consumo comunicativo y procurar que tengan más visibilidad los espacios más deseables. Es una manera de protegerlos y de hacer que se expandan más y más.
La existencia de foros comunicativos puede ser un cimiento vertebrador. Conviene que hagamos un repaso de lo que estamos haciendo y de por qué. Mudemos los usos que dañan nuestro trabajo informativo y realicemos todo lo posible por mejorar los tonos, las formas y los mismos mensajes. Desde luego hay que huir de excesos y de estridencias, y para eso hemos de advertir la tarea del periodista como lo que es, de puro servicio público, dejando atrás la premisa de que sólo está para alcanzar las máximas cotas de seguimiento por parte de una audiencia desnaturalizada a conciencia. Indudablemente, podemos mejorar en abundancia y en calidad. Sigamos adelante. El intento de acercarnos, de negociar, de ser en las mejores condiciones comunicativas posibles es mucho más que una iniciativa. Veamos sus resultados.