Julio Llamazares

La poesía es el género que poliniza todo, si no hay poesía no hay literatura (Julio Llamazares en su coloquio de Unimar)

En Rinconete y Cortadillo ya están presentes Bárcenas, Urdangarín, Rodrigo Rato…

 (Julio Llamazares posa junto a una obra del artista Manuel Coronado. Foto: Ana Martín)

Ayer, jueves 13 de octubre, con el título “Sobre el Quijote y otros libros”, se celebró en Lorca una nueva conferencia extraordinaria organizada por la Universidad Internacional del Mar. En un animado coloquio sostenido con el profesor de la UMU José Belmonte, el escritor Julio Llamazares habló sobre el oficio de escribir, sobre la pasión que lleva a algunas personas a plasmar otras vidas en un papel y sobre algunos de sus libros preferidos, en especial la inmortal creación de Cervantes, cuyos viajes quijotescos fue invitado a imitar el año pasado, tal y cómo lo había hecho un siglo antes Azorín.Considerado una de las voces más líricas de la narrativa española, Julio Llamazares, posee una extensa bibliografía  que se extiende desde los comienzos de los años 80 y en la que se dan cita novelas como “Luna de lobos” o “La lluvia amarilla”, libros de relatos: “El cielo de Madrid”, “Distintas formas de mirar el agua”, libros de ensayo que recopilan su extensa obra periodística, poesía, guiones cinematográficos y  libros de viaje.

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El escritor Julio Llamazares en un momento de su intervención. Foto: A. M.

La escritura como pasión

Afirmó Llamazares admirar otras profesiones  “para las que no estoy ni siquiera capacitado”, “pero escribir es algo vocacional –dijo- que te permite hacer de tu pasión tu vida y de tu vida tu pasión, lo cual es un privilegio”.

En un día que se había anunciado el premio Nobel de Literatura para Bob Dylan se refirió a los premios literarios para afirmar categórico que “todos los premios sobran, salvo los que permiten descubrir a gente nueva, que nadie conocería de otra forma”.

El autor de “La lluvia amarilla” predica con el ejemplo, porque este mismo año, al enterarse de que era finalista al premio de la Crítica de Castilla y León, lo rechazó, anunciando que, en caso de obtenerlo, renunciaría a él. “Hay escritores llenos de medallas y distinciones, que parecen militares, pero yo no escribo para competir”, dijo. “¿Cómo van a comparar dos premios literarios si cada escritor es único y va por su cuenta?”, se preguntó. “Los premios no tienen nada que ver con la literatura, que es un acto íntimo, de alguien que, en soledad, plasma lo que le apasiona”, y aseguró que “nunca me ha preocupado que me den un premio, mi único deseo es que me lean”.

Una herramienta para cada voz literaria

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Llamazares firmó ejemplares de sus libros tras su intervención. Foto: P. V.

Advirtió el profesor Belmonte que, a pesar de los muchos géneros cultivados por Llamazares a lo largo de su vida como escritor, se puede rastrear su estilo en todos ellos, “se puede afirmar –dijo- que hay un único Llamazares a pesar de los muchos géneros”.  A lo que el escritor le dio la razón: “los géneros son únicamente herramientas para escribir, no advierto más cambios en mi escritura que los estilos propios de cada género”, para comentar que, como hace un agricultor, “escojo la herramienta que mejor se adaptará a lo que voy a contar”, y respecto a la variedad de géneros cultivados, dijo: “Soy como un flamenco que toca todos los palos”.

Llamazares afirmó que existe por encima de todos los géneros uno que sobresale, y que es necesario para cualquier labor literaria: “la poesía es el género que poliniza todo, si no hay poesía en la escritura, no hay literatura”, y afirmó que “el noventa por ciento de lo que se publica en España no es literatura, no contiene un gramo de poesía”.

“La poesía –añadió- es un misterio que hace que las palabras signifiquen más de lo que en realidad significan”, y definió la literatura como “el misterio de la palabra”.

Se refirió Llamazares a la escasa afición a la lectura que se detecta actualmente, y recordó una anécdota en la que, tras haber sido invitado a un coloquio con jóvenes, el organizador le dijo que no hablara de Literatura, ya que, en ese caso, los chicos se aburrirían.

La pasión por escribir

Aludió a que el primer contacto con la literatura que suelen tener los jóvenes, en el colegio, es por obligación, “lo que sin duda genera rechazo”.  Según el escritor existe  una mitificación de la literatura, como si se tratara de algo muy elevado, y eso produce cierto temor a irrumpir en la lectura de obras literarias, “es como si hubiera que leer de rodillas, con excesivo respeto, y nada más lejos: leer es una fuente de placer, como ir al fútbol o ir al bar, y así hay que enfrentarse a ello”.

Y probablemente la cúspide de esta excesiva reverencia, comentó, la constituya el Quijote, un libro que hay que tener cierta preparación para entender: “Cada cosa tiene su tiempo –dijo-, y el Quijote no se puede disfrutar de niño, igual que no se puede dar a un bebé un cocido, por muy rico que esté”. “El Quijote –dijo- se ha sacralizado tanto que se ha desnaturalizado, por lo que la gente se acerca a él con miedo”.

