La profesión periodística, en la encrucijada de la crisis como oportunidad

La crisis económica, y seguramente también de valores, por la que atravesamos en los últimos años ha llevado al Periodismo a una coyuntura llena de incógnitas, pero también de oportunidades, al tiempo que nos planteamos la necesidad de nuevas herramientas de trabajo para mejorar e implementar el panorama actual. Parece lógico que, en cualquier profesión, también en la periodística, nos vayamos dotando de instrumentos emergentes.

 

 

Una de las propuestas más importantes realizadas en el marco de la FAPE, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, era y es promover una nueva realidad en nuestras asociaciones profesionales. Nos referimos a los Colegios Oficiales. Con ellos pretendemos tener más visibilidad, más prestigio, más presencia social, al tiempo que nos hemos marcado contribuir a la mejora formativa del sector y a promover una nueva conciencia respecto de nuestra profesión a través de una normativa deontológica, que hemos de fomentar y hacer cumplir como base del futuro de nuestro gremio.

Prueba de la buena marcha y de la buena gestión de todo este nuevo proceso es la creación del Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia, que comenzó su andadura el pasado 18 de Mayo con su primera Junta de Gobierno. El Colegio ha sido emprendido desde la Asociación de la Prensa de Murcia, que tiene 103 años. Las dos entidades van a existir en conexión, con lo cual se va a unir la impronta y presencia social de un instrumento bien implantado en esta Región a la modernidad de un nuevo organismo, que añadirá estructura y fuerza a un sector necesitado de ambas.

Aunque su vinculación y pertenencia no es obligatoria, aspira a ser, como ya se indicó en el pasado informe del mes de Diciembre (véase correo dirigido a todos los presidentes y presidentas), una referencia social en los principales asuntos que atañen al sector y que hay que solventar, esto es, la precariedad, los bajos salarios, el intrusismo, la caída de la calidad y de las condiciones de trabajo de los profesionales, las condiciones y circunstancias de las nuevas rutinas laborales que surgen con Internet, etc.

Como quiera que la iniciativa de Murcia posee la virtud de tratar de unir al sector, se observa como un proceso que puede servir al resto de regiones españolas, algunas de las cuales están ya poniendo en marcha procesos similares. Es el caso de Castilla-La Mancha, de Castilla-León, de Madrid, de la Rioja, de Andalucía y de Canarias, que, tras las reuniones mantenidas con sus representantes locales y con sus líderes políticos, han emprendido las negociaciones y las consultas precisas para desembocar en la constitución de unos nuevos colegios, alguno de los cuales podrían ser una realidad a comienzos del año próximo. La Junta Directiva de FAPE, como ya os hemos venido informando, ha ido tratando con responsables de las diversas Asociaciones y con los representantes políticos encuentros en este sentido y con el deseo de promover lo antes posible los colegios en cada demarcación territorial. Hay un convencimiento profundo de que estas flamantes realidades, que están por venir de manera mayoritaria en este ámbito, supondrán un revulsivo para el sector.

Vertebrar y unir al sector periodístico

Las regiones con varias provincias, como sabéis, deben emprender el proceso de consensuar con las Asociaciones de la Prensa ya existentes, o  bien en el seno de las propias federaciones, la Ley constituyente de sus respectivos colegios, reconocidos como una entidad de vertebración de determinadas profesiones en el artículo 36 de la Constitución española.

El consenso y la unión del sector se tercia como la base de todo este proceso, a la vez que una necesidad, puesto que nos aportan un valor esencial en un momento de especial crisis, que se suma la ya existente en el ámbito de los medios de comunicación desde hace una década.

Tras las reuniones mantenidas desde la Junta Directiva de la FAPE con los Presidentes de las antedichas comunidades autónomas, en proceso de gestación de los colegios, todos han expresado su apuesta por estas nuevas entidades, puesto que consideran que pueden ser, que serán, unos interlocutores válidos a la hora de negociar las situaciones en las que laboran miles de profesionales sometidos a las leyes de un mercado “sin ley”.

Como ejemplo de todo este proceso está la Asociación de la Prensa de Madrid, que podría convertirse, al comienzo del próximo año, en el cuarto Colegio de Periodistas de España, junto a los de Cataluña, Galicia y Murcia. Ahora, de lo que se trata es de ajustar mecanismos de conexión con la FAPE, de modo que cumplamos ese aserto de que la unión hace la fuerza, en este caso a través de un instrumento que nos puede insuflar más presencia social, como ya se ha dicho.

En este sentido, y como demostración de todo el proceso que debemos seguir, tras el período estival, la FAPE y el Colegio Oficial de Periodistas de Murcia firmarán un acuerdo de vinculación y de colaboración que establezca la cooperación mutua en temas comunes y la representación de sus respectivos intereses en las diferentes esferas de actuación.

La formación será otra de las áreas donde van a tratar de incidir los colegios, y, con este anhelo, la FAPE y las diferentes organizaciones territoriales deben diseñar, y ya están confeccionando, todo un programa de reciclaje profesional y de incorporación a las nuevas tecnologías, al tiempo que, como quiera que hay que recuperar parte de la confianza perdida por el ciudadano, convendría poner en marcha programas de fomento de la lectura de la prensa en la escuela, en sus versiones papel y de Internet, así como planes de acercamiento a la realidad de los medios audiovisuales, en la idea de conseguir una conciencia más pro-activa y crítica a la hora de demandar mejoras en las diversas programaciones y ofertas periodísticas.

A la vuelta del verano es evidente que hay que emprender mesas sectoriales de trabajo con el fin de contribuir a la mejora de la realidad de los profesionales y de sus correspondientes empresas informativas. Por eso consideramos preciso que demos un impulso a los Colegios, tanto en las regiones donde ya se ha emprendido el proceso, como en aquellas donde hay que apostar por mesas previas de negociación.

Como han demostrado la mayoría de los profesionales consultados en algunas Asociaciones de comunidades como la andaluza o la castellano-manchega, los periodistas demandamos una nueva imagen y una nueva coyuntura para un sector que vive despidos y reducciones de personal, y que, con la caída de las audiencias, cada vez más fragmentadas, y de la publicidad y de los impactos de ésta, no apunta hacia un horizonte halagüeño.

Quizá, como ya se ha dicho, los Colegios no serán la panacea, pero sí son una nueva herramienta de trabajo en un sector que ha pecado de demasiados silencios ante lo que ocurre, y, como se suele decir, el silencio, en éste y en otros casos, no es rentable, nunca es rentable. Los Colegios Oficiales de Periodistas, como dinámica de trabajo en toda España, ya comienzan a ser una realidad. Ahora se trata de dotarlos de contenido, y ahí todos somos necesarios. Todos, todas. Si alguien tiene alguna duda, que trate de hablarla y de comentarla con los demás. El secreto a voces que hemos de hacer realidad tiene que ver con practicar eso en lo que tanto creemos: la comunicación. Miremos con optimismo a un gremio que está en la misma base del crecimiento democrático de las sociedades más avanzadas.