28 de octubre de 1956: 50º Aniversario de TVE.La televisión llegó a Murcia a los seis años de su inauguración.

Los murcianos vieron el primer Telediario la noche del 26 de julio de 1962

Con la instalación de Aitana, cerca de Benidorm, se cerró la primera etapa de expansión de la televisión en España-

La televisión es el más importante fenómeno de masas de todos los tiempos que, a partir de la mitad del siglo pasado, empezó a desarrollarse de una forma acelerada en la mayoría de los países del mundo y a cambiar los usos y costumbres de las sociedades donde fue implantándose. Primero en Reino Unido, Francia, Italia y los Países Bajos; después en Bélgica, Alemania, Dinamarca y Suecia y, seguidamente, en los restantes países europeos, entre estos España. En 1947 se había popularizado un disco gramofónico en nuestro país que tenía por título, precisamente, La televisión , cuyo estribillo era: “La televisión, pronto llegará, tu me cantarás, y yo te veré…”. Los primeros pasos de la televisión en nuestro país datan de 1948, en la Feria Internacional de Muestras de Barcelona. En 1951, coincidiendo con la creación del emblemático Ministerio de Información y Turismo (MIT), comenzarán las primeras emisiones experimentales desde el chalet número 77 del madrileño Paseo de la Habana y se empezarán a adquirir los primeros receptores de importación. En sus emisiones de pruebas aparecerán Carmen Sevilla, Ángel de Andrés, Fernando Sancho o Perico Chicote.

Cuatro años después, a las diez y media de la noche del domingo 28 de octubre de 1956, TVE es oficialmente inaugurada por el ministro del ramo con la emisión de una eucaristía presidida por una imagen de Santa Clara, convertida en patrona celeste del nuevo invento. Y al día siguiente, coincidiendo con el XXIIIº aniversario de la fundación de Falange Española, el Día de los Caídos y la festividad de Cristo Rey, comenzarán sus emisiones regulares, a partir de las nueve y media de la noche y durante tres horas diarias, excepto los lunes, por descanso del personal. La novedad comenzó a hacer acto de presencia en la calles gracias a los receptores que iban exponiendo las tiendas de electrodomésticos y los que se iban instalando en bares y cafés. A 16.500 pesetas ascendía el precio del televisor más barato que se podía adquirir en el mercado, lo que equivalía entre seis meses y un año de salario.

Un breve del diario provincial Línea dio la noticia a los murcianos de la inauguración de TVE, a la que se calificaba de “televisión madrileña”, pues entonces sólo se podía ver en la capital, donde se calculaba que entonces habría ya unos 3.000 receptores. TVE contaba entonces con unos veinte millones de pesetas de presupuesto anual cuando la BBC ya alcanzaba los 2.000 millones de presupuesto y en Inglaterra se contabilizaban seis millones de aparatos receptores. En el periódico murciano del Movimiento se anunciaba “una revolución” en las costumbres de los españoles, no sólo en sus hogares, sino en su tiempo de ocio y en los estudios de niños y jóvenes, merced a un invento que ya empezó a llamarse la tele y que afectaría negativamente a las salas de cine.

Casi un año después de su inauguración oficial, en septiembre de 1957, comenzó la edición de su primer Telediario de sobremesa, que pronto llegaría a superar en audiencia al Noticiario cinematográfico de NODO, que se exhibía obligatoriamente en los cines. Será a partir de 1959 cuando TVE comience su expansión por todo el territorio español con la instalación de su emisora de la Bola del Mundo en la sierra de Navacerrada, y seguidamente las de La Muela, en Zaragoza, y Tibidabo, en Barcelona, en donde el Palacio de Miramar fue cedido por su ayuntamiento para instalar el segundo centro de producción. Por entonces se calcula que entre Madrid y Zaragoza habría unos 40.000 receptores y más de 200.000 espectadores. El padre José María de los Llanos, escribió entonces en el diario murciano La Verdad , de la Editorial Católica: “Basta con levantar la cabeza e ir contando las antenas que lucen las azoteas de la ciudad, mejor dicho de las ciudades. La nueva instalación de Navacerrada y su éxito técnico ha extendido el efecto de sus ondas a la tercera parte de la nación”.

