El lunes y sus ilusiones comunicativas

La ilusión comunicativa está vigente, palpable, en su sitio y en expansión. Todo está por suceder. Es como empezar de nuevo. La perspectiva, limpia, nos ofrece todas las posibilidades que seamos capaces de cosechar. Nos ponemos en marcha. No pararemos hasta que nos insistamos con las dichas más repartidas entre los que menos tienen. Hemos de apaciguar los ánimos. El punto de salida ha de ser el sosiego, con el que podremos aclarar los conceptos en los que hemos de ser más libres.

Juntos podemos adecuarnos. Participemos en las experiencias desde ese ángulo que nos ha de presentar como los mejores, que lo somos, si nos colocamos, humildemente, tras los que son considerados los últimos, que, realmente, no lo son.

 No aceptemos las discriminaciones y veamos el mundo sin fronteras. Las consultas nos han de dar los mejores efectos. Juremos amistades que han de solventar cualquier duda que surja. Nos podemos regalar coraje, nos tenemos en las fortalezas y debilidades, nos damos, nos volvemos con las emotividades más creíbles. Seamos sensatos desde las emociones más densas, que hemos de vivir en sosiego. No paremos. Demos todos los pasos que sean menester para abrigar esperanzas, que son, que serán, que han de ser.

 Vivamos esos espacios que nos protegen y que nos hacen ser con cautelas y balances. Los pronósticos nos han de explicar algunas creencias con las que hemos de crecer hasta la enésima potencia. No abandonemos las premisas y las causas con las que hemos de vibrar un día sí y otro puede que también. No dejemos para fechas indeterminadas lo que debemos realizar cada jornada. Podemos ser tan joviales como nosotros mismos nos fomentemos.

 Tenemos ocasiones por desmenuzar, por ubicar, por compartir desde el sentimiento más querido, más cierto, más sencillo al mismo tiempo. Nos tenemos, y, entre los huecos de los sentimientos, hemos de calcular lo que es motivación y certeza para salir adelante. Nos hemos de convocar para que nada falte, y, de hacerlo, para que la llaneza encienda la vela que ilumine los pasos que hemos de ir dando poco a poco. La prisa ha de quedar a un lado, salvo excepciones.

 El lunes es la ilusión, la vocación, la mirada a todo lo que está por venir, por suceder, por existir. Hemos de ilusionarnos con lo que seremos capaces de llevar a cabo, que dependerá de los trámites con los que encender las llamas más esperanzadas. Nos debemos en cuerpo y alma. Ocupemos sanamente el lado de los pequeños triunfos, que hemos de asimilar a todos los demás.

 Regalemos las sensaciones con las causas que todo lo miden. Hemos sido. Las señales nos incluyen en vivencias nuevas con opciones oportunas. Hemos de preferir sin vehemencias, con las buenas aventuras que nos acercarán a los impulsos equilibrados desde la máxima consideración. Es lunes, y el viaje, el eterno viaje repetido y novedoso, apenas acaba de comenzar. Vibraremos con su entusiasmo, con los dones milagrosos de estar vivo.