El teatro para niños de Carmen Conde

El primer teatro para niños de Carmen Conde, lo encontramos en un volumen de piezas cortas titulado La madre de los vientos, fechado en 1935 y firmado con su conocido seudónimo, Florentina del Mar. Son seis obritas dramáticas tituladas: La madre de los vientos (que da título al volumen), El sueño encerrado, Currito y un eclipse, Ángeles de vacaciones, Conflicto entre el sol y la luna y El molino que no obedecía al viento.

Estas piezas teatrales fueron publicadas por separado en diferentes números de la revista La Estafeta Literaria durante el año 1944 , deshaciéndose de este modo el volumen, que tenía proyectada su publicación como tal en Espasa Calpe. En la misma revista y año, publica dos piezas cortas tituladas: Rafael el valeroso (en un primer momento conocido como El mago y las cabecitas) y Vino el Arcángel. Contamos también con otro volumen de obras para niños: ¡Kikiriki!, fechado entre 1935 y 1944 que contiene las siguientes piezas: Tres con un burro, El rey de bastos y las tres hijas del Rey de Copas y Los siete cabritillos y el reloj. El rey de bastos y las tres hijas del rey de copas y Tres con un burro serán también publicados por separado en 1945 por la misma revista La Estafeta Literaria , deshaciéndose de este modo también este volumen de obras dramáticas para niños.. Con Tres con un burro ocurre algo curioso, es tal el protagonismo de la bruja llamada Patitembleque, que Carmen rehace en parte la obra y termina por titularla La bruja Patitembleque. Esto es algo muy común en la autora, rehacer una misma obra dramática para niños, una y otra vez, buscando sus  diferentes posibilidades creativas: cuento, radio, etc. Con respecto a ¡Kikiriki!, existen varias cartas fechadas entre 1935 y 1936 dirigidas a Carmen Conde por Boris Bureba (Presidente de la Sociedad Española de Librerías) en las que se gestiona la publicación del mismo. En una de estas cartas, Boris Bureba (que sirve de intermediario entre la autora y la Editorial Calleja), escribe a Carmen Conde reproduciéndole la respuesta dada por esta editorial:

Estos señores me devuelven dicho original con el informe que a continuación copio: (…)
Para los niños hay escribir poniéndose al nivel de su inteligencia, de sus gustos y de su modo de pensar. Hacer cuentos para que diviertan a los niños, interesen a los mayores y encierren una delicada filosofía para los unos y para los otros, es muy difícil. Por eso no ha habido, hasta ahora, más que un sólo Andersen.
El último argumento Los siete cabritillos y el reloj es una copia de Grimm Los cabritillos y el lobo.
(…) Si entrara en sus miras adaptarse en parte al estilo de los libros Calleja, podríamos llegar a un acuerdo con usted. Digo en parte porque a mi me agradaría que, discretamente, pudiera darse a aquellos libros una tendencia más moderna.
   
Ante lo cual, la autora se defiende del siguiente modo:

En primer lugar, de la sensibilidad de los niños creo que sé yo más que ellos por mi condición primera, de Mujer, luego de Maestra;  en último lugar, el más flojo, de poeta. Sesenta años de experiencia industrial no dan derecho a negarme a mi lo que si no han visto, peor para ellos pues habla muy a favor de su agudeza editorial.
Los libros de Calleja están fuera de la sensibilidad moderna, de mayores y chicos; para algo el cine, y los dibujos animados están funcionando sin la antigüedad de la Casa Calleja.
Para los niños no hay que agacharse, que es la postura intelectual que desde hace años ha adoptado la Editorial Calleja; sino que hay que hablarles con un elevado lenguaje poético para HACER HOMBRES DE FINURA QUE NO SE AVERGUENCEN DE TENER IMAGINACIÓN LÍRICA. Repugna el concepto atrabiliario de sus “sus gustos y modos”, el hecho de referirse a un ingenio extranjero dándolo como norma inamovible para los ingenios nacionales (…)
Los siete cabriíllos y el reloj se encuentra, según el sesudo consejo en un cuento de Grimm, y a mi se me importa un comino; yo he teatralizado una cosa graciosa, y el trabajo es mío Es más que probable que el buen Grimm (…), lo hallara entre las cosas populares que los chicos aprenden de oídas (…)
La autora de ¡KIKIRIKI! no cambiará nunca su manera de hacer literatura “estimable”, por adaptarse al estilo de la editorial Calleja: tiene 27 años y derecho a mirar a los 60 que han rechazado a ¡KIKIRIKI! 