Murcia aspira a la televisión

Ya a finales de 1959 Murcia aspiraba a lo que otras provincias españolas habían empezado a disfrutar: la tele . En la capital, la recién construida Gran Vía se había convertido en el centro vital de una ciudad que empezaba a perder, por otro lado, viejos rincones cargados de tradición e historia. En su paseo de Alfonso X el Sabio estaban construyéndose los primeros edificios; los nuevos barrios de Santa María de Gracia y Vistabella albergaban ya a cientos de familias que habían abandonado sus viejas y humedecidas viviendas de la huerta circundante. Murcia, como el resto de las provincias del sureste español, continuaba al margen de que pudiera verse el nuevo invento de información y entretenimientos de masas, que se preveía que llegaría a través de una estación reemisora que se instalaría en el pico del Veleta, en Sierra Nevada (Granada).

A principios de 1960, distintas pruebas con el equipo de la Bola del Mundo lograrán enviar la señal audiovisual a muchos puntos de la cordillera cantábrica, Extremadura y también hacia el sur y hasta zonas del norte de la provincia de Murcia. Será a mediados de 1962 cuando TVE ponga en funcionamiento la emisora Aitana (Alicante), destinada a cubrir una amplia zona que comprenderá las provincias de Castellón, Valencia, Alicante, Albacete, Murcia, parte de Almería y de las islas Baleares. TVE llegará, por tanto, a Murcia desde Madrid a través de La Mancha y el corredor levantino, después de alcanzar las dos mesetas castellanas, el noreste, el oeste y el sur, el noroeste y la cornisa cantábrica, aunque zonas de esas áreas quedaran todavía en sombra, casi seis años después de aquel 28 de octubre de 1956, cerrándose así su primera gran etapa de expansión.

El repetidor Aitana, instalado en la sierra del mismo nombre, en las inmediaciones de Benidorm, a 1.520 metros de altitud, tenía 156 metros de altura, similar a los instalados en Bilbao, Santiago o Sevilla. Aitana no sólo permitiría emitir a su zona de cobertura la señal producida en Madrid o Barcelona, sino que podría retransmitir a Madrid y a toda España los acontecimientos que se produjeran en la zona del sureste y en el caso de Murcia a través de Antonio Abellán Verdud y José Dato Ramírez, convertidos en sus corresponsales provinciales con cámaras de cine de 16 mm.

Pero antes de que la televisión llegara Murcia vía Aitana, en 1958 se había producido un hecho curioso digno de relatar. El primer televidente murciano había sido Francisco Meroño García, propietario del establecimiento Meroño Radio de la murciana calle de Trapería. Con la instalación de una antena especial de alta ganancia, Meroño había empezado a sintonizar diversos canales extranjeros a pesar de las montañas que circundan la capital, siendo más nítidas las imágenes en los días nublados, y en 1959 había empezado a sintonizar ya la señal de TVE tras la puesta en funcionamiento de su emisora de Navacerrada o de las Dos Castillas.

En una provincia como la de Murcia, en la que su gobernador civil, a través de una circular, prohibía el uso del traje de baño o pantalón corto a los mayores de catorce años en las calles o bares y recordaba otras normas de moral pública en piscinas y playas, la televisión estaba siendo esperada ese verano de 1962, que ya atraía a los primeros turistas a sus costas. Los periódicos locales empezaron a publicar numerosos y grandes anuncios de los principales establecimientos de electrodomésticos y de marcas de receptores de televisión. Se anunciaba: “Ha llegado el momento de adquirir un televisor para que toda la familia disfrute de los programas de TV, tanto tiempo esperados”.

A las 20 horas del 26 de julio de 1962

La inauguración oficial de Aitana fue el 18 de julio, la fecha más mítica de la dictadura franquista, pero debido a problemas técnicos y un fuerte vendaval la llegada de la señal de TVE a Murcia no llegó ese día. Hasta ese momento los escasos propietarios de aparatos solo podían ver unas “inquietantes rayas blancas”. El comerciante murciano Víctor Guillamón decía que hasta ese momento se habían vendido pocos televisores y consideraba que no era necesario forzar la venta antes de que TVE emitiera con garantía, pues los compradores llegarían a achacar a los aparatos defectos que no tenían. Guillamón también decía que, debido al elevado coste de los televisores, hasta ese momento sólo las “clases pudientes” los estaban adquiriendo, y afirmaba que faltaría algún tiempo para que se generalizase su compra.

