“ ESOS NUEVOS PROFETAS ”

Resulta estremecedor ver danzar esas cabezas cubiertas con impolutos pañuelos alrededor del espigado y rubio joven, que entorna una balada.

Una balada en honor de hombres y mujeres, que siguen vivos en la memoria, bajo los blancos pañuelos de las Madres de la Plaza de Mayo. Unas mujeres que cotidianamente repiten el vallejiano verso de “hay golpes en la vida, yo no sé” .

La danza de los blancos pañuelos se realiza alrededor de Sting, que al igual que otros cantantes ha querido comprometer su voz y música con la época que le ha tocado vivir. Una postura que plantea la vieja polémica de si el arte ha de ser o ha de ser comprometido.

Duro discernimiento, más aún si sabemos el poder de convocatoria de estos hombres y mujeres, que con una guitarra y un micrófono reúnen alrededor suyo ingentes multitudes, al igual que los antiguos profetas. Juan el Bautista aprovechaba los valles y laderas de ríos y lagos para sus discursos, Sting prefiere la grandeza de los estadios de cemento. Al igual que Sting están Bruce Springten, Tracy Chapman, Peter Gabriel, quienes por medio de sus conciertos anuncian la desesperanza, opresión y torturas que habitan en muchas naciones. Su postura no puede juzgarse estéticamente sino estéticamente.

Estos cantantes son seres, que conocedores de su atracción por las masas, han procurado combatir las injusticias sociales de su tiempo con los recursos que más a mano poseen.

Las demás opiniones no les son válidas. Su labor es la de concienciar a miles de jóvenes de la crueldad que padecen muchos hombres, e intentar que la unión haga la fuerza.

En estas ocasiones la música no sirve para marcar el paso militar, ni para levantar barricadas, ni tan siquiera para afirmar y reafirmar el “no nos moverán” . En estas ocasiones la música sirve para plantearle a sus seguidores los males de su tiempo, si es que no se los han planteado todavía.

Los blancos pañuelos de la Plaza de Mayo danzarán muchos años, muchos, para vergüenza de toda la humanidad; pero tras haber escuchado y visto un concierto de Sting muchos jóvenes sabrán que en Argentina no sólo se baila el tango o se le reza a Evita Perón, sino que, tristemente, ha habido muchos crímenes y muertes injustas.

Estos es lo válido de la postura de hombres como Sting y del compromiso de su música. Una actitud que demuestra el gran poder actual de la música. Un poder que resulta estremecedor pero a la vez hermoso.