La Universidad de Murcia lleva sus cursos de verano a Ibiza

mallorca 2

La Universidad del Mar organiza un curso para dar a conocer la biodiversidad de la costa mediterránea

    “Ecología marina: gestión y conservación de la costa mediterránea” es el curso organizado por la Universidad de Murcia, que se impartirá entre los días 20 y 22 de septiembre en la localidad de Sant Antoni de Portmany, en Ibiza. Se trata de la primera ocasión en la que estos tradicionales cursos de verano, que este año alcanzan la XXVII edición, viajan al archipiélago balear.

    El curso, que coincide con la celebración del Año Internacional de la Biodiversidad, plantea como principal objetivo concienciar sobre los principales problemas que se ciernen sobre la costa mediterránea.

Un curso de la Universidad del Mar aborda los destinos turísticos emergentes

Oviedo
Analizar las herramientas existentes en el mercado para promocionar un producto o destino turístico, es el objetivo del curso de la Universidad Internacional del Mar “Destinos turísticos: emergencia, consolidación y recualificación. Oportunidades y retos”, que se celebrará en el municipio de Blanca entre los días 20 y 24 de septiembre. Durante el curso se abordarán cuestiones relacionadas con la ordenación, planificación y gestión de los destinos emergentes, así como los procedimientos para mantenimiento y recualificación de los mismos.

Interpretemos los sabores

Juan Tomás Frutos

 

Analicemos lo que hacemos, cómo lo comunicamos. Saquemos ese zumo que nos explica muchas cuestiones. Tengamos el paladar comunicativo fino. Nos empeñamos con un sí casi eterno en secuencias que nos parecen básicas con todo lo que es umbral amparado con dichas de muchos retornos. Las señales han de dirigirnos por las líneas rectas que nos ubican con sus intereses de variada multiplicidad. Hagamos que el territorio del corazón no falle.
Hemos apalabrado los anhelos de una juventud que nos indicó todo cuanto le apetecía hacer. No sembremos en lugares extraños y seamos pura sensatez en los comienzos y en los finales, como meras y necesitadas coherencias.

No dejemos en el otro lado de las intenciones esos quehaceres que nos han de alumbrar como paciencias que consideraremos infinitas. Sugerimos cada día, y más que deberemos ofrecer. La constancia nos aporta un grado con el que hemos de incrementar las voluntades y sus resultados.

No brindemos con cosechas ajenas lo que debería ser nuestro. Los énfasis han de poner esa guinda en un pastel que deberemos saborear entre todos. Sigamos las mejores señales hasta dar con el firmamento de posibilidades. Las posturas de otros instantes nos han de colocar ese cartel de peticiones sumidas en la misma base de la autoridad.

Las vertientes de esas realidades que tanto complacen nos han de colmar de experiencias dichosas con sus entusiasmos correspondientes. Nos hemos de quedar en ese lado de la virtud, con el fin de ver, de superar las heridas menos “disgustantes”. Aunque sea difícil, seamos positivos. Nos hemos de hacer caso con las sombras de unas luces que nos deberán indicar los caminos sin pausa. Interpretemos, por favor, los sabores. Cada uno tiene su mensaje, y lo hemos de saber destapar con el mejor colchón y con el mejor entendimiento posible.

Un curso de la Universidad del Mar estudia las situaciones de riesgo social en el desarrollo del niño

biodiversidad
Acercar a sus alumnos al ámbito de la protección infantil desde una perspectiva socioeducativa es el objetivo del curso de la Universidad Internacional del Mar “Atención socioeducativa dirigida a la protección del menor y su familia: prevención e intervención (2ª edición)”, que se desarrollará en la Academia General del Aire de la Base Aérea de Los Alcázares entre los días 20 al 24 de septiembre.

    El curso abordará temas como la vulnerabilidad del niño en entornos de crianza inadecuados y las actuaciones que se llevan a cabo desde la administración para garantizar el desarrollo de los niños. También se tratarán algunas de las herramientas útiles para la detección e intervención en situaciones familiares problemáticas.

