Afortunados por el premio-regalo de todo lo tecnológico

Hacer balances de lo que vamos logrando no es malo. Supongo que al contrario. Todo queda en su sitio cuando hacemos un buen análisis. Conviene que, a menudo, nos fijemos en lo que tenemos, y no para saborear una actitud soberbia, sino más bien para reconocer que somos unos afortunados. Quizá así no nos detengamos en lo que no conseguimos (cuando hacemos esto casi ofendemos a lo que debería ser la naturaleza humana).

De vez en cuando hay que ver que la vida es un poco, o un mucho, de regalo. Las cosas llegan con una suerte de destino y se dejan influir por los dos términos, por ese fatum que decían los latinos y por un azar (lo hemos de recalcar) que nos porta donde quiere, como quiere. Sí es verdad que nosotros construimos nuestras existencias, pero también es cierto que éstas deambulan por donde creen más conveniente en función de parámetros que no siempre podemos entender. Quizá eso nos da un cierto relajo y nos elimina mucha tensión que podría sobrevenir por algo inevitable que pudiéramos anticipar.

Les digo todo esto para resaltarles que debemos reconocer nuestras circunstancias, los instrumentos o medios que tenemos a nuestro alcance. No se trata de realizar una mirada introspectiva soberbia, pero sí de reconocer los baluartes que nos rodean y que hacen que nuestras vidas sean mucho más cómodas. Es aquí donde subrayo lo obvio: los nuevos inventos del siglo XX, sobre todo de finales, y fundamentalmente las nuevas tecnologías, han hecho realidad nuestros mejores sueños. Ha sido, y es, un viaje alucinante con paradas en lugares jamás pensados.

Si en otros momentos, y ello depende de mi estado de ánimo, considero que esto es un milagro, también, dentro de una visión un poco más cercana y entendible, podemos advertir que se trata de un premio, uno de ésos que te regala la vida sin pedirte nada a cambio. Esto sucede. Bueno, es probable que nos podamos solicitar, y hasta reclamar, algo a nosotros mismos. Hemos de demandarnos un poco de reconocimiento e incluso de agradecimiento. Me explico: reconocimiento por lo que suponen esas TIC´S en todas nuestras esferas cotidianas, que se ven sensiblemente mejoradas, con opciones extraordinarias. Por otro lado, ese confort se debería mostrar arropado por un agradecimiento a quienes hacen posible que todos los días esas tecnologías estén más cercanas y más asequibles. Muchas personas, desde ingenieros hasta responsables de contenidos, sin olvidar los que regentan económicamente estas empresas, etc., construyen un mundo a mitad de camino entre lo virtual y lo real (y todo es real, o casi) que nos anticipa, asimismo, un futuro con profundas y densas transformaciones. Si somos habilidosos, será para mejor, sin duda.

Estamos en ese lado del planeta donde nos debemos sentir unos privilegiados por muchos motivos, el primero y principal por haber tenido la suerte de cara: el hecho de nacer en países de economías potentes nos da unas enormes garantías de salud, de educación, de cultura, de respecto, de libertades, de derechos y, como señalamos en este escrito, en y desde la esfera de las nuevas tecnologías y los avances informáticos. Es bueno que lo reconozcamos, que lo veamos, que lo saboreemos. Estamos a hiper-velocidad, como nos dicen en algunas películas de aventuras. Ahora se trata de aprovechar el paisaje y el paisanaje para vivir, para ser, y no tanto para tener. La felicidad como modelo de vida tiene mucho que ver con esto. Si no sabemos medir lo que tenemos, cómo conservarlo, y hasta cómo sacarle el máximo provecho tranquilo, no tendremos en realidad nada. Pensemos en esto un poco.