“Queremos mostrar en la UMU la realidad que viven los refugiados”

Mila Font en el Rectorado de la Universidad de Murcia. PV

Mila Font, Delegada de Médicos sin Fronteras para Murcia, Valencia y Canarias, explicará en la Universidad de Murcia la nueva campaña de la ONG. “Seguir con vida” intenta poner rostro al sufrimiento de los desplazados, de tantas y tantas personas que se ven obligadas a huir de sus casas y atravesar fronteras simplemente para poder continuar con vida.

Font ya estuvo hace tres años en la UMU para poner en marcha la campaña Murcia sin Fronteras, con la que la organización obtuvo el apoyo entusiasta de los universitarios, algo que ahora buscan para la puesta en marcha de su nueva campaña.

Su visita servirá para firmar dos convenios y establecer un programa de voluntariado para los estudiantes de la Universidad de Murcia y Médicos sin Fronteras.

Por otro lado, el lunes 11 de abril, a las 19’30, en el Hemiciclo de la Universidad de Murcia, Font intervendrá en los seminarios del Rector, con la conferencia “Seguir con vida. Cómo sobreviven los civiles a la guerra”.

Información:  https://www.um.es/actualidad/agenda/ficha.php?id=226511

-Pregunta: Además de los dos convenios que firmará Médicos sin Fronteras con la Universidad de Murcia, esta semana su organización también presenta su última campaña.

-Respuesta: Esta semana estamos organizando unas sesiones de formación en la que explicaremos qué es la acción humanitaria y qué es Médicos sin Fronteras. Informaremos sobre la actual campaña, que se llama “Seguir con vida”, en la que esperamos que los estudiantes de la Universidad de Murcia hagan de altavoz y nos apoyen en las actividades para que la campaña realmente llegue a la gente.

-P: El lunes 11 de abril interviene en el Hemiciclo de la Universidad de Murcia en los Seminarios del Rector.

-R: Sí, en los Seminarios del Rector hablaré de los civiles que viven bajo las bombas en las guerras. Lo que queremos es dar a conocer las situaciones tan difíciles que están viviendo esas personas para generar empatía entre la gente.

-P: Eso está en relación con vuestra campaña “Seguir con vida”.

-R: Efectivamente. Es la campaña de sensibilización que ponemos en marcha desde Médicos sin Fronteras. Con ella intentamos dar a conocer el rostro más humano del sufrimiento en los conflictos armados. Queremos mostrar en la UMU la realidad que viven los refugiados. Este año nos vamos a centrar en las personas que están sufriendo la guerra de Siria. Muchos de ellos permanecen en el país viviendo bajo las bombas, y otros han tenido que desplazarse.

Damos a conocer las principales necesidades que tienen los civiles en las guerras y lo que hace MSF en esas situaciones. En una de las tiendas mostramos la parte quirúrgica, la materno infantil, las vacunaciones… En otra, hablamos de la situación de Sudán del Sur y de la situación que viven los civiles, porque no podemos olvidar que en los conflictos actuales más de un 90% de las víctimas son civiles, a diferencia de las dos guerras mundiales. También mostramos la situación de Siria y la ruta de esas personas hacia el norte de Europa. Por último, hay una tienda donde se puede vivir esa experiencia en realidad virtual, y después hay una exposición con imágenes comparando esos dos contextos.

-P: Una asesora de MFS ha comentado hace unos días que este plan de la UE que intenta evitar la llegada de refugiados solo producirá más refugiados.

-R: Sí, de hecho esa es la opinión de MFS sobre el acuerdo entre la UE y Turquía. Pensamos que no va a ser una solución para todas esas personas que huyen y que lo único que quieren es seguir con vida. Las medidas que está tomando la Unión Europea están teniendo unas consecuencias humanitarias inmediatas, muy negativas sobre la dignidad de todas estas personas.

