El arte taurino como proceso comunicativo

Decimos que la comunicación, en una de sus acepciones, es el contexto. Veamos un ejemplo. Vamos a hacer algunas analogías, con el máximo respeto, claro. Si tuviéramos que definir de alguna manera la fiesta taurina, seguramente, desde nuestra óptica periodística, bien podríamos calificarla como un acto de comunicación. Tenemos todos los ingredientes, todos los elementos, para significar el proceso que rodea a este fenómeno, a esta realidad, a esta fiesta, a esta entrega que es el toreo.

Contamos con emisores y receptores, con papeles intercambiados, en forma de aficionados, de torero, de toro bravo, de testigos del acontecer en una tarde cualquiera. También está el canal y el contexto, en forma de plaza, de la iconografía previa y posterior a los lances. No faltan los códigos, los lenguajes, los metalenguajes, los gestos, la kinesia, la proxémica, las distancias… No falta de nada para entender lo que ocurre, incluso a través del frenesí, del jaleo, del aplauso, de la algarabía o del silencio. Hay, igualmente, entendimiento, retroalimentación de todo el proceso, entre emisores y receptores, entre los que están, los que no vinieron, los que entienden, los que no, los que se acercan a la fiesta, lo que se alejan, los que la viven, los que la rechazan…  Además, a todo ello se añade la leyenda, la pasión, el gusto, el imaginario individual y colectivo, y luego, siempre, más entusiasmo, más querencia, más ensalzamiento de lo espiritual, de la lucha entre los frentes ignotos del universo.

Precisamente, uno de los regalos que me ha dado mi etapa al frente de la Asociación de la Prensa es conocer a amigos que me han enseñado a vivir de cerca la fiesta de la tauromaquia. He aprendido algunos términos, he empezado a marcar diferencias entre unos y otros, entre estilos e interpretaciones de este sentimiento vivo y dinámico, y, sobre todo, he aprendido a entender lo que no es racional, sino antropológico, lo que es naturaleza completa y sin excentricidades, aunque, a veces, las haya. No se trata, amigos y amigas, de justificar nada, sino, como digo, de entender, de aprehender la realidad con todos sus matices, o con algunos de los principales.

Ése es también mi deseo este año, cuando afrontamos una nueva Feria de Septiembre, con sus emblemáticas corridas de toros, entre ellas la de la Prensa, centenaria como la propia institución periodística. El día 17, Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Daniel Luque conforman un cartel de lujo que podremos disfrutar, sin duda, todos los murcianos, y, de manera más particular, los periodistas. Un año más se cumple la tradición y con una expectación y expectabilidad extraordinarias. Las ediciones anteriores hemos sido referentes en el marco de la Feria de Murcia. En esta ocasión seguro que no lo seremos menos. Es de agradecer la labor y el esfuerzo del empresario taurino, Ángel Bernal, por y para ofrecernos, una vez más, una terna que, según auguramos, nos dará una tarde de emociones, de entrega a nuestros compañeros, y de riqueza en lo anímico y en lo intelectual.

Sociedad y Periodismo

Y todo ello en este primer año en el que aparecemos como Asociación de la Prensa de Murcia y como Colegio Oficial de Periodistas de Murcia, dos entidades en una, mezclando tradición y modernidad, la hermosura de la historia con un instrumento de trabajo más apegado a las necesidades de nuestro colectivo, amenazado y golpeado por la crisis doblemente, con despidos, con precariedad laboral, con una merma de las condiciones de trabajo que, a veces, redunda en la calidad de lo que hacemos. Hay mucha faena por delante, pero seguro que, juntos, podremos avanzar. Podemos y debemos. La sociedad puede ser, es, nuestra aliada, si somos capaces de motivarla aún más.

Finalmente, quiero saludar al público que nos recibe con los brazos abiertos cada año, en cada Feria, y cada día a través del trabajo cotidiano. Nos sentimos complacidos y realizados por ello. Sin lo que denomina el profesor José María Desantes Guanter “sujeto universal de la información”, esto es, la ciudadanía, los medios de comunicación y sus profesionales no somos nada. Nos debemos a ustedes, señoras y señores, y por eso nos ponemos, en una ocasión más, a su disposición. Queremos, y lo digo de corazón, oír sus voces, como queremos que sepan de las nuestras, de lo que sentimos, de cómo nos sentimos. La situación de los periodistas es manifiestamente mejorable, y habrá un momento en que, humildemente, les pidamos ayuda.

Ahora lo que toca es vivir la fiesta, vivir la Feria, y, cómo no, agradecer a las entidades que colaboran con nuestra Asociación y con el Colegio en la configuración de actividades como ésta. Entre otras, el Ayuntamiento de Murcia es básico, siempre lo ha sido. Por cierto, cuando quieran, nos pueden visitar: les cuento que estamos en la Gran Vía. Me refiero al Colegio Oficial de Periodistas. Como estamos para servirles, pueden hallar allí también su casa. Serán bienvenidos. Ahora y siempre. No tarden en comprobarlo.