Un proceso que cura

Juan TOMÁS FRUTOS

Movemos el mundo hasta dar con ese toque mágico que nos resucita y alimenta. Hemos de vernos bien. Nos maravillamos.

 Nos declaramos en alerta mientras volvemos a la emoción misma. Nos regocijamos. Hemos advertido. Nos construimos.

Consideramos. Nos establecemos en mil mundos que nos aclaran las incomprensiones con voluntades que unen.

Damos una ocasión más a cuerpo y alma, y con ese todo nos transformamos en amor. Hemos resuelto con dedicación.

Destacamos las visiones que nos agradecen estancias en resoluciones claves. Hemos sido y volveremos a serlo en un nuevo proceso que cura y que es. Nos vale.