Ipanema

La cafetería Ipanema cierra sus puertas

Durante medio siglo ha sido lugar de encuentro de miles de universitarios

Un total de diez promociones de universitarios han pasado por su barra y por sus mesas. Durante 49 años fue el refugio entre clases para estudiantes y profesores, el lugar para descansar después de una intensa jornada o en el que tomar un café reparador antes de un examen.

Ante sus tapas, expuestas siempre en una interminable barra que invitaba a la degustación perenne, se ha debatido sobre política, sobre la universitaria y sobre la otra; en su interior se han vertido ilusiones y también desengaños; se ha planificado el futuro, los planes de fin de semana y los planes de toda una vida; se han forjado sueños o encajado fracasos.

Miles de alumnos se han intentado reponer en sus mesas de jornadas agobiantes y han hallado allí su añorado “relaxing cup”. Y probablemente más de un profesor haya preparado algún examen mientras alguno de sus alumnos le miraba de reojo intentando captar alguna señal.

Ipanema se antoja un lugar tan íntimamente relacionado con la Universidad de Murcia como el pozo del claustro o la escalinata de Letras. A veces era lo primero que conocían los flamantes universitarios del campus universitario. Porque el Campus de la Merced limitaba al noroeste no con la elegante y majestuosa torre de la facultad de Derecho, sino con la cafetería Ipanema, que ampliaba el territorio universitario unos metros más allá del estricto recinto académico.

Quien esto suscribe conoció Ipanema cuando aún era un bar relativamente joven. A finales de los años 70 era el lugar propicio en el que tomar una cerveza o un café junto a las personas más insospechadas –universitarios siempre- con quien poder charlar un rato antes de volver a la tarea de nuevo. En aquella época, un par de ensaladillas y dos cañas costaban 65 pesetas, la manera más barata de matar el gusanillo a mediodía, antes del almuerzo.

Ahora, ese lugar tan especial para tantos y tantos universitarios, cierra sus puertas. Unas puertas que habían estado abiertas ininterrumpidamente desde 1967. Hasta hoy, viernes 29 de julio, que las abrirá por última vez.

Fue la cafetería universitaria por antonomasia, el lugar en  el que se producía la más perfecta mezcolanza entre profesores, alumnos y personal de administración. Centenares de aquellos estudiantes universitarios que tomaban su aperitivo en ella forman parte hoy de la Universidad de Murcia. Muchos la echaremos de menos.