Don Quixote en la educación literaria del Siglo XXI: gnothi seauton o viaja a ninguna parte

Yace aquí el hidalgo fuerte

que a tanto extremo llegó

de valiente, que se advierte

que la muerte no triunfó

de su vida con su muerte.

 

Tuvo a todo el mundo en poco;

fue el espantajo y el coco

del mundo, en tal coyuntura,

que acreditó su ventura,

morir cuerdo y vivir loco

( Epitafio a Don Quijote , por Sansón Carrasco)

La intención de esta aportación tiene que ver con la aproximación a uno de los libros clave de la Historia de la Literatura, Don Quijote . En la misma pretendo reflexionar desde la perspectiva educativa sobre la importancia de esta obra en la formación de las personas. Dicha trascendencia halla un importante adversario en la cultura de masas que nos asola, por esa razón es interesante mostrar motivos por los cuales animar –en lugar de obligar- a la lectura del texto de Cervantes.

Considero interesante que las personas interesadas por la educación se planteen alternativas para motivar a un tipo de alumnado telemático para que muestre algún interés por este texto. Parece evidente que el hecho de proporcionarles el texto y decirles: léelo , será un acto banal, ya que probablemente existan diversas alternativas más sugerentes para ellos que les alejen de la lectura. En este caso para ellos, la dicotomía hamletiana, ¿leer o no leer?, está resuelta, creándose una gran distancia emocional y gnoseológica con respecto a los textos. No es extraño hallar opiniones estereotipadas sobre El Quijote que tienen que ver con “un libro muy gordo, con palabras muy raras y que es un poco rollo; y encima, ¡son dos partes!”.

Desde estas líneas, trataré de plantear razones por las cuales leer el Quijote, beneficios formativos y lúdicos de esta obra. En primer lugar, hablemos de la misma en lo que respecta a contenido y forma. Cuatrocientos años han pasado ya desde su publicación y no parece que vayamos a poder enterrar su influjo sobre las Literaturas contemporáneas y sobre las venideras. Si pensamos en la gestación del mismo en la mente de su autor, hallamos la gran paradoja que supone el hecho que respecta a querer parodiar las clásicas novelas de caballerías.

Lo cierto es que la obra, además de la estética, el ritmo narrativo, la construcción, y demás piropos que podamos generar, alberga un ubérrimo contenido que no conviene desdeñar y dejar en el olvido. En primer lugar, debemos recordar que El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha cobra sentido gracias a una idea recurrente dentro de la Historia de la Literatura, que podríamos datar en las Historias míticas, nos estamos refiriendo a la idea del viaje. Cuando Alonso Quijano es realmente importante es cuando se halla inmerso en un recorrido y en las aventuras. Para encontrar un sentido y para hallar explicaciones a lo que ha leído y experimentar esa “profesión” u “orgullo” de ser caballero necesita realizar sus viajes, los cuales va a concretar en tres salidas – La Mancha, Aragón y Cataluña -. Otros grandes personajes de la Literatura que han basado sus peripecias y su descubrimiento de la verdad y del sentido de la vida, los podemos recordar identificándolos en Odiseo, Eneas , o el mismo Siddharta . Por ello, podemos descubrir el viaje como el leit motiv de la obra, el que dota de sentido a la misma. Recordemos que cuando Don Quijote es confinado a su casa por El caballero de la Blanca Luna –Sansón Carrasco – comienza su ocaso que deriva en muerte, ya que el sentido de su vida ha sido extraído de la misma.

Es curioso cómo ya desde la derivación que lingüísticamente Cervantes realiza del apellido Quijano , el sufijo –ote , está proporcionando ese sutil toque de ridiculez al protagonista de la novela, tratando de destacar la intención que como autor tenía a la hora de concebir la misma. Pero hay que resaltar en el texto que Cervantes consigue provocar en el lector un sentimiento de burla y a la vez de comprensión y cierta pena por Don Quijote , ya que pese a no ser un héroe al uso, el lector sí que se puede identificar en ciertos momentos con sus “hazañas”. Lejos del estereotipo de héroe, es decir, que siempre vence, que hace el bien para los demás, que puede tener a los hados de su parte, o que tiene un porte modelo que el resto de personas quieren imitar, es decir, bien parecidos, fuertes, y con objetivos identificadores que les ayudan a vencer en sus empresas –véase Excalibur , la espada del Rey Arturo , o Tizona la espada del Cid Campeador -, sí que mantiene un aspecto que le aproxima a la heroicidad y a ser un modelo para el lector, y es que Don Quijote es noble, y lo es porque realmente su ambición no va más allá de la aplicación de la justicia y de su reconocimiento como valeroso caballero. Es más, pensemos en cuál es el “castigo” que impone a aquellos a quienes derrota: reconocer que Dulcinea del Toboso es la más bella y hermosa doncella que nadie haya conocido.

El componente mítico, tal vez reminiscencia de la época renacentista, es recuperado por Cervantes e incluido en su obra, haciendo alusión a historias de carácter mitológico, pero lo que es más importante, a veces incorporando el mismo a las acciones de Don Quijote . Pensemos en cuál es la reacción de nuestro valeroso héroe ante su derrota contra los molinos de viento o en su victoria ante El caballero de los Espejos nuevamente Sansón Carrasco -. A través de un locus de control externo , atribuye lo ocurrido a fuerzas esotéricas que se confabulan con la finalidad referida a que él no pueda obtener un reconocimiento de su valía como caballero, primero porque es derrotado y en otro pasaje aludido porque derrota a alguien conocido lo cual no tiene mérito. Aunque, esto es una auténtica contradicción, ya que en realidad él nunca fue caballero; no cumplía ninguno de los requisitos porque estaba loco, era pobre y encima recibió por escarnio la caballería.

