Las finanzas de cualquier empresa periodística hallan una extraordinaria ventaja en el descubrimiento, el desarrollo y la puesta en valor de los avances técnicos e informáticos. Proporcionan un provecho importante en lo que se denomina “economía de escala”. Veamos. Una de las grandes ventajas que proporcionan las nuevas tecnologías de la información, así como las que se derivan y fomentan la mejoría de las comunicaciones en los llamados medios de masas,

con un alto componente también de responsabilidad social (no lo olvidemos), es la posibilidad de llegar a todas partes en tiempo y forma, economizando costes, abaratando medios y recursos, acelerando los plazos, y, fundamentalmente, compartiendo modos, sistemas, modelos, espacios, producciones, géneros, soportes, todo…

Las nuevas tecnologías aportan una vivacidad y una destreza en la economía de los elementos con los que contamos que permiten que las cosas vayan mejorando y cada vez se amorticen más, al tiempo que pueden llegar, y ello es obvio, a muchos más lugares que antes. Veamos: si nos ceñimos al campo de los medios radiofónicos locales, nadie discute que un programa dedicado a la naturaleza existente en el entorno inmediato de varias emisoras puede ser elaborado por una de ellas y compartido por todas, o bien producido de manera conjunta y que cada una lo emita cuando crea menester en su respectiva esfera de influencia y a la hora que estime más conveniente.

En el ámbito político podemos, asimismo, entrevistar a personajes que, en sus decisiones, tengan algo que decir para el territorio de diversos municipios, bien porque las leyes que aprueban impactan en lo bueno y en lo malo en más de un lugar, bien porque el conocimiento de su gestión interesa a las gentes que dependen de los diferentes ayuntamientos de una región, por poner unos casos, etc.

La economía a medio plazo (el largo queda muy lejos, y el corto es poco maniobrable), la que trata de sumar sinergias, de unir planos de actuación y de actividad, la que se vale de la integración de talentos y de recursos, permite una mayor y mejor viabilidad de las diferentes empresas, en este caso periodísticas, dando lugar a más bajos costes, que serían compartidos, a cambio de un resultado mucho más óptimo, es decir, se consigue que los productos y creaciones comunicativas lleguen a muchas más gentes y que su difusión sea mucho más extensa.

Es la ventaja de estar en este mundo absolutamente revolucionado por unas tecnologías que nos han conducido verdaderamente por la aldea global: todo puede llegar a todas las partes que queramos a la velocidad que nos podamos permitir, que cada vez es mayor, esto es, en períodos más cortos y breves. Esto supone que incluso, si actuamos con planificación, podemos hasta mejorar la calidad de los contenidos y la fortaleza de nuestros recursos. Es evidente que, así, se les saca más rendimiento.

 

Unir actividades y recursos

Es un buen apunte y una mejor reflexión el que, en los ámbitos locales, las nuevas tecnologías, lejos de generar una mayor competencia, deben gestar una más rica cooperación. Queremos decir con ello que se puede establecer un nivel de complementariedad mucho más interesante y atractivo en lo social, en lo cultural, en lo intelectual, en lo académico, y hasta en lo económico, un aspecto este último que quizá se entienda mucho más por parte de los responsables de la permanencia de las empresas. Las TIC´S pueden conseguir que se puedan sumar actividades, uniendo recursos y posibilidades. Seguro.

Pensemos que uno puede grabar una noticia o un reportaje o una entrevista en un municipio y compartirlo en tiempo real, o muy poco después, con otro cercano o lejano. Hay temas relacionados con la salud o con la educación en general que se pueden difundir en distintos sitios, coproducidos, de un modo mucho más rentable, y sin competir con pequeños espacios nada viables si se realizan de manera autónoma e independiente.

La propuesta a los gestores de las radios vinculadas a las administraciones locales, e igualmente de las de alcance municipal del ámbito privado, es que hagan la suficiente inversión en el plano tecnológico para mejorar su capacidad productiva y de comunicación con su entorno y con otras empresas. La otra idea apunta a planificar el trabajo con el fin de sacar mucho más partido a un porcentaje de las producciones. La idea concreta que trasladamos es que, si hacemos, en una emisora municipal, el 50 por ciento de nuestra producción para consumo exclusivamente de nuestra audiencia interna, esto es, la autóctona, y si el otro 50 por ciento se desarrolla en la convicción de exportarlo a otras empresas de la esfera local próxima o cercana (o, a veces, en asuntos genéricos, no tienen por qué ser sociedades que se muevan en un territorio no distante), estamos convencidos de que el modelo de explotación será rentable.

Las claves aquí son una apuesta decidida por las ideas empresariales, políticas, ideológicas, economicistas, o de otro tipo, llevadas a cabo de manera objetiva y concreta, y, por otro lado, que exista una determinación de propósitos, de criterios, de actuaciones, para sacar adelante una programación entre varias empresas en paralelo, que, lograrían, de esta guisa, más calidad a más bajos costes. Insistimos en que es la economía de escala, para la cual los nuevos medios de producción, basados en las técnicas y en las tecnologías comunicativas, gozan de una salud extraordinaria y cuentan con aliados tremendos en estos mismos progresos y avances. Sirva este artículo de estímulo y de acicate para los empresarios y los gobernantes al objeto de que mejoren la gestión de algunas emisoras de radio y para que se decidan a poner en marcha las que están pendientes de desarrollo. No nos pongamos plazos, que pueden conducir a la frustración en el caso de que no se cumplan en todo o en parte, pero tampoco dejemos que la falta de hábitos en éste o en otros ámbitos nos detenga en exceso. Pongamos el trineo en marcha.