En 1944 y gracias a la editorial Hesperia, publica ¡Aladino! , una adaptación de la famosa narración extraída de Las mil y una noches. La cual, fue llevada a escena el año anterior a su publicación con un clamoroso éxito en el Teatro Español de Madrid, por el Teatro Nacional Lope de Rueda. Redacto a continuación un extracto de la crítica que hizo del estreno, el ya fallecido Haro Tecglen en el periódico Informaciones: 

Aladino, que estrenó el teatro Lope de Rueda, es una deliciosa muestra de lo que debe ser la literatura escénica infantil. Un alma hecha de humor y poesía tiene la escenificación del famoso cuento oriental que una mujer, “Florentina del mar”, ha escrito con sensibilidad femenina, con imaginación y fantasía infantil y con un sentido del humor de “persona mayor” (…) Puede decirse que se encuentra en la índole del buen teatro infantil que dibujaron Maeterlinck con LÓiseau bleu, Barrie con Peter Pan, Rimski Korsakoff con Senegurotchka

También el mismísimo Teatro Lope de Rueda recibió elogios por dicho estreno, como este que reproduzco del diario Ya: « Con Aladino, el Teatro Lope de Rueda, no sólo ha hecho una labor limpia, digna y bellamente artística, sino que ha cumplido su misión de señalar normas y orientaciones.»  . Hubo también un proyecto para llevar Aladino a Holanda dos años después de su estreno en España, el cual fracasó.

En 1945 publica en La Estafeta Literaria una singular obra histórica para niños en cuatro actos titulada La Conquista de Acoma, volviendo de nuevo al año siguiente a tratar la temática navideña ya iniciada en 1944 con Vino el arcángel. Este es un proyecto creativo no del todo perfilado, titulado Del libro Belén, en el que incluye por vez primera algunas de las Canciones de los Reyes Magos pertenecientes a su  poemario infantil Canciones de nana y desvelo .. Este será un escalón más para lo que le deparará a Carmen en 1947, pues es en este mismo año cuando la recientemente fallecida compositora valenciana Matilde Salvador escribe a Carmen Conde ofreciéndole un reto: crear un Belén escenificado en colaboración conjunta. A partir de aquí, arranca un apasionante y curioso proceso de creación basado en el intercambio epistolar, pues no se conocerán  personalmente ambas mujeres hasta mucho después de ser gestado el texto. Matilde Salvador será  quién  sugiera a Carmen la incorporación en el texto de ciertos romances  y canciones a las que pondrá música ella misma, será a su vez  Carmen quién esté dando entidad dramática al torrente de ideas trasmitidas mediante cartas la una a la otra. El resultado es «un gran tríptico» dividido en diferentes estampas, titulado, Belén (Auto de Navidad).Se barajarán nombres como Blanca Seoane y  Mª Victoria de los Ángeles para cantar las canciones del mismo, siendo su estreno en el Teatro Principal de Valencia en 1950. Con respecto a esta obra, debemos precisar que en muchos de los estudios sobre la producción literaria de la autora, encontraremos el título Retablo de Navidad, en vez de Belén (auto de navidad). E incluso, hallaremos los dos títulos por separado, como si de dos obras diferentes se tratara. Todo esto es un error y debemos aclarar al respecto, que el título Retablo de navidad no existe dentro de la producción dramática de Carmen Conde. Belén será también adaptado para TVE por Carmen Conde convertido en un Esquema con romance de la fe del ciego. El texto será publicado por primera vez en 1948 en la revista Mundo Hispánico , pero incompleto. Deberemos esperar a su edición de 1953 por la editorial Enag  para verlo publicado en su totalidad. Contamos a su vez con una grabación discográfica del mismo realizada en 1953 por discos Pax , pero que no incluye la música de Matilde Salvador. También, y en la edición de Belén en el año 1979 por la editorial Escuela Española tenemos la primera colaboración de  su marido Antonio Oliver dentro de la producción de Carmen, con un poema al final de la obra titulado Seguidillas a lo divino.  Esta no será la única colaboración conjunta del matrimonio dentro de la literatura infantil, como podremos comprobar a continuación.

