40 años de teatro en la Universidad de Murcia


Se conmemoró representando el primer montaje, que se hizo en 1967


Que veinte años no es nada ya nos lo advirtió Carlos Gardel. Pero dos veces veinte ya comienzan a adquirir cierta envergadura. Esos años, cuarenta nada menos, son los que ha cumplido el Teatro Universitario de Murcia, que lo ha celebrado representando ‘Farsa y licencia de la reina castiza’, la misma obra con la que comenzó su singladura este grupo que tantos montajes ha realizado desde entonces en numerosos teatros y universidasdes de diversos países.

El esperpento valleinclanesco sobre la corte isabelina en vísperas de la revolución del 68, servía para realizar una parodia del franquismo, y público y crítica se volcó con la obra: ‘Nos parece que el Teatro Universitario ha marcado un hito notable en la historia de las realizaciones escénicas de Murcia. El público corroboró este singular éxito artístico con sus cariñosos y prolongados aplausos’, apuntaba el diario ‘Línea’ al día siguiente de su estreno.

Por su parte, el diario ‘ La Verdad ‘ de Murcia aseguraba que ‘César Oliva ha tenido el acierto de entender la pieza –lo que no se da con demasiada frecuencia entre los directores- tanto en la forma como en el fondo’.

[…] ‘En toda la puesta en escena vimos exactitud, profundo entendimiento, sensibilidad y en suma, perfección’, transmitía el diario ‘Última hora’ de Palma de Mallorca.’, mientras que el diario ABC informaba que ‘La frase contundente, la irónica y burlesca poesía, y a veces el sarcasmo que animan este crudelísimo tablado de marionetas, tienen en los componentes del grupo teatral de Murcia medida y estudiada representación. Por eso los aplausos fueron cálidos y rotundos’.

Fueron numerosos los diarios que se hicieron eco de las representaciones de esta farsa y licencia…, y todos ellos, aplaudían de forma unánime, el acierto de la adaptación, de la escenografía y de los intérpretes.

Era sin duda el mejor comienzo con el que se podía aspirar. Y fue el punto de partida de una serie de montajes y de éxitos que ha llegado hasta hoy.

Cuando el artífice de todo esto, el profesor César Oliva recapitula, con la perspectiva que da el paso de los años sobre este fenómeno y se pregunta qué tenía este montaje, responde: ‘No sé. Encanto, Entusiasmo. Emoción, Calor. Convencimiento de de que había que hacerlo así’.

Oliva recuerda aquellos ensayos que se hicieron en la entrada de la Facultad de Derecho durante el primer trimestre del curso 1967-68, los fondos musicales llenos de referencias zarzueleras que hicieron en Radio Murcia y, sobre todo aquel final de función ‘Como si fuera un gran guiñol, en el que todos los personajes se colocaban en primer término, en una hilera absolutamente esperpéntica, movidos por los cuatro intérpretes que hacían de ‘pueblo’ y que decían las acotaciones. Mientras, -afirma Oliva- se escuchaba una versión orquestada de Suspiros de España . A más de uno se nos caían lagrimones’.

Ayer, día 17 de diciembre, cuarenta años después de aquella primera representación, hoy convertida en referencia casi mítica, el Teatro Universitario volvió –una vez más- a subir el telón, pero esta vez lo hizo para volver a representar la obra que le vio nacer. Todo un símbolo.