Carta al hermano de Mari Trini

Querido Gonzalo:

Leo tus líneas y siento tristeza, porque tienes razón, la razón de los hijos que se advierten desprotegidos de sus familias, de sus gentes, de las personas a las que aman. Te experimentas solo, y lo dices con la amargura de unas letras motivadas por el recuerdo de tu hermana, a la que muchos admiramos.

Yo también era pequeño cuando tu hermana triunfaba. Aprendí a amar sus canciones y su trayectoria, amén de su talento, de sus ojos y de su cara amable y comunicadora de emociones. Lo hice a través del cariño de mi tío Pepe, que siempre se sobrecogió escuchando el tino de las letras de unas canciones que nos recordaban con respeto y dolor lo que es la vida cuando la analizamos con una avalancha de sentimientos.

Es verdad que tu hermana fue, y es, importante en el panorama musical español e internacional. Es cierto también que no siempre acertamos a reconocer por escrito, o de viva voz, a las personas a las que les debemos rendir recuerdo y tributo. Y es verdad, igualmente, que el dolor de su pronta marcha, la de tu hermana, en unos momentos todavía presentes y muy cercanos, se rebela ante un aparente olvido de Mari Trini, a la que, reitero, valoramos por su talento, por su inteligencia y por su enorme capacidad de amar.

Digo aparente porque lo que ella nos transmitió fue mucho más que unas magníficas canciones: fue un contexto, fue una manera de ver e interpretar, fueron emociones… No entendería mi infancia ni mi adolescencia sin canciones suyas, o de otros artistas. Quiero decirte, Gonzalo, y seguro que, como yo, hay una inmensa mayoría silenciosa, que amamos a tu hermana y a su trabajo y que nos sentimos orgullosos de su murcianía y de lo que fue, de lo que es y será. El silencio, piénsalo, no es olvido, aunque esto no justifica esa panorámica que has hecho y sobre la que tienes toda la razón.

Pero como el movimiento se demuestra andando vamos a ver como conseguimos entre todos, con independencia de quién sea el organizador principal, que tu hermana tenga el homenaje que se merece. A todos nos hará más dignos.

Recibe un fuerte abrazo, mi consideración y mis ánimos, al tiempo que nos ponemos a tu disposición, Juan Tomas Frutos.