De Decano a Decano

Hay personas que no pasan desapercibidas por su especial condición humana; hay otras que sobresalen por su talento profesional; otras, singulares ellas, muestran unas dotes intuitivas excepcionales, y las hay que buscan con tesón determinados objetivos positivos en su existencia. Pocas son las que aúnan todo ello. En tal caso, el mérito es compartido por su genética, la mirada de los dioses y el desarrollo interior de una espiritualidad descollante. Es el caso que nos ocupa.

Hablo, y ya no doy más rodeos, de Don Carlos Valcárcel Mavor, nuestro insigne Decano de los periodistas de la Región. Recientemente, numerosas organizaciones profesionales con las que él ha tenido vinculación le rendíamos homenaje, un merecido homenaje, pues muchas de ellas, entre las que se encuentra la Asociación de la Prensa, no serían lo que son sin su empeño y dedicación.

Debemos resaltar que Don Carlos siempre está atento a cuanto ocurre en éste nuestro oficio, así como en tantos ámbitos; y nos invita, en todo momento,  a seguir la pista a personas y eventos como buen maestro que es. Además, cree, como nosotros, en las reglas de este gremio que es sustento democrático y formativo.

Ha estado apegado, Don Carlos, con toda una generación de buenos amigos y de excelentes profesionales a las necesidades informativas de la ciudadanía, y, con mucha suerte para todos, ha conseguido una técnica expositiva y un vocabulario tan preciso como claro y brillante.

Como quiera que ahora, desde el Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia, que funciona en paralelo con la Asociación de la Prensa, queremos, entre nuestras prioridades, mirar la faena que desarrollan los buenos compañeros (en la doble acepción: en la personal y en la profesional),  he decidido, me he permitido con humildad dirigirle unas palabras de felicitación por su ayuda, por su apoyo, por su voluntad y defensa del Periodismo, en la idea de ponerme a su disposición para cuanto precise de mí y, por su puesto, de la que él sabe que es su casa, la Asociación y el Colegio. De Decano a Decano, gracias, Don Carlos, por ser como es.