Habló largamente el autor de los íntimos motivos que impulsan a cada persona a escribir, y fue categórico cuando dijo que “uno escribe porque está en desacuedo con el mundo, por eso ni Bárcenas ni Ronaldo escriben, porque son felices con su realidad”.

Afirmó que “la conciencia del paso del tiempo es el motor de la literatura, si fuéramos inmortales no escribiríamos”, y comentó que “un buen escritor no es más que alguien que tiene buen oído, escuchando –dijo-, se aprende la música de las palabras y se detecta la médula de un país”.

Tras los pasos de don Quijote

Al igual que había ocurrido con Azorín a comienzos del siglo XX, cuando el director de El Imparcial encomendó al escritor del 98 un viaje por las rutas de Don Quijote, Juan Cruz, director adjunto de El País, le encargó en 2015 realizar otro viaje por las mismas rutas que el Caballero de la Triste Figura para rastrear la pervivencia del eterno mito.

Durante más de un mes, Julio Llamazares recreó en las páginas del diario uno de los grandes viajes de la ficción: una ruta literaria que se inicia en Madrid, alcanza Sierra Morena, se detiene en La Mancha y Zaragoza, y concluye en la playa de Barcelona, donde el caballero andante se enfrentó al de la Blanca Luna. Armado con cuadernos, libros y lápices, el autor recorrió una ruta donde las antiguas ventas se habían transformado en hamburgueserías, en un recorrido que le devolvió una y otra vez a la novela de Cervantes, como antes había ocurrido a Azorín: “A Azorín el director de El Imparcial le dio un revolver y un sobre con dinero, a mí no me hizo falta el revólver, porque ahora las rutas son más seguras, y tampoco el sobre, pues hay cajeros en toda la ruta que realizó don Quijote”.

Aludió también a la importancia literaria de los libros de viajes: “Todos los libros fundacionales son libros de viajes: el Éxodo, la Odisea, los viajes de Marco Polo, la Anábasis, El cantar del Mío Cid, los viajes de Julio Verne, las crónicas de Indias, y por supuesto el Quijote”, y afirmó que “La literatura en estado puro es la literatura de viaje”. “Esta en la esencia de la condición humana el contar lo que se ha visto a los que no lo conocen”, y ahí está ahora Facebook y las redes sociales, que son el perfecto exponente de esto.

Comentó Llamazares que ahora todo lo que teóricamente estuvo en la ruta de don Quijote “se ha convertido en una especie de parque temático” en el que se intenta aprovechar el filón que constituye su teórica presencia.

Se refirió también a la eterna actualidad del texto de Cervantes: “Si uno lee con atención el Quijote se da cuenta de que todo lo que está pasando en la actualidad está ya contado en esta novela”, y citó el discurso de Sancho Panza que, tras abandonar la ínsula Barataria, en la que había actuado como sabio y prudente gobernador, afirmó que no se había beneficiado de su cargo: “desnudo entré en él y desnudo salgo, al contrario que los gobernadores de otras ínsulas”, algo que deberían aplicarse los políticos actuales.

Se quejó de que los españoles no leemos con atención a los clásicos, que su literatura trasciende su propio tiempo, y afirmó que “en el patio de Monipodio de Rinconete y Cortadillo ya están presentes Bárcenas, Urdangarín, Rodrigo Rato… todos”.

Afirmó que mientras otros países han aportado la ópera, distintas formas de pensamiento, inventos o movimientos artísticos, “las máximas aportaciones de España a la cultura han sido la Picaresca y el Esperpento”, y concluyó que “la literatura arroja luz sobre nuestra manera de ser individual y colectiva, la literatura es la memoria histórica de un país”. “España no ha cambiado nada, en la forma de ser los españoles en los siglos que han transcurrido desde entonces”, aseguró.

 

En primera persona

Escribir permite hacer de tu pasión tu vida y de tu vida tu pasión

Nunca me ha preocupado que me den un premio, mi único deseo es que me lean

La poesía es el género que poliniza todo, si no hay poesía no hay literatura

Leer es una fuente de placer, como ir al fútbol o ir al bar

El Quijote  se ha sacralizado tanto que la gente se acerca a él con miedo

Uno escribe porque está en desacuedo con el mundo, por eso ni Bárcenas ni Ronaldo escriben

La conciencia del paso del tiempo es el motor de la literatura,

En Rinconete y Cortadillo ya están presentes Bárcenas, Urdangarín, Rodrigo Rato…

La literatura es la memoria histórica de un país

 

 

 

 

2 pensamientos sobre “La poesía es el género que poliniza todo, si no hay poesía no hay literatura (Julio Llamazares en su coloquio de Unimar)”

  1. Es muy valiosa la amplia información que nos ofrece de la conferencia de Julio Llamazares, quién considera al inmortal Quijote su lectura preferida.
    Explicando que es la poesía, de forma sencilla y accesible al profano e interesado en ella.
    La escritura como pasión… hacer de tu pasión tu vida, de tu vida tu pasión… Sencillo y sublime.
    Sus viajes siguiendo los pasos del Quijote.
    Esta entrada sí es un privilegio para los interesados y amantes de la literatura.

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