ENTREVISTA A JESÚS SALMERÓN RUIZ (PRESIDENTE DE EAPN MURCIA)

 

1.      ¿Cómo ve la situación del colectivo de personas en riesgo de exclusión social de Murcia en relación a hace 5 años?

Francamente mal. El número de personas en riesgo y en pobreza ha aumentado a la misma velocidad que han disminuido las ayudas y los recursos de todo tipo. Me refiero a la cobertura del desempleo, a la renta básica, a las ayudas de los servicios sociales, a la dependencia, etc. En general los sistemas de protección no alcanzan, ni mucho menos, a cubrir una mínima parte de las necesidades de las personas ni llega a todas las personas potenciales beneficiarias. La mayoría de estas ayudas están muy por debajo del umbral de la pobreza y más todavía del salario mínimo.

El desempleo es un factor que castiga también con fuerza a estas personas. Y la precariedad suele ser una característica del empleo al que suelen tener acceso las personas en exclusión. Además, siendo el empleo un factor importante de inclusión, casi un 15% de las personas que tienen trabajo cobran por debajo del umbral de la pobreza.

Los números y las estadísticas oficiales reflejan una realidad tremendamente dura para muchas personas. Baste recordar que casi 20.000 hogares de esta región no tienen ningún ingreso.

Hace poco, los parados de larga duración eran los que superaban el año sin haber trabajado. Hoy son millones de parados que superan los tres años sin trabajar.

Además de la escandalosa situación de pobreza material, tenemos el impacto psicológico que esto tiene sobre las personas, sobre su autoestima, sobre la confianza en sí mismos, graves problemas de salud mental, sinhogarismo, generando impotencia, desesperanza, abandono de las ganas de luchar.

Y a corto y medio plazo, las expectativas de mejora de la situación de las personas no son buenas, por lo que veo. La inversión en el rescate de estas personas no es una prioridad.

2.     Las entidades miembro de EAPN, ¿cuentan hoy con más recursos para realizar sus actividades?

No, para nada. En estos años de crisis y de recortes, los recursos que han gestionado las entidades se han visto reducidos cerca de un 60%. Las bajadas de presupuestos han sido muy fuertes, así como la desaparición de muchas partidas, servicios  y programas.

Insisto en que la disminución de recursos se produce en un momento en que las necesidades de las personas han aumentado y las personas en dificultad también.

Y esta disminución o desaparición de recursos va en contra de la Estrategia Europa 2020, que indica a los estados miembro unos objetivos claros y precisos en materia de empleo, de educación y de lucha contra la pobreza.

3.     ¿Existe una concienciación de la sociedad en general en relación a la problemática de la exclusión social?

Si tomamos como referencia la solidaridad para la recogida y distribución de alimentos y de las personas voluntarias en estas tareas, debemos concluir que sí, que se ha producido un incremento de la conciencia de que muchas personas están empobrecidas y que necesitan ayuda para atender sus necesidades más básicas.

Si tomamos como referencia la existencia de contestación social, de organización de personas afectadas, de alternativas profundas a un sistema que provoca y tolera estas situaciones de exclusión, etc., ya no sería tan optimista. En este sentido, creo que no terminamos de tomar conciencia de la realidad que vivimos y de que no tenemos salida con este sistema.

Salvo importantes respuestas ciudadanas a determinados problemas (por ejemplo, la reacción de las personas afectadas por las hipotecas), la sensación que tengo es que la mayoría está desencantada, no ve salidas a esto, no se implica. O que las reacciones son aisladas, poco conectadas y muy puntuales.

Tengo la impresión de que a pesar de la entrega y la generosidad de muchas personas y organizaciones, los resultados son pocos y que falta eficacia.

4.     ¿Qué oportunidades  ofrece el nuevo Programa Operativo que actualmente se está gestando en la CCAA de Murcia?

La primera gran oportunidad es la de hacer las cosas de otra manera, por el mismo planteamiento que exige la Unión Europea desde el principio de la planificación de los programas nacionales (Acuerdos de Asociación) y los fondos: que se hagan las cosas de manera integrada, que los programas se complementen y se coordinen. En este sentido, otra oportunidad es que los fondos se deben complementar para el desarrollo de las acciones.

Otra oportunidad es que el reglamento del Fondo Social Europeo exige que el 20% del mismo debe ir a programas de inclusión y de lucha contra la pobreza. También que algunas acciones deben ir específicamente dirigidas a los grupos más excluidos (como inmigrantes y minorías) y que corren más riesgo de sufrir discriminación, prestando especial atención a las comunidades más marginadas (como la gitana).

