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“Si la universidad no funciona, la sociedad no funciona” (Ana Crespo)

“La presencia de mujeres en las instituciones es un equilibrio para esas instituciones, no un servicio a las mujeres”

Ana Crespo de las Casas es una de las científicas más destacadas de nuestro país. Catedrática de Botánica por la Universidad Complutense de Madrid, se convirtió hace seis años en la tercera mujer que entraba a formar parte de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de los 54 miembros que la componían. Actualmente son cinco las mujeres que forman parte de esta institución, algo claramente insuficiente y significativo de la discriminación que aún sufren las mujeres en muchos de los ámbitos profesionales, artísticos, científicos o culturales en nuestra sociedad. Esto sólo podrá ser paliado en un plazo de tiempo razonable, según ella, si se toman medidas de cupos para ir facilitando la normalización de su presencia, una medida con lo que antes no estaba de acuerdo.Autoridad internacional en investigación evolutiva, sistemática y ecológica, Ana Crespo ha ostentado diversos cargos de responsabilidad en varios gobiernos en temas relacionados con la investigación y la universidad: Directora General del Gabinete del Secretario de Estado de Universidades e Investigación entre 1987 y 1991 y Directora General de Universidades entre 1991 y 1993. Entre los años 2005 y 2008 fue Coordinadora General de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI).

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Según la investigadora y catedrática de Botánica Ana Crespo, la convocatoria de la UMU para incorporar personal investigador a grupos de investigación es única en España. Foto: OMEGA/UMU.

Estos días se encuentra en Murcia, adonde ha venido para presidir la comisión que evaluará la convocatoria de contratos para la incorporación de personal investigador con perfil técnico de alta cualificación a grupos de investigación de la Universidad de Murcia, enmarcada en el Plan Propio de Investigación de la UMU y que tiene como objetivo mejorar “la efectividad de la actividad investigadora realizada en la Universidad de Murcia”.

-Pregunta: ¿Qué destacaría de la convocatoria de la UMU para incorporar personal investigador de alta cualificación?

-R: No conozco ninguna convocatoria con estas características en el panorama nacional. Se trata de algo muy original en todo caso. Y muy demandado por la comunidad científica.

Las tecnologías se van desarrollando mucho, y el apoyo a la investigación ha de tener mucho mayor dinamismo que el que tenía hace años. Ahora mismo, para que un grupo de investigación funcione, es importante que haya un grupo de técnicos muy cualificados que formen parte del tejido del proyecto y que estén muy pendientes de lo que se vaya progresando en el desarrollo tecnológico en ese campo concreto.

El tema de los técnicos es algo muy básico en las investigaciones, y las universidades todavía no son plenamente conscientes de ello. Es muy importante que eso se contemple como una prioridad, por eso felicito a la Universidad de Murcia por esta convocatoria.

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Un momento de la entrevista. Foto: OMEGA/UMU

-P: El hecho de que se busque a estos profesionales de alta cualificación es lo que confiere un carácter especial a la convocatoria…

-R: Se trata de técnicos que no se pueden encontrar en el mercado con facilidad, son técnicos que se han formado en el propio contexto investigador, técnicos que tienen que saber de las fronteras, leer las revistas científicas de primer orden, y hacerlo desde su sesgo técnico. Eso es muy difícil y requiere muy alta cualificación, y además con tintes muy diversos, no es lo mismo un técnico especializado en informática que otros en genómica, y todos ellos han de  ser críticos y muy nuevos.

-P: En el preámbulo de la convocatoria de la UMU para incorporar personal investigador de alta cualificación se especifica que el objetivo es mejorar la actividad  investigadora en la UMU.

-R: Yo creo que la capacidad técnica de los equipos puede ser factor limitante en el desarrollo de la investigación de grupos que sean, por otro lado, extraordinariamente competentes. Si carecen de eso, falta una pieza de muy difícil sustitución.

-P: Usted fue la tercera mujer en incorporarse a la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Ahora hay dos más, cinco de un total de 54 miembros ¿Cuándo tendremos a la mujer incorporada de pleno y con porcentajes similares a los hombres en todas las instituciones?

-R: Hay quien opina que, sin necesidad de hacer nada, el propio empuje de las mujeres investigadoras irá cristalizando en la consecución de un equilibrio. Yo misma, antes lo creía, pero ahora no. Pienso que es necesario adoptar medidas activas en este terreno, tiene que haber conciencia en la sociedad y en las instituciones de que hay que ayudar a conseguir esto, favorecer ese equilibrio.

Y lo digo por una razón básica, en primer lugar, favorecer a las propias instituciones. Creo que la presencia de mujeres en las instituciones es un equilibrio para las mismas, no se trata de un servicio a las mujeres. Y en segundo lugar, porque el porcentaje de mujeres que se han incorporado a la investigación es tan grande que la cantera de mujeres competentes es enorme.

Las mujeres y los hombres no enfocamos las cosas de la misma manera, no sé la razón, pero somos distintos, cosa que a mí me encanta, pero no por eso somos menos competentes o menos inteligentes. Y puestos a hacer las mismas cosas, la sociedad debe aprovechar la complementariedad. Y si se deja seguir las inercias se tardará muchísimo en conseguir un estado de equilibrio, lo cual perjudicará a la sociedad y a las instituciones.

Antes no era partidaria de los cupos, pero ahora sí. Si no se hace así, no se conseguirá en un plazo razonable de tiempo.

Los enemigos de esto aluden a que no ayuda cuando se nombra a una mujer incompetente. Y es cierto, pero tampoco lo hace cuando se nombra a un hombre incompetente. Y hay muchos más hombres incompetentes que mujeres incompetentes, por obvias razones numéricas. Pero hay muchísimas mujeres competentes en todos los campos, y está claro que en el ámbito científico también.

