(Claustro de Derecho. Foto: Luis Urbina).
La Universidad de Murcia celebra el jueves 21 de enero un homenaje a José Loustau, primer Rector de la Universidad de Murcia, y a Juan López-Ferrer, que actuó como benefactor de la institución interviniendo en la compra de un inmueble que no hubiera podido ser adquirido de otra forma.
El acto consistirá en el descubrimiento de una placa conmemorativa a Juan López-Ferrer en la entrada de la facultad de Derecho y el desubrimiento de un busto homenaje a José Loustau, obra del artista Cristóbal Hernández Barbero.
El 21 de octubre de 1935 abría sus puertas la Universidad de Murcia en el edificio de La Merced. La prensa de la época describía así las nuevas instalaciones: “Realizada con indiscutible buen gusto, obra de importancia, la Universidad de Murcia ha quedado instalada como puede estarlo la mejor de nuestras Universidades. Desde las salas de profesores hasta la magnífica Biblioteca, sin olvidar las clases, las Exposiciones, el Salón de Actos, Laboratorios, Secretaría, Colegio Mayor, jardín para deportes con piscina adecuada, la Universidad de Murcia disfruta hoy de un edificio de extraordinarias proporciones de solidez y de buen gusto”.
El edificio llevaba funcionando desde 1927 como sede del Colegio de los Hermanos Maristas. En 1932 hubo un intento de compra por parte del Rector Loustau para trasladar la Universidad de Murcia desde el Barrio del Carmen, pero la Constitución de la II República impedía la negociación con instituciones religiosas. En este contexto, la figura de Juan López-Ferrer fue providencial. Fue él quien realizó personalmente la transacción para adquirir este inmueble y los terrenos adyacentes el 13 de julio de 1934, adquiriéndolo posteriormente el Rector Loustau con autorización del Ministerio de Instrucción Pública de la II República Española por el mismo precio: 1.075.000 pesetas.