Sellos y tendencias comunicativas

Persigamos las improntas que nos añaden consecuencias desde efectos previstos. Las tendencias han de girar. Incidimos en complejas novedades que se quedan en parte de unos sueños que nos valieron para seguir como si nada hubiera ocurrido. El valor se nos supone con un poco de sensatez, que nos llevará donde sea necesario. Seremos y estaremos en un estadio de adicciones destacadas que hemos de mover hacia el sitio más necesitado de esperanza. Todos la precisamos.

Viajemos con el corto planteamiento de anegar los corazones de caricias, de buenas intenciones, de gozos entre luces que se alejarán de los pasatiempos menos defendibles. Hagamos caso a lo que pensamos, a lo que nos suscita un pasatiempo creíble. Debemos hacernos todo el caso y más. Los frutos serán hermosos.

Suspiramos por aquellas tendencias con las que hemos de dibujar una tendencia que nos sonreirá cuando nada se vea como fue. Hemos enseñado los labios para besar lo imaginario, que nos colectiviza. Hemos suplicado mudanzas hacia el instante que podemos considerar más apasionado. Vayamos para decir que podemos. Nos sentaremos con las bases de una gran eternidad. Sabemos de lo que hablamos. Siempre es de este modo.

Los sellos de los buenos instantes nos presentan los pesebres más noctámbulos con gratitudes de paciencias que repiten lo que fue. No hemos dado con las noticias que tanto nos gustaron, pero, una vez fomentadas, llegarán con sus pies y sus nuevas plantas. Suspiremos por los amores de antaño, que nos han de agasajar con virtudes singulares. Estemos todo lo bien que podamos, que seguro que redundará en nuestros convecinos.

Nos gusta el verde que nos riega con su fe en lo que fuimos y en lo que volveremos a ser. Las astucias nos refuerzan algunos intereses. Los porcentajes no nos valen en sí, en solitario, sin más contextos que las meras palabras. Vayamos más allá. Nos espera la valentía, el coraje, y los buenos anhelos.

Las repeticiones de los años primeros nos ultiman detalles con los que aumentar esa comunicación que tanta falta nos hace. Hemos empeñado lo que ahora precisamos. Regresemos a los pasos, a los buenos, a los que nos darán la base para subir la cuesta de la misma vida, hoy más sentida y “direccionada” gracias a las divinidades que nos rodean con sus brazos de amor. Contemos una y otra vez hasta el final. Estemos ahí. Nos debemos enterar de lo que ocurre para narrarlo a quienes conforman la realidad que nos define como seres sociales.