Otras oportunidades tienen que ver con el papel y las funciones de los Comités de Seguimiento, la necesaria participación de las ONG’s como agentes clave, la relevancia del desarrollo territorial y el papel protagonista de las propias comunidades, que se contemple la promoción de la igualdad de género, la igualdad de oportunidades y la no discriminación, la exigencia de contemplar indicadores que aseguren que se contemplan estos objetivos y que se miden los resultados.

5.     En cuanto a la financiación, ¿qué porcentaje  aproximado del presupuesto de las entidades  sigue dependiendo de fondos públicos?

Aunque no tenemos ese dato, si tengo la certeza de que a mayor porcentaje de dependencia de los fondos públicos mayor dificultad de las entidades para sobrevivir y desarrollar sus funciones. El enorme recorte en la financiación de los servicios que prestan las entidades en estos años, ha hecho que muchas están cerradas, mermadas en recursos y capacidades de atención, muchas endeudadas, el trabajo precarizado, dependiente de unas subvenciones que no transmiten seguridad ni garantizan la continuidad.

Las administraciones suelen pagar tarde; no contemplan los gastos financieros, por lo que las entidades tenemos que cofinanciar los programas; se abusa de la concurrencia competitiva para programas plurianuales. Además, después de haber justificado las subvenciones pueden pedir cosas no previstas en los pliegos. Y para colmo asistimos a un proceso de auditorías sobre programas cerrados, justificados hace años y que obliga a muchas entidades a devoluciones, en muchos casos injustas.

6.     En referencia a la Universidad, ¿cuál es el grado de colaboración que existe entre ella y EAPN?, ¿lo cree suficiente?

La colaboración nunca es suficiente, pero la universidad (y el profesorado de la universidad) siempre ha estado atenta a nuestras demandas.

Una clara dificultad para una colaboración más estrecha, más continua y organizada está en la propia situación de nuestra Red, que no dispone de medios suficientes ni tiene recursos para la dedicación a más investigación, más producción científica o más apoyo para la formación profesional del alumnado.

7.     ¿Cuáles son los retos de futuro a los que se enfrenta el Tercer Sector en Murcia a corto /medio /largo plazo?

La mejora del modelo de financiación, avanzando hacia un marco que garantice la estabilidad de la actividad del sector, que facilite el acceso al crédito, que incorpore las cláusulas sociales. Esto obliga a la modificación de algunas leyes (especialmente de la Ley General de Subvenciones)  y la revisión y modificación del modelo de fiscalidad para facilitar la capacidad económica de las entidades, así como la normativa regional en estas materias.

La mejora y refuerzo de las capacidades de las entidades del Tercer Sector de Acción  Social: el fomento de la innovación, de la calidad, la formación de sus recursos humanos, la mejora de las estrategias comunicativas y de su imagen social, la investigación, el diseño de una cultura organizativa y el desarrollo de modelos organizativos, un mejor posicionamiento en la prestación  de servicios, mejora de los modelos organizativos, fomento del voluntariado, trabajo en red, defensa de derechos sociales, autonomía con respecto a las administraciones públicas…

La mejora de la interlocución y la participación. La función social y el valor añadido del TSAS, la normativa y legislación reconoce esta demanda. Además, los cambios y transformaciones sociales, y muy especialmente la actual situación de crisis económica y moral, recomienda la concurrencia de todos los actores sociales, no sólo los económicos o institucionales, sino también y muy especialmente de los que representan a la sociedad civil organizada en la ideación, planificación y desarrollo de las políticas de desarrollo y cohesión social. Sólo así estas políticas serán útiles para prevenir y afrontar situaciones de exclusión social.

Por último, señalar entre las prioridades la de articular el sector como una organización unitaria de interlocución social, que de cohesión a las entidades y organizaciones miembro y facilite la coordinación de sus actividades, que le permita contar con una efectiva capacidad de influencia y de desarrollo de un profundo diálogo civil y social con los poderes públicos, los agentes sociales, el mundo empresarial, los grupos mediáticos y el conjunto de instituciones relevantes de la Región de Murcia y su sociedad. Organización que debe ser consultada y oída en las decisiones y políticas clave que afecten de cualquier manera a los grandes intereses y necesidades transversales del Tercer Sector. Una organización que persiga la consecución del bienestar y promoción de las personas más desfavorecidas mediante la defensa de sus derechos y de los principios de igualdad, dignidad y equidad, para fomentar el compromiso comunitario, el valor de la solidaridad y la lucha contra la pobreza y/o la exclusión social, contra la marginación, la desigualdad y la discriminación.


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