No podemos obviar en este texto magistral de Cervantes el gran caudal de sabiduría del cual era Don Quijote portador; muchas de las justificaciones que él proporciona para el inicio de cada una de sus aventuras tienen un origen literario. En este caso, en varias ocasiones Cervantes enmascara las lecturas que él quiere utilizar dentro de su texto dotándolas de un significado y componentes nuevos. Un buen ejemplo es el inicio del conocido pasaje concerniente al Yelmo de Mambrino , ya que el hecho de atacar al pobre barbero surge de la confusión de tan preciado objeto con la bacía del “derrotado”.

Hagamos alusión también a dos personajes clave en esta obra, como son Sancho Panza, el famoso escudero que busca la gloria, la cual al final es traducida en la soberanía de la ínsula de Barataria, y que debido a ese motivo teleológico “comprende” los razonamientos y aventuras en las que se ve inmerso Don Quijote . Y por otra parte no olvidemos a Sansón Carrasco , hombre ilustrado, que se formó académicamente en Salamanca, y que confiere el toque de cordura y sabiduría en el desarrollo de la obra. Es como si él fuera conocedor externo de la vida de Alonso Quijano y de alguna manera, él maneja el tempo de las aventuras de este último.

Parece claro que redactó un libro divertido, rebosante de comicidad y humor, con el ideal clásico del prodesse et delectare . Por la riqueza y complejidad de su contenido y de su estructura y técnica narrativa, una de las más grandes novelas de todos los tiempos admite muchos niveles de lectura, e interpretaciones tan diversas como considerarla una obra de humor, una burla del idealismo humano, una destilación de amarga ironía, un canto a la libertad o muchas más. También constituye una asombrosa lección de teoría y práctica literarias. Entre otras aportaciones más, el Quijote ofrece asimismo un panorama de la sociedad española en su transición de los siglos XVI al XVII, con personajes de todas las clases sociales, representación de las más variadas profesiones y oficios, muestras de costumbres y creencias populares. Sus dos personajes centrales, Don Quijote y Sancho , constituyen una síntesis poética del ser humano. El segundo representa el apego a los valores materiales, mientras que el primero ejemplifica la entrega a la defensa de un ideal libremente asumido. Mas no son dos figuras contrarias, sino complementarias, que muestran la complejidad de la persona, materialista e idealista a la vez.

La ironía y sobre todo, las diferentes aventuras que acontecen a Don Quijote y a Sancho son los mejores referentes para atraer al lector a aproximarse a esta obra. Luego, podrá establecer conexiones con otros textos literarios, con referentes históricos reflejados en el texto y podrá extraer lo que a él le interese de la obra, aunque desde nuestra perspectiva de animadores debemos buscar, como hemos dicho, aunar, el deleite y la formación.

Pensemos en segundo lugar, en las posibilidades didácticas actuales que nos otorga esta obra, tanto formalmente como en lo que respecta al contenido, el trato del texto puede ayudar a la formación de las personas. Reflexionemos sobre el caudal léxico que proporciona su lectura. Una de las trabas que se argumentan para no leerlo –palabras no conocidas-, puede suponer un aliciente para mejorar el vocabulario de las personas, aspecto necesario en la sociedad del uso de anacolutos. Por otra parte, aludiendo al vasto y riquísimo contenido de la obra podemos mencionar a modo de ejemplo el posible debate que puede suscitar la explícita distinción de clases que en él se realiza y que alcanza su cénit con la burla que Sancho recibe siendo gobernador de la ínsula de Barataria. Tal situación no nos es tan lejana en una sociedad cambiante y dinámica como es la nuestra. Las masivas migraciones que se producen precisan de un ejercicio de tolerancia y educación intercultural para propiciar el respeto por personas que tienen menos recursos que el resto y que no merecen burla, la cual suele venir precedida por el estereotipo y el prejuicio. De igual manera, la citada reflexión por el tipo de hombre espiritual o materialista puede ser un pretexto ideal para incidir en el pensamiento de las personas y proporcionar su crecimiento intelectual y espiritual.

Así, si en alguna ocasión nos encontramos en la situación de Andrés , el mozo, y aparece un Don Quijote del Siglo XXI sonriamos porque de alguna forma la torre de marfil del reino de fantasía no estará tan lejos y la magia de la lectura podrá ponerse de nuevo a nuestra disposición. Dejemos pues de viajar a ninguna parte y retomemos la lectura como medio de formación personal y como vía lúdica para poder de ese modo conocernos a nosotros mismos y poder crecer intelectual y espiritualmente como seres humanos.

A modo de conclusión, recordemos que es aconsejable la lectura, y en el año del cuarto centenario de la publicación del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha , descubramos o releamos las aventuras de un honrado caballero que buscaba realizar el bien hacia la humanidad, si bien en sentido último ansiaba su reconocimiento como valeroso caballero, desde estas palabras, ¿se lo concedemos?