Si en 2008 se agotó el espejismo, en 2009 se produjo el gran batacazo, sobre todo en economías como la española, y, por ende, también la regional. Cuatro millones de parados en toda España. No fue posible frenar la caída del empleo, a pesar de las medidas de los gobiernos de España y autonómicos. Los apoyos específicos a sectores como el automóvil no surtieron todo el efecto deseado, y, por otro lado, ámbitos como el agrario se quedaron en mínimos en cuanto a producción y ventas.