“En el arte se ha creado una especie de elitismo que considero arrogante, y más en la pintura que en otras artes”.
“El arte es un misterio, y no hay, como en la ciencia, la posibilidad de valorar de manera objetiva las cosas”.
Se muestra evasivo a la hora de contestar, ofreciendo respuestas que remiten a lugares comunes, hasta que, mirándole fijamente a los ojos, espeta al entrevistador: “Usted sabe las respuestas de todas las preguntas que me hace”. A Antonio López no le motivan las entrevistas. Y se le nota. Él prefiere conversar, aunque sea un periodista ávido de sus pensamientos quien tiene enfrente. En las conversaciones, sin embargo se crece y se anima, habla de lo divino y –sobre todo- de lo humano. Es en las distancias cortas con su interlocutor cuando le viene esa pasión que se echa en falta si alguien se limita a formularle cuestiones más protocolarias.
Pero el cronista desea saber muchas cosas de este artista reconocido internacionalmente que, a sus 78 años, es todo un clásico vivo. “Perdone, don Antonio, pero lo que intento es que usted me comente, con sus palabras y en primera persona, lo que piensa de muchos asuntos, sobre todo relacionados con el arte”.