Durante años arrancó sonrisas en  su sección “Jonás en el vientre de la ballena”

Naif en la formas y existencialistas en el fondo, así eran los escritos de Manuel Batlle Sales, Manuel B. Many para los miles de lectores que siguieron con fruición durante los primeros años del nuevo siglo sus escritos, unos escritos que tenían tanto de microrelatos como de Haiku. Como en estas composiciones orientales, el asombro y la emoción eran lo que primaban en ellas, y dejaban invariablemente al lector con una sonrisa de sorpresa y un buen sabor de boca. Una buena forma de sumergirse en la lectura de aquella antigua revista Campus volcada en la cultura y el arte.

Many acompañaba sus escritos con unos dibujos tan sencillos en su realización como profundos en su significado y prolijos en sus detalles –ambos eran absolutamente complementarios, sin duda-, que anclaban el significado a la manera de las ilustraciones de Antoine de Saint Exupery que han acompañado desde siempre la lectura de “El principito”, incitando al lector a sumergirse en su contemplación tras haber disfrutado con la lectura.

Su sección se llamaba “Jonás en el vientre de la ballena”. Como este personaje bíblico, Many veía las cosas de este mundo desde su particular atalaya, con una visión privilegiada como pocas: la de su propio mundo interior, que le hacía divisar cosas que muy poca gente podía atisbar ni en los viajes más exóticos.

Así comenzaba Manuel Batlle Sales su sección en el año 2004 invitando al lector a seguirle en su periplo literario:

“Jonás estuvo en el vientre de la ballena. Y Usted está ahora a bordo de un avión. Jonás salió indemne. Aunque su viaje fue incómodo. Usted lo tiene todo a su favor para disfrutar de un viaje placentero.

Veamos lo más importante: relájese. Piense que todo está a su servicio. Para ayudarle en cualquier situación, para entretenerle incluso. Deje suelto todo lo que le aprieta: cinturón, cuello, corbata… Tome cuando pueda un pequeño sorbo de agua. Respire hondo.Relaje la frente, la cara, muy despacio, cuello brazos y piernas. Piense algo bonito, agradable, grato y recréese con cada detalle en su mente. Si le aprietan no dude en deshacerse de sus zapatos, discretamente. Y ahora dispóngase a leer pequeñas historias intrascendentes, muy, muy cortas que, sin ninguna pretensión literaria, he escrito espontáneamente para mis amigos, entre los que, si lo permite, le incluyo”.

El sábado 5 de marzo, nos dejaba para siempre Manuel Batlle Sales, licenciado en Derecho y Económicas por las universidades de Murcia y Autónoma de Madrid respectivamente, director general de varias multinacionales, como Meliá Hoteles. Humanista por vocación y por convicción, y hombre al que nada de la vida le fue ajeno, su natural curiosidad le llevó a abarcar las ciencias y las letras. La astronomía y el montañismo fueron las actividades que le llenaron mientras pudo desarrollarlas. El viaje fue su motor e impulsor vital; él lo describía como una de las más genuinas formas de autoconocimiento.  Pero para tantos lectores que le siguieron durante años en Campus, no dejará de ser aquel firmante de pseudónimo cercano y familiar que durante años arrancó la primera sonrisa, la primera alegría vital, para invitarles a sumergirse en la lectura de aquella publicación.

Descanse en paz.

Enlace a todos los escritos de “Jonás en el vientre de la ballena”:

https://www.um.es/campusdigital/Libros/textoCompleto/jonas.htm