Correspondencias con Paul Celan

Todavía resuena el aniversario de la liberación de Auschwitz, un lugar común que no puede ser olvidado, más ahora que nos encontramos con una Europa que da pasos adelante, o quizás en paralelo a los de ciudadanos de a pie sin jamás encontrarse, pero que, en cualquier caso, ha abierto un fértil espacio para debatir sobre qué quiere decir Europa, dónde nos sentimos representados, cuáles son nuestras señas de identidad, qué significa ser ciudadanos y qué queremos construir.

Por ello, un buen lugar para la reflexión y, sobre todo, para todo aquello que significa escribir después de la catástrofe, puede ser Paul Celan, conociendo la futilidad de la narrativa que, en casos como el suyo, se torna desesperada búsqueda de un nuevo lenguaje del dolor y el duelo sin fin, mientras otros hacen de la esperanza su bandera y de la lucha para evitar la barbarie su razón de ser.

Paul Celan es probablemente el narrador del siglo XX que con mayor fuerza poética y existencial ha sabido reflejar las dificultades de hablar sobre la realidad, siendo consciente de la falta de palabra y de la inexistencia de respuestas unívocas, manteniéndose en el límite de lo expresable mientras escribía “en las cenizas del lenguaje”. Así lo recordó la exposición Desde el puente de los años. Paul Celan – Gisèle Celan-Lestrange , comisariada por Francisco Jarauta y Bertrand Badiou en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en la que se exhibió una gran cantidad de materiales inéditos, especialmente la correspondencia con su mujer, que a finales de este año publicará Trotta.

Hallamos así una buena ocasión para reconstruir la imagen del poeta en acorde y dramática relación con su vida, al superviviente del horror nazi, cuyo destino final fue el Sena, junto a la extraordinaria afinidad con Gisèle, desgraciadamente ligada a la locura que se interpuso entre ellos. Si así lo hacemos, seguro que apreciaremos la fuerza de un Stehen identificado con la idea de resistencia, convirtiéndose su obra una vez más en un lugar indispensable para la lírica del siglo XX, una palabra poética dicha contra la muerte, clamor vivo de heridas no olvidadas en tantas cicatrices.

Con tal motivo, Campus se une a las voces de aquellos que han compuesto este reciente relato sobre Paul Celan para ofrecer otras referencias y perspectivas sobre alguien que habló con voz propia desde la más profunda de las crisis, legando un testimonio que deberá ser compartido por todos para no edificar un nuevo tiempo sin un profundo vínculo con nuestro pasado.