Un curso de la Universidad del Mar analiza las enfermedades compartidas por humanos y animales

José Manuel Sánchez Vizcaino, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Murcia, será uno de los intervinientes en el curso.
Entre las enfermedades contagiosas que generan una mayor preocupación en la sociedad se sitúan las compartidas por humanos y animales. Los responsables del curso de la Universidad del Mar “Zoonosis: enfermedades clásicas y emergentes”, que se desarrollará en el Salón de Actos del Palacio Almudí durante la semana del 15 al 21 de septiembre, intentarán analizar y dar respuesta a este tema.

El impacto social y económico generado por estas enfermedades hace necesario un esfuerzo en el ámbito de la información y la formación que ayude a interpretar de forma correcta cada amenaza, real o mediática, para la salud pública.

Fe en la comunicación

Juan Tomás Frutos

 

La comunicación se ha de basar en la fe, en la confianza, en el afán de respetar los valores de la convivencia, en pensar que podemos y debemos mejorar. Resurgimos de las experiencias, incluso de aquellas que nos aportan engranajes imperfectos. Nos comunicamos con vencimientos de periodicidad responsable en todo cuanto tiene lugar. Hemos adecuado los momentos, los discursos, los diálogos, los pactos convencionales y los que no lo son. Nos hemos nombrado parte del sistema con modelos de acercamientos a todo cuanto tiene algo de sentido, que hemos de darlo impecablemente a nuestro entorno más o menos voluble. No sigamos por atardeceres que nos sitúan donde el todo es parte del puro problema, que siempre es soluble si tenemos destreza, capacidad y ganas de superar cuanto nos sucede.
Cultivamos todos los procedimientos con las básicas costumbres que nos llevan donde sea menester. Hemos adherido requerimientos que nos ponen en ese umbral que nos ubica con batallas preferidas desde todo lado. Tendremos que hablar con las razones, con sus criterios, con esos gritos que nos ponen ante cansadas exposiciones y a unas indicaciones que calan de cualquier modo. Respondemos con unas soluciones que son altivas, que nos adelantan los comentarios para aprender de las puras conversaciones de cada jornada.

Los tocados de otros instantes nos procuran señales de acomodo sincero, en el que somos con unos brotes de raíces silentes, sorprendidas por lo que viene con una voluntad que hemos de considerar férrea. Nos lanzamos en busca de otras conclusiones que nos hacen intentar ser un poco más en la distraída noche que anticipa ese día con el que nos mostraremos parte del todo y del sí que nos hace funcionar con regulaciones interesantes. No nos ceguemos con el brillo de lo que nos rompe la misma intención.

Resumamos lo que nos complace en este nuevo itinerario que es continuación del anterior. No pongamos en tela de juicio lo que será una aventura hacia la calma más directa. Nos consolaremos en las premisas de unos y de otros con unas tonalidades de señeras inconsistencias que presumen con casos de pura salubridad. Cumplamos con el deber de un aprendizaje compartimentado e introducido en una estela que nos subraya el nivel de bienestar y por dónde marchar antes de que veamos todo lo que se produce.

Hemos quedado en otra página de la historia, y nos hemos contado hasta dónde podemos arribar. Convenzamos a quienes vienen con sus solturas y atalajes verdes de esperanza en ese futuro que es tan presente ya como nuestro en sus objetivos. Nos consolamos por momentos para restaurar las fuerzas que nos harán viajar un poco más lejos, más allá de lo que muestran nuestros ojos, que miran y ven con estructuras sencillas. Volvemos a resurgir con fe y con amor en lo que hacemos. Si utilizamos ese espíritu en la comunicación, nuestra existencia será, indudablemente, más dichosa.

Nuestros detalles comunicativos

Juan Tomás Frutos

 