De 1961 es el texto En el agua y con buen vino vencerás al enemigo, en el que unos niños luchan contra el mal, personificado en la figura del propio diablo. También en ese mismo año, contamos ya con la publicación integra de su primer volumen de teatro para niños titulado: A la estrella por la cometa  , que será premio Doncel ese mismo año. Es dentro de  este volumen, donde aparecerán por primera vez tres dramas infantiles  de gran importancia en la creación dramática de Carmen Conde: El monje y el pajarillo, El lago y la corza y El Conde Sol, junto a una deliciosa pieza firmada por Don Antonio Oliver: Morir sino sin miedo. También Matilde salvador, vuelve a colaborar con su música en otra creación de Carmen.. La prensa anuncia esta primera edición del volumen del siguiente modo:

(…) Con Carmen Conde, que inicia el libro, estamos en el campo de la leyenda, de la historia, del romance y de la hagiografía. Carmen Conde firma El lago y la corza, El Conde Sol y El monje y el pajarillo, y nos introduce en una temática variada sobre un fondo común, porque su instinto poético le hizo tal vez entrever lo que ese mundo fabuloso de mística, de guerra y de encantamiento encierra de posibilidades para la fantasía y la ilusión de los niños. Tenemos, en El lago y la corza una bella historia a la que el poeta da forma a través del verso. (…) Seguimos la lectura con la historia del Conde Sol y de su esposa, la condesa romera, en la cual se armonizan la prosa y el verso de acuerdo con el ritmo de la acción, quizá para mayor realce de los bellos romances que recitan caballeros, juglares y pastores, entre los cuales hay que mencionar la personal versión que hace Carmen Conde de el vaquero solicitado y esquivo.(…) En El monje y el pajarillo, de inspiración legendaria y mística, un verso sonoro y claro nos trae reminiscencias de salmos, un eco antiguo de profetas, fundido con la simplicidad de los diálogos en feliz armonía(…).

En ese mismo año, adaptada Carmen para Televisión Española los títulos El lago y la corza y El Conde Sol. Años después, en 1968 El monje y el pajarillo también será retransmitido por TVE con el título Un pájaro canta. Esta última misma obra, es  a su vez recreada en prosa por la autora para un volumen de cuentos infantiles titulado Cuentos del Romancero . Con respecto a El Conde Sol, al igual que ocurriera con Aladino, se llegó a proyectar su estreno en Holanda, e incluso el Teatro Lope de Rueda en Madrid proyecta llevarlo a escena. Desgraciadamente, ninguno de estos dos  proyectos salió adelante.

Para el año 1979 verá Carmen editado Una niña oye una voz  por la Editorial Escuela Española. Este comprende los siguientes títulos: El cuento El ruiseñor enamorado, El Rey de Bastos y las tres hijas del Rey de Copas y Una niña oye una voz, que da título genérico al volumen. El Rey de Bastos y las tres hijas del Rey de Copas, se adapto también para TVE en los años sesenta y pertenece, como ya vimos al principio de este trabajo a ¡Kikiriki!, siendo publicado un resumen del mismo en La Estafeta Literaria. Años más tarde, en 1981volverá Carmen Conde al tema navideño con un conjunto de narraciones breves titulado Cuentos para niños de buena fe, en el cual incluye, una breve pieza dramática titulada Llega el niño…(Estampa del nacimiento)

De lo editado como teatro para niños , es aquí dónde Carmen Conde acaba su producción, luego vendrán reediciones de muchos de estos títulos hasta 1983, realizándose una bella antología infantil y juvenil  en su reciente Centenario con selección de textos de Marísa López Soria, en la que se incluyen las siguientes obras: Belén, El lago y la corza y El Conde Sol .Su última obra para niños data del año 1981, a la cual, la autora olvida poner título. Dada la relevancia que se da a la expresión Levantar a un muerto en el texto y a que este sea el tema central del mismo: exhumar un cadáver cualquiera y volverlo a enterrar con todos los honores inventados entorno a él, intuyo que pudo haber sido este el título planeado por la autora para su creación. Así es Carmen Conde, su nombre se dice muy pronto…

…Caridad Fernández e Isabel Ortuño: el vuestro también…

 

 

 

Murcia, 2008.