¿Dormimos bien?

El próximo viernes es el Día Mundial del Sueño, que pretende centrar la atención en los trastornos relacionados con esta función. Se trata de un problema muy importante, de hecho los especialistas consideran que entre un 10 y un 15 por ciento de la población padece alguno de ellos, pero muchos afectados todavía no lo saben


El sueño es un ritmo biológico del ser humano que tiene como función regular nuestro organismo. Es reparador en todos los sentidos, porque afecta a nuestra piel, nuestro tejido muscular y sobre todo a nivel neuronal.
Es un proceso activo que consta de varias fases, que podríamos simplificar en dos:

– Fase del sueño lento. Se caracteriza porque nos relajamos poco a poco.

– Fase REM (en inglés) o MOR (en castellano). En este punto se producen unos movimientos oculares rápidos, aunque paradójicamente es el momento en el que más relajados estamos. En esta fase habitualmente soñamos y consolidamos la memoria.
Ese ciclo completo, formado por las dos fases anteriormente mencionadas, se repite durante al menos cuatro veces cuando dormimos.

La relación entre el sueño y la memoria se investiga en muchos ámbitos. De hecho, antes de que se den los primeros síntomas de deterioro cognitivo en algunas enfermedades neurodegenerativas se producen alteraciones en el sueño, especialmente en la fase REM, recordamos que es cuando se consolida la memoria.

Un ritmo biológico

El sueño es un ritmo biológico del ser humano y lo programa la luz solar, que le dice a nuestro cerebro que es de día. Nuestro organismo está programado para vivir de día y dormir de noche, aunque podemos regular nuestro sueño y alterarlo voluntariamente, por ejemplo, cuando nos acostamos más tarde de lo normal. Si lo hacemos de forma continuada cambia nuestro biorritmo, de hecho, hay profesionales que por sus turnos de trabajo ven alterada su calidad del sueño.
Al margen de nuestros ritmos, existen distintos cronotipos humanos, por eso hay personas que necesitan dormir menos horas, otras que prefieren madrugar o las que optan por ir a la cama más tarde. Por eso, no debemos obsesionarnos con dormir 8 horas, cada uno tiene unas necesidades y debe dormir lo que su cuerpo demande. Además, con la edad cambia el patrón de sueño y la preferencia horaria, y disminuye la necesidad de dormir.
En conclusión, el sueño es una manifestación de nuestro reloj biológico y respetando los ciclos de luz y oscuridad va a funcionar correctamente, así que tendremos más posibilidades de tener un sueño de calidad.

Trastornos del sueño

Se conocen más de 90 trastornos del sueño, como la somnolencia, el insomnio, el sonambulismo y la apnea.
Las personas con apnea obstructiva del sueño despiertan muy a menudo durante la noche para respirar y esta enfermedad es un factor de riesgo cardiovascular, como la hipertensión.
Otro de esos trastornos es la narcolepsia, que la padecen aquellas personas que sufren un gran sueño durante todo el día aunque hayan dormido sus horas completas. De repente, se duermen sin querer a cualquier hora del día y pueden caer desplomados al suelo.

¿Qué tratamientos hay para los trastornos del sueño? Existen farmacológicos, pero en muchas ocasiones se pueden solucionar reeducando al paciente. Los especialistas aconsejan seguir una higiene del sueño, que consiste en ser regular en la hora de dormir, tomar alimentos o levantarse. También evitar el consumo exagerado de cafeína, alcohol y el tabaco, y realizar actividad física.

El sueño y el surrealismo

Dedicamos un tercio de nuestra vida a dormir, por lo que está función básica ha dado mucho que pensar, y no sólo a los científicos. El ser humano siempre se ha planteado la cuestión de qué sucede mientras dormimos y el arte ha reflejado esa inquietud, especialmente a través del surrealismo, que se basa en el Psicoanálisis de Sigmund Freud.

¿Dormimos bien?