El escritor y critico Francisco Solano escribe en Babelia “El hombre desciende del libro“, en el que comenta varios de los muchos libros centrados en el mundo del libro y la literatura que se publican últimamente. Libreros, bibliófilos, editores, bibliotecarios, escritores… son protagonistas de novelas, ensayos, reflexiones… La intuición de Paco Solano es que quizás esta abundancia está haciendo del libro en la forma que conocemos un objeto de ficción: “La obviedad de que los libreros, junto con los bibliotecarios, han sido los más acreditados defensores del libro nos transporta a una realidad que se está despoblando de modelos de imitación. Aún quedan libreros, claro está, y, según la pauta común, si se deciden a escribir una novela, ésta será una defensa de la lectura, lo que sin duda indica que siguen aferrados a la hermosa quimera. (…) No faltan historias, ni carecemos de testimonios que rememoran la excelencia del libro, pero ¿no indica su abundancia que el libro, en tanto que objeto, se está transformando, como los fantasmas, en materia de ficción?”.
Lecturas recomendadas: Una especie en peligro de extinción. Lawrence Grobel. Belacqva. Barcelona, 2008. El arte de rechazar una novela. Camilien Roy. Bruguera. Barcelona, 2008. Libro de libros. Javier Azpeitia (coordinador). 451 Editores. Madrid, 2008. Mendel el de los libros. Stefan Zweig. Acantilado. Barcelona, 2009. La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey. Mary Ann Schafer y Annie Barrows. RBA. Barcelona, 2009. En este último las autoras, tía y sobrina que han ejercido de libreras, de bibliotecarias y de editoras, escriben “una novela epistolar con evidentes dosis de encanto británico, capaz de transmitir el valor de la lectura como resistencia en una isla invadida por el ejército alemán”. ¿No apetece leerla?.
Es un libro, además, con un blog en el que los lectores comentan y dan sus impresiones, para dar la razón al comentario de Solano, aunque no compartamos su tono negativo: “La injerencia de Internet ha transformado por completo el universo de relaciones literarias y los blogs han sustituido los debates y las tertulias”.
Desde mi punto de vista, lo verdaderamente importante para que no desaparezca el libro de papel es la escuela. La escuela donde se despierte la curiosidad y el espíritu crítico. Donde se enseñe historia y sobre todo a pensar… y que la ortografía no sea el centro de la escuela, potro de tortura para muchos niños, que junto a la gramática dogmática hacen odiar los libros. Escribir leer escribir leer.
EL PLACER DE LA LECTURA (en libros de papel)
Hoy, cuando la industria de la electrónica nos acosa y trata de absorbernos cual tempestuoso torbellino y seducirnos y atraparnos con su acelerada producción de eBooks, tabletas, smartphones y demás inventos, creándonos una estresante dependencia y un continuo desasosiego, pues cualquier novedad de última generación se queda anticuada en nuestras manos nada más adquirirla. Sin querer dogmatizar y admitiendo los beneficios de estas nuevas tecnologías, el auténtico placer de la lectura está en nuestros libros, cuya compañía nos produce un singular sosiego, una independencia y un placer para los sentidos, con sus formas, sus colores, su tipografía, las ilustraciones, los tipos de papel, sus encuadernaciones y hasta su peculiar olor, y aún más placentero si estas lecturas las hacemos en nuestra biblioteca o en ese lugar de nuestra casa donde hemos ido colocando nuestros libros, muchos de los cuales nos traen recuerdos de las diversas etapas de nuestra vida en que fueron comprados o recibidos como regalo de nuestros padres, amigos o allegados.
Mi hijo Álvar me ha regalado por mi cumpleaños un libro de Eugene Field, titulado Los amores de un bibliómano, de Editorial Periférica, y la verdad es que ha acertado, porque en estos tiempos que corren me estoy divirtiendo con su lectura, e in-cluso algunas de sus páginas me han hecho sonreír. A continuación les ofrezco unas cuantas líneas del mismo.
MARIO FERNÁNDEZ,librero
Cuanto más avanzamos en la investigación más nos convencemos
de que, en su origen, la humanidad la formaban tres hombres, siendo uno de ellos el librero, el cual estableció rela-ciones cordiales entre los otros dos diciendo: “Yo serviré a ambos, provocando entre vosotros una demanda y una oferta”, y entonces el autor cumplió su parte y el lector la suya, lo cual me parece a mí una teoría mucho más elegante que la sugerida por Darwin y su escuela de investigadores. Por la propia naturaleza de su oficio, los libreros son tolerantes. Su relación con toda clase de personas y su constante vínculo con los libros les da una benevolencia que los capacita para ver con singular claridad y desapasionamiento cada etapa de la vida y cada designio de la Providencia. No siempre son prácticos, porque el desarrollo de la naturaleza espiritual e intelectual del hombre no favorece al mismo tiempo la destreza en el uso de los miembros más básicos del cuerpo. Yo he conocido filósofos que no eran capaces de ensillar caballo, ni siquiera de espantar a una gallina.
UN FUERTE ABRAZO PARA FRANCISCO SOLANO AL QUE APRECIO Y ADMIRO.
CREO QUE LE CONOCÍ CUANDO ME VENDIERON LOS LIBROS DE UN DESPACHO. ENTRE ESTOS LIBROS HABÍA UNO DE POESÍA DEL QUE ERA AUTOR Y ME GUSTÓ