Parece mentira, pero los años han pasado y Paco Flores, mi querido maestro en estas artes… las gráficas y las editoriales, alcanza el momento de su retiro académico.
No es sólo una lúcida mente, y un genio (a su manera), quien alcanza el administrativo rubicón del abandono de la enseñanza, sino un amigo, al menos de ello me vanaglorio hace años. Quien piense que este cese administrativo de actividades supondrá un cese total de la actividad intelectual de Paco es que no le conoce, pues su inquieto espíritu, y su inagotable ansia creadora no le han de permitir, afortunadamente, un retiro al uso.
Él me ha enseñado mucho de lo que sé de este arte-negocio: y así de él aprendí a esperar las acometidas del editorial morlaco, unas veces; a citar y ajustar el pase, otras; a adornarlo con una mirada a los tendidos, las más de las ocasiones….. ¡Vaya, me fui del mundo del libro al mundo de los toros! ….. Pero es que equívoqué el rótulo: no es binomio, sino trinomio: Paco Flores, los toros y el libro… ¡Menuda fiesta….! Bueno, rectificar es de sabios, incluso del bueno de Hua Ta Mi (227. Dijo Hua Ta Mi: si estáis seguros de que estáis seguros, es porque dudáis de que estéis seguros. Sin embargo, no se puede dudar de que se está dudando), así que cuatro son los lados de este rico polígono, al incluir la fiesta…..
Pero es que hay más facetas que enriquecen esta colosal figura: el Arte (y su personal y especial relación con Ramón Gaya), la Antropología (y su especial vinculación con Itzea y los Baroja, tío y sobrino), la Fotografía (espectaculares reportajes sobre toros, medio natural, costumbres y, cómo no, la Semana Santa murciana), el Flamenco….
Al fin, estaba cantado, resulta que la figura que más se asemeja al plural perfil de Paco Flores es la del círculo, y acerca de sus connotaciones simbólicas clásicas no me voy a detener, pues nadie mejor que él para hacerlo desde el punto de vista de la simbología y la antropología cultural.
Querido Paco, espero seguir viéndote llegar durante mucho tiempo con tu imagen tranquila, serena, socarrona a veces…., para darnos más pinceladas acerca de la cultura y el arte, de la sociedad y la política, de los toros y la fiesta… de la vida, en fin……; y, a poder ser, en la sobremesa de un buen arroz como el que tantas veces hemos disfrutado juntos.
No quiero dejar de caminar una vez más, cual escudero fiel, a la sombra del melancólico Caballero que aparentas ser, que, asentado fuertemente en el estribo del saber, deambulas, lanza en ristre (más bien pluma en mano) por los recovecos de la Cultura, personificando al auténtico prototipo del hombre sabio en un mundo de falsas apariencias del saber.
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