El espectáculo continúa sin uno de los grandes

lopez vazquezMuere a los 87 años José Luis López Vázquez

El mundo de la escena teatral y cinematográfica española se ha quedado un poco huérfana. Ha muerto uno de sus artistas más versátiles y queridos, José Luis López Vázquez. Pocos como él han reflejado la imagen del hombre, de la mujer, de los años, de la juventud, de la inocencia, del miedo, del humor, de la hermosura de los sentimientos… Creo que supo transmitir que lo más relevante era ser una buena persona. Él lo era.

Recuerdo mi infancia, y le recuerdo a él, entre otros personajes que caracterizaron mi universo imaginado, mis sueños, mis verdades recién aprendidas. Las elucubraciones le tuvieron a él, como a otros, de referente necesario. Por eso, su falta nos deja a todos un poco más solos. Menos mal que la escena española ha crecido, y bien, en las últimas décadas. Podemos considerar que López Vázquez ha sido un icono y un maestro para la gran mayoría de quienes integran el panorama interpretativo español.

Ha tenido todos los premios de cierta reputación en su ámbito. Puede que se le otorgarán un poco tarde, ya mayor, cuando ya no estaba en su mejor momento personal y profesional. Lo importante es que supo de primera mano que para nosotros fue un testigo de su tiempo, del nuestro, de nuestras cosas. Le quisimos, y, de algún modo, lo supo.

José Luis siempre fue capaz de mostrar una versatilidad como pocos han tenido en el mundo del teatro y del cine. Además, amo por igual a ambos, y tanto en obras teatrales como en sus más de 200 películas se le siente cómodo, único, excepcional, por la fuerza y la naturalidad que transmitió. Además, fue un tipo humilde. Nunca pensó que estaba por encima de los demás a pesar de tener una forma de ser tan atípica.

Fue, aunque suene a tópico, una “rara avis” en esta hoguera de las vanidades que nos ha tocado vivir. No entró en iniciativas, actividades o formas de comportamiento propias de grandes estrellas, si bien brilló, con tranquilidad, de manera sincera, más que muchas de ellas.

Recordar a López Vázquez es pensar en ese actor sin el cual no se entiende el cine español en el siglo XX. Forma parte ya de la memoria, del imaginario colectivo, pero va mucho más allá. Fue sencillo, campechano, como cualquiera de nosotros, ni más guapo ni más listo. Desde la intuición y la picardía bien entendida mostró una imagen en la que nos hemos reconocido durante décadas.

Ahora es normal que le echemos de menos. También sería lógico que, amén de una serie de homenajes que, sin duda, vendrán, pongamos en marcha un conjunto de actividades formativas en la esfera del teatro y del cine que tuvieran su nombre y su consideración. Una cátedra José Luis López Vázquez no estaría nada mal. Podríamos hablar años de él, y quedarían muchos flecos en el tintero.