Con el mejor humor posible

Partamos de una buena actuación, de una tentativa en positivo, de llegar con raíces compartidas. Considero todo en ti. Nos aproximamos a las vacilaciones que nos ordenan el mundo en el que creemos. Hemos atemperado las definiciones, que se descargan con secuencias y destrezas. Llegamos a entender, y todo sigue con la voluntad de quienes vienen para ver y no ver lo que sucede, que es el todo y casi la nada en la que navegamos con aproximaciones más que certeras. Nos hemos sentado a la diestra de cinco navegantes que nos presuponen creencias y carencias con unas versiones que no vamos a dejar atrás.

Situamos las destrezas con unas breves palabras que extenderemos hasta el comienzo de ese compendio de planteamientos que siguen como si todo tuviera, que puede que sea así, algo de sentido. Nos miramos, y advertimos las preferencias de quienes vienen para otear las tentativas que han de llevarse a cabo. Fraguamos deseos en formas que no vamos a moldear.

Pongamos todo el afán para que las cosas salgan desde el punto de vista de una comunicación excelsa, excelente, con equilibrios variados, sensatos incluso. No dejemos que las cosas salgan al albur de lo no planificado. Todo tiene su interés, todo ha de ser defendido con la voluntad y la vehemencia de lo que posee algo que destacar, sentar y auspiciar. Hemos aglutinado experiencias que han de convertirse en gozosas.

Hagamos caso a las circunstancias y condicionantes de quienes soportan las intenciones más defendibles. Hagamos que las mudanzas funcionen. Hemos apaciguado los planteamientos de quienes dijeron estar y ahora son. Preñamos el futuro de fantásticos elementos de un presente que nos ha de juzgar con frenesí. No dejemos que el viento nos lleve lejos, donde las cosas no son.

Hemos aportado un grano de funcionalidad que nos ha de levantar las premisas de un mundo en exposición permanente a las ideas nuevas. Vayamos y volvamos de alguna manera. Secuenciemos todo con una virtud de crear procesos de determinación fugaz. Estemos donde las cosas nos apacigüen los ánimos, y seamos con la gratitud destacada. Hemos sido en la espera, que confiemos que no sea larga, no mucho más.

Nos debemos prestar el mejor humor que sea posible con las maneras de aletear en dirección a las grandes voluntades de ser y de estar con resortes poderosos. Hagamos caso, y seamos, y podamos, y definamos con unas puertas bien enormes. No pongamos arreglos donde apenas quedan demostraciones de funcionalidades dispersas. Nos deberíamos sincerar. Dediquemos tiempo de verdad a nosotros mismos. Hagamos que la visión del tiempo sea otra, sin buscar exclusivamente materias. Podemos acercarnos con la dicha de no estar solos, que no lo estamos.

Juan TOMÁS FRUTOS.