La televisión llegó a Murcia el 26 de julio de 1962. El periódico La Verdad tituló así la noticia: “Murcia vivió ayer unos momentos de expectación”. Y decía: “Una de las conquistas más espectaculares del mundo moderno nos llegan, al fin, con cierto retraso, es verdad, pero con no escasa ilusión”. La programación en aquella época estaba dividida en la vespertina (de 14.30 a 17 horas) y en la nocturna (de 20.30 a 24 horas). Así que a las 20 horas de ese jueves, empezó a verse en Murcia la primera imagen que emitía TVE a través de Aitana. Fue el enrejado de control. Hasta que a las 21.19 horas pudieron verse ya las primeras imágenes en movimiento, que correspondían al telefilm Mr. Ed , un western americano. A las 21.25 horas pudieron verse las predicciones del hombre de El Tiempo , Mariano Medina, y a las 21.30 horas el primer Telediario que llegaba a los primeros telespectadores murcianos, con el que el sonido empezó a funcionar correctamente, presentado por Jesús Bayo e Ignacio Bacio. En el mismo apareció Manuel Fraga Iribarne, que había tomado posesión del MIT el doce de julio, para dar la noticia del fallecimiento de su antecesor en el cargo y promotor de la fundación de TVE: Gabriel Arias Salgado. A las 21.45 emitió La familia por dentro ; a las 22 horas, Escala en Hi-fi ; a las 22.30, el telefim seriado Perry Mason , y una hora después la tercera edición del Telediario , dando por finalizada así la programación diaria.

A la instalación del centro emisor de Aitana había contribuido económicamente tanto la Diputación Provincial como el Ayuntamiento de Murcia. Los murcianos llevaban tiempo esperando poder ver la tele y los escaparates de los numerosos establecimientos de electrodomésticos atrajeron a partir de esa noche al numeroso público callejero que se paraba y arremolinaba para contemplar las imágenes de los receptores expuestos. A partir de esa calurosa noche, la sociedad murciana empezó a incorporarse a la modernidad que representaba la televisión. Su desarrollo en España fue incluso más rápido que otras necesidades que podrían considerarse más básicas. Muchas poblaciones en la provincia carecían aún de agua corriente y alcantarillado, muchos de sus caminos continuaban sin asfaltar, el servicio telefónico no había llegado a bastantes zonas, como Zeneta o Corvera, un medio de comunicación que era considerado todavía un artículo de lujo para las clases populares. La expansión de TVE coincidió con la expansión económica del régimen, tras la promulgación del Plan General de Estabilización Económica de 1959, y en la década de los sesenta, la provincia murciana empezaría a experimentar los cambios más radicales de su historia. En la capital, no sólo se estaba a punto de construir los últimos edificios de su Gran Vía [entonces denominada de José Antonio], sino que la política urbanística del régimen promocionaba la creación de nuevos barrios y viviendas sociales o populares (casas baratas), que poco a poco verían sus tejados plagados del nuevo artilugio: las antenas de televisión. Las tiendas de electrodomésticos empezaron a poblar las ciudades de la provincia con aparatos que iban a entrar en los hogares de las clases populares lenta pero ininterrumpidamente, gracias a que el pago a plazos para la adquisición de bienes de consumo empezaba a generalizarse. La televisión se convirtió en un fenómeno social de primer orden que llegaría a trastocar por completo las costumbres de los ciudadanos. No sólo los particulares iban a las casas de sus vecinos que habían adquirido un televisor para sentarse delante de el, en bares, casinos y clubes sociales empezó a ser un reclamo obligado al frente del cual se agrupaban los clientes en un salón propio, y se fomentó la creación de salones parroquiales y teleclubes específicos, como si de nuevas salas de espectáculos se trataran. El diario La Verdad llegó a decir: “Quiera Dios que la llegada de un paso nuevo en la técnica a nuestra tierra, traiga para todos beneficios y no corrupción”. De todas formas, las zonas en sombra y las interferencias (nieve) fueron continuas en los años posteriores. Pocos años antes de la muerte del dictador, siendo director general de RTVE Adolfo Suárez, empezaron a establecerse los denominados centros regionales para la emisión de sus propios programas, como Aitana , que comenzó su emisión regular en octubre de 1974 “centralizado” en Valencia y que se emitía también para Castellón, Alicante, Albacete, Murcia y Almería. El 17 de junio de 1980 desde Aitana se empezó a emitir el programa con el indicativo Tele-Murcia, diseñado por Antonio Montoro. Hasta que no entraron en funcionamiento los reemisores de Cresta del Gallo y Carrascoy, Tele-Murcia no pudo emitirse desde su propio centro regional, cosa que ocurrió el lunes cuatro de octubre de 1982, independizándose de la órbita valenciana que tan poco favoreció el proceso e instauración de la autonomía murciana.