Lo único que han hecho estas personas ha sido tener la desgracia de haber nacido en un país inmerso en una guerra, y desde luego, la asistencia humanitaria debe basarse en las necesidades y no en agendas políticas. El acuerdo de la UE con Turquía tiene más de agenda política que de intento real de cubrir las necesidades de los refugiados. Desde Médicos Sin Fronteras hacemos un balance muy, muy negativo de este acuerdo.

-P: Hace tan solo unos días, Médicos Sin Fronteras ha dejado de ejercer sus actividades en la Isla de Lesbos precisamente por esta decisión sobre los emigrantes.

-R: MSF ha dejado de trabajar en estos campos porque los consideramos campos de detención.

-P: En una de sus participaciones en la Universidad de Murcia, donde fue madrina de un curso de la facultad de Comunicación y Documentación, dijo una frase que me impactó: “No sabemos si las palabras salvan vidas, lo que sí sabemos es que los silencios matan”. A veces es necesario poner de relieve que existen estas situaciones en el mundo para tomar conciencia de su gravedad.

-R: Exactamente. De ahí la importancia de Médicos sin Fronteras. Somos una organización formada por médicos y periodistas. Es muy importante la asistencia que damos a las personas que viven en conflictos, pero también es importante contar lo que está pasando.

En el caso concreto de la campaña “Seguir con vida”, queremos hacerlo de una manera un poco diferente, contando historias de personas que hemos ido conociendo en estas rutas, y también adaptándonos a la utilización de las nuevas tecnologías: toda la campaña cuenta con una parte virtual donde se pueden ver vídeos, textos y fotografías.

-P: La última vez que vino a la Universidad de Murcia fue durante la crisis del ébola. ¿No hay manera de acabar con estas diferencias entre países pobres y países ricos en el modo de acceder a las medicinas?

-R: Esto es una lucha que sigue abierta. Cuando nos dieron el Nobel de la Paz, se decidió poner en marcha una campaña de medicamentos esenciales con el dinero del premio. Pensábamos que era importante para que no pasase lo que está pasando. Ahora, según la capacidad adquisitiva, se puede o no tener acceso a unos medicamentos que pueden salvarte la vida. Por desgracia, esto continúa siendo así, aunque ha habido algunos avances, sobre todo en retrovirales para el SIDA. En el año 2000 costaba alrededor de unos 12.000 euros, a día de hoy cuesta 100 dólares.

La batalla continúa abierta. En el caso del ébola, la enfermedad ya llevaba años, pero ha sido cuando ha llegado al primer mundo cuando se ha reaccionado. Más de un año después ya tenemos una posible vacuna. Para Médicos sin Fronteras, lo importante es que esta vacuna pueda llegar a los que la necesitan sin tener que pagar.

-P: Tal y como está el mundo, ¿es necesaria la labor de Médicos sin Fronteras?

-R: Por desgracia, sí. Me encantaría que no hiciera falta una organización como la nuestra. Además, el hecho de que hayamos crecido y continuemos creciendo, y que para muchas personas seamos la única opción que tienen para seguir con vida, no es una buena noticia, eso significa que quien debería estar respondiendo, instituciones Internacionales y Gobiernos, no lo están haciendo, y por eso debemos estar ahí.

-P: ¿Cuál es el principal mérito de Médicos sin Fronteras?

-R: Continuar queriendo llegar donde se nos pueda necesitar, aunque en muchos casos sea muy difícil. Las ganas de localizar dónde están los problemas e intentar poner nuestro granito de arena para solucionarlos.

Un ejemplo muy claro es que nosotros nunca habíamos trabajado desde un barco, y el año pasado pusimos una operación en el Mediterráneo desde el que se han rescatado más de 20.000 personas. Y no teníamos ni idea de cómo se trabajaba en un barco.

-P: En definitiva, mucha gente continúa viviendo gracias a vuestra labor.

-R: Sí, esa es la razón por la que queremos continuar haciendo esto. Y estamos en la brecha porque nos apoyan. El 90 % de nuestros fondos viene de la gente.