Por la eliminación de toda violencia contra las mujeres

(Comunicado de Eva María Rubio, nueva directora de la Unidad para la Igualdad entre Mujeres y Hombres)violencia contra las mujeres

Coincidiendo con el reciente nombramiento de Eva María Rubio Fernández como Directora de la “Unidad para la Igualdad entre Mujeres y Hombres” de la Universidad de Murcia, y coincidiendo con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha hecho público un comunicado, sobre este tema.

Eva María Rubio es profesora del Área de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Murcia.

Hoy, 25 de noviembre, es el día en el que debemos tomar especial conciencia de la transcendental importancia de luchar contra la violencia de género y reflexionar sobre cómo alcanzar este objetivo absolutamente prioritario. Debemos hacerlo recordando cómo los esfuerzos hasta la fecha emprendidos para acabar con la manifestación más execrable y abominable de la desigualdad entre mujeres y hombres han sido infructuosos. Lo atestiguan las víctimas desde sus tumbas, sus cuerpos purpúreos, sus miradas ateridas de miedo. Nos lo confirman las cifras que nos muestran cómo estamos ante la más atroz de las pandemias mundiales.

La violencia contra la que luchamos, aún con mermado éxito, tiene muchas caras. Las tiene más obvias y denigrantes, como la violencia física y la violencia sexual. Fácilmente reconocibles, abiertamente rechazadas, si bien aún ampliamente extendidas y, en ocasiones, vergonzosamente justificadas o silenciadas para evitar la necesidad de la imperiosa reacción frente a la mismas o el suplicio de la revictimización. Las hay más ocultas e imperceptibles, antesala de las anteriores, socialmente más arraigadas y aceptadas. Hablamos de la violencia psicológica y la violencia estructural. La insistencia en el mantenimiento de los estereotipos a todos los niveles, incluso los relacionados con el ámbito universitario, la creciente representación de la mujer como un objeto de consumismo más, incluso a nivel afectivo-emocional, sin importar raza, condición o formación, la reconducción de los perversos efectos de la crisis político-económica-financiera sobre el tiempo, el cuerpo, la aspiraciones y el espíritu de las mujeres, son algunos de los hitos que continúan abonando el campo de la paliza, el moratón, el desprecio más absoluto, la denigración sin límites.

La broma teóricamente fútil, el chascarrillo insultante, la foto de mal gusto vestida de gracia, la aún imposición social de la asunción femenina de las labores de cuidados, el recalcitrante trato dispar en el ámbito profesional y laboral, la pertinaz y torticera interpretación de la igualdad como el tratamiento igual de lo desigual no dejan de ser jalones, episodios iniciales y burdos que anuncian lo que serán la lesión, el acoso sexual, la violación, la muerte de mañana.

La llave del final de la violencia de género está en manos de la igualdad, del reconocimiento paritario sin límites, del profundo y pleno respeto de la grandiosidad y riqueza de la diferencia que alimenta la belleza de nuestra condición humana. Los gestos cotidianos, mínimos, de igualdad, acompañados de las mayores y más contundentes manifestaciones de condena y repulsa ante tamaña barbarie son los que marcan el final de tan irracional e inexcusable violencia. En la utilización de dicha llave, no habremos de olvidarlo, mujeres y hombres somos igualmente responsables.

En la plena realización de la esencia femenina, en la atención y cobertura igual a sus deseos y aspiraciones, en la total consecución de sus derechos, se encuentra la libertad de todos los seres  humanos, pues no cabrá hablar de Estado de Derecho, de sociedad democrática, inspirada por el principio de igualdad, mientras la mitad de la población (sea de tu ciudad, de tu región, de tu país, de tu Planeta) siga estando en situación de negación o merma real en el disfrute de sus derechos humanos.

Desde esta comprensión, la Unidad para la Igualdad de Mujeres y Hombres de la Universidad de Murcia, en cumplimiento del mandato encomendado por su Rectorado y la comunidad universitaria a la que representa, manifiesta su firme y constante intención de seguir trabajando sin asueto en las líneas marcadas por el I Plan de Igualdad de la Universidad de Murcia, para la efectiv realización del principio de igualdad como valor transversal de la misma y como valor matriz de la sociedad en la que nos insertamos. Para ello, desde la Dirección de la Unidad para la Igualdad, os pido a las mujeres y los hombres que conformáis nuestra comunidad vuestra sincera y persistente colaboración. Vuestras sugerencias, vuestras grandes acciones, vuestros pequeños detalles cotidianos, vuestra mirada mutua aceptando la potencialidad de vuestras virtudes, en paridad, sin condicionamientos sociales, anquilosados y periclitados, vuestros espíritus determinados y comprometidos en el profundo rechazo a cualquier gesto de desigualdad basado en falaces superioridades, son los mejores recursos con los que contamos para hacer de nuestra Universidad foco y fuente de una sociedad presente y futura sin violencia, sin negación ni humillación, sin frustración ni rabia, sin dolor nacido de la inseguridad y la prepotencia,…,de una sociedad profunda y sólidamente enraizada en la igualdad y la libertad.