-P: ¿Tiene final la carrera de un científico o está en continuo desarrollo?

-R: No lo hay. Las carreras científicas funcionan en un porcentaje muy alto por el estímulo personal. No todo el mundo tiene el mismo talento ni las mismas oportunidades, pero las oportunidades hay que procurarlas y el talento hay que reconocerlo. Uno tiene que saberse medir y saberse criticar, y también saber apreciar el talento en otro. Cuando se dirige un grupo, lo más importante es saber apreciar el talento en las personas jóvenes, y saber encontrar a aquél que tiene un valor añadido.

La carrera científica es una especie de bola de nieve: nunca hay techo, y siempre hay un autoestímulo que no se puede parar. Cuesta mucho formar a un científico, lo que hace que sea desesperante el hecho de que se pierda un talento.

-P: Y llegados a este punto, yo le preguntaría: ¿Cómo están afectando los recortes a la investigación en España y qué consecuencias puede tener en un futuro a medio plazo?

-R: Creo que se ha escogido un camino equivocado. No es fácil recortar, el que gobierna tiene que priorizar. Alemania por ejemplo priorizó fuertemente la investigación, el desarrollo y la innovación cuando sobrevino la crisis. En lugar de recortar, lo que hizo fue crecer en ese sector para resolver la crisis. Francia también. Nosotros, mientras tanto, lo redujimos. Eso indica que no se le dio la prioridad suficiente. En el tema de la ciencia, crecer es muy difícil, pero dar pasos atrás es sencillísimo. Cuando uno quiere crecer en esto, como los demás no paran, es muy complicado. Y lo que está claro es que no se puede competir en primera división con los presupuestos de una regional.

Las universidades han sufrido un estrés muy grande. Mayoritariamente, han realizado en estos años su tarea en situación de quiebra, se ha tirado para adelante con el voluntarismo de los profesores, y eso tiene un límite. En España ya se empiezan a jubilar las generaciones del crecimiento de los años 70, aquella universidad que creció de manera extraordinaria por la llegada de los hijos de una clase media que se incorporaba a los estudios superiores. Ahora, aquellos profesores se jubilan en medio de una crisis de la que todavía no nos hemos recuperado, al menos en los presupuestos universitarios, y que ha causado un desajuste dramático.

Los políticos, los gobiernos, tendrían que  plantearse muy seriamente la necesidad de que las universidades deben crecer de una manera programada, o eso se hace o no sé que será del desarrollo de nuestro país, volveremos otra vez a poner ladrillos por todas partes.

-P: ¿Son los políticos españoles conscientes de la importancia de la investigación en España? Y, en última instancia, ¿se aprecia esto en sus políticas?

-R: Eso sólo lo dice la Ley de Presupuestos. Se puede ver cómo han ido evolucionando las cantidades aportadas a I+D. Cuando en España se ha sido consciente de su importancia, y se ha reflejado en los presupuestos, en algunos aspectos ha habido unos resultados espectaculares. En política es la Ley de Presupuestos la que dice dónde están las prioridades de un gobierno. En España sí que ha habido algunos momentos en los que se ha aumentado lo asignado a I+D, pero no han sido estos últimos años precisamente, desde luego.

-P: ¿Cómo afectará la marcha de nuestros titulados al extranjero, y más en concreto de nuestros jóvenes investigadores a nuestro futuro científico?

-R: El conocer cómo se trabaja en otros países es muy importante para un investigador. Sin embargo, con la crisis, la gente se ha marchado en peores condiciones que nunca. Se cerraron los programas, y ni siquiera el que se quería ir tenía dinero para irse. A pesar de eso, con un mérito enorme, los investigadores han salido fuera, pero ahora nos toca recuperarlos. No podemos ser meros exportadores de talento. Eso es una locura, se está sometiendo al sistema a una contradicción absoluta, y eso me produce una gran desazón.

-P: Usted aboga por  la importancia de la docencia.

-R: El estudiante tiene que saber, tiene que tener unos mimbres muy sólidos, muchos sesgos distintos, hay que ayudarle a ser más creativo, a controlar la información. El universitario de hoy tiene que saber crear de otra manera para ser un profesional más dúctil. Eso exige una enseñanza autorizada, y esa enseñanza exige un cambio profundo en la universidad, de ninguna manera se pueden mantener los grupos grandes en la universidad, se ha de dar clase con grupos reducidos para poder trabajar bien con ellos.

Ese cambio requiere un presupuesto, y también una nueva financiación a la universidad española, pero resulta que no sólo no se ha financiado, sino que nuevamente se ha recortado, entonces, ¿qué queremos? Tenemos que ser conscientes de que la enseñanza universitaria es absolutamente básica para lo que luego sea la sociedad. Si la universidad no funciona, la sociedad no funciona. Nos jugamos mucho si no conseguimos que la enseñanza universitaria produzca los profesionales que la sociedad del siglo XXI está necesitando.

En primera persona

La presencia de mujeres en las instituciones es un equilibrio para esas instituciones, no un servicio a las mujeres.

Si la universidad no funciona, la sociedad no funciona.

La carrera científica es una especie de bola de nieve: nunca hay techo, y siempre hay un autoestímulo que no se puede parar.

El universitario de hoy tiene que saber crear de otra manera, para ser un profesional más dúctil.

La enseñanza universitaria es absolutamente básica para lo que luego sea la sociedad.

Nos jugamos mucho si no conseguimos que la enseñanza universitaria produzca los profesionales que la sociedad del siglo XXI está necesitando.

 

 

 

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