Diferentes visiones de los medios y de la comunicación

Todo debe ser analizado desde diferentes perspectivas, que todas son buenas por alternativas y/o complementarias. Es el caso que nos ocupa. La comunicación tiene muchos aspectos, muchos vectores de influencia, muchos perfiles que hemos tener en cuenta. Debemos acercarnos, desde la meditación quieta y sosegada, a una serie de elementos, de procesos, de sensaciones, de sentimientos y hasta de itinerarios en torno a los procesos informativos, analizados éstos desde el anhelo positivo de las ventajas y añadidos que suponen.

Los intangibles, puede que universales, de la comunicación son tenidos en cuenta, deben serlo, desde ópticas deontológicas, profesionales, de las mismas asociaciones y entidades gremiales, desde la praxis diaria, desde las controversias, los elementos, las ventajas y los inconvenientes de procedimientos de un valor esencial para el individuo y, por supuesto, para la sociedad al completo.

Tengamos en cuenta, en un análisis denso y profundo, un amplio abanico de contenidos, de asuntos, de incidencias, de posiciones y de ópticas en la comunicación como proceso vivo que es, con un puro dinamismo, si sabemos verlo, contemplado, asimismo, desde un planteamiento teórico y a la vez práctico. Seguro que advirtiendo los matices periodísticos y empresariales, al tiempo que analizamos todo un bagaje de condiciones y de características matrices y accesorias, daremos con algunas claves de los procesos, de las rutinas, de los cambios y mutaciones que se producen, de los claros y oscuros de un panorama, el mediático, que es básico y crucial para cualquier comunidad que se autodenomine democrática.

Hay muchas incógnitas y preguntas abiertas que se han de contemplar con un afán prometedor y gestando una actitud crítica y racional, subjetiva y hermosamente amorosa, en la presencia cotidiana y necesaria de los medios de comunicación, de sus profesionales y de los mensajes que se sirven a la sociedad, la cual precisa de éstos para ser libre, al tiempo que ha de sustentar, esa misma sociedad, la independencia de lo que podría ser considerado como cuarto poder, quinto poder o contrapoder, en su fin de defensa del conocimiento, de la libertad de información y de opinión, y, cómo no, de la libre expresión. La esperanza comunicativa ha de ser no defraudar, no al menos con intención. La idea es seguir adelante con fuerza, con empeño, con el interés mayúsculo de servir a todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas, que son los auténticos baluartes, referentes y dueños de la información y del derecho a obtenerla.

La comunicación tiene múltiples visiones, toda una suerte de características con las cuales hemos de procurar mejorar en lo personal y en lo colectivo. Ése es el propósito. Cada día hemos de laborar por él. El entusiasmo que incorporemos a este quehacer tendrá, indudablemente, ida y vuelta. No olvidemos que el espíritu crítico y las contemplaciones desde ópticas diversas nos llevan a ver el proceso como algo “globalizador” y totalizador, que lo es.