Pensemos en la anécdota, y en lo importante, y en las esencias, en el todo del proceso comunicativo. Tengamos en cuenta lo que hacemos, cómo comunicamos, las experiencias que nos llevan lejos y cerca. No nos quedemos dormidos sin dar con las llaves que nos permitirán abrir muchas puertas que nos aproximarán, sin duda, a los ánimos más complacientes. Nos hemos de dar ocasiones con las que nos arrimaremos con máximos exponentes que informarán de lo que pretendemos, de lo que somos, de lo que será una experiencia bendecida por el aprendizaje más hermoso. No nos ceguemos. La utilidad está ahí, o debe.
Crucemos hacia esos lados que nos conforman con las razones que nos ponen lo que nos agrada, lo que nos gusta, lo que nos edifica como personas que buscan y hallan entre los elementos que cargan con las sensaciones solidarias. No demos con los años que nos aconsejan mayores intenciones sin más. Nos introducimos, o debemos, en recovecos que nos hacen cuadrar con impresiones de buen linaje. Estemos a punto. Nos hemos de traer, cada vez que podamos, con verbos de calladas reposiciones de unas bonanzas con las que estimular las conclusiones más lindas.
Nos sentamos junto a esas ventanillas que nos permiten ver las odiseas de unas vidas que se consienten con reparos de todo tipo. Nos reímos. Las virtudes nos traen alegrías y tristezas, y hemos de procurar que las cosas vayan de la mejor manera posible. Las durezas de las existencias complejas nos han de servir para consolidar las formas con las que creceremos sin abandonos ante las actitudes que nos atraen una y otra vez sin imanes suficientes. Las alternativas se dan. No podemos parar.
Los mundos nos ofertan cansadas caricias que nos ponen en una comunión sincera. Iré. Las versiones nos recorren los cuerpos de punta a punta. Empezamos y continuamos con las resoluciones a los eternos conflictos interiores. Lo poco o lo mucho nos devuelve a la convención con la que pensaremos cuando los años no pasen en balde. No volvamos sin mirar. Intentemos contemplar todo lo que sucede. Lo bonito nos aguarda con situaciones que nos han de describir con testimonios de procesos reflexivos. La curiosidad ha de ayudar para que la comunicación se produzca.
Todo lo primero tiene unas características con regímenes diversos. Nos hemos de proteger con las confirmaciones de primera casta y ubicación. Nos hemos de hacer caso para acercarnos a las coyunturas que nos alojarán en los momentos y espacios de un aprendizaje que nos otorgará la misión principal de conocer y de compartir el instante fugaz. Hay una única ocasión para dar una primera impresión comunicativa, para regalar unas pioneras comunicaciones con las que aclarar lo que somos, a dónde vamos y por qué venimos a los puntos en los que nos hallamos. Lo aconsejable es aprovecharla. Los detalles para el retorno, para la ida, para la cercanía, los ponemos nosotros. Dar cuenta de ella es referirnos a las verdades y a sus relatividades, a sus pronósticos y a sus fines con determinaciones serias y templadas. Pensar en la comunicación es un ejercicio global.

Comunicación familiar

Juan Tomás Frutos

 

Lo familiar nos acerca, nos confluye, nos une. Nos hemos de basar en ese conocimiento para dar cuenta de una efectiva comunicación. Negamos las evidencias, pero pronto las tendremos que reconocer como parte de ese presente que nos viene de un pasado que se eleva ante el futuro. Las carreras nos llevan a ese color que es fomento de singularidades con sus rastros más fortalecidos. Nos hemos de mostrar con toda la precisión que podamos. Las intuiciones no deben fallarnos ahora. Las cautividades previas no deben constreñir nuestro deambular.
Nos informamos de lo que nos complace, de lo que nos apetece, de cuanto nos resulta fruto del afecto. Damos con las soluciones a todo tipo de necesidades. La existencia está colmada de pasiones con las que poder asumir que las posibilidades son todas e incluso algo más. Alejamos las discusiones que no sirven para nada y nos introducimos en debates que nos saben a construcciones hermosas.
Finalizamos lo que llevamos a cabo con terminologías personadas en las coyunturas que transformaremos en estructuras con sus realidades no fingidas. Los sellos más maravillosos nos inducen a pensar en las bellezas que podremos compartir en cuanto nos demos los tiempos necesarios para adecuar las realidades que nos recalcan sus tonalidades estupendas.
No paliemos lo que nos sucede con sus finiquitos no escritos. Demos con las versiones y sus voluntades más extremas y firmes. Nos desgastamos. Las fisuras han de taparse para poder seguir. Olvidamos lo que hemos aprendido en cuanto la celeridad nos aplica remedios caseros e instantáneos que no ven más allá de lo que nos puede cimentar el porvenir más bonito.  Precisemos lo que nos conviene y topemos con todos los instrumentos que pueden resultar básicos para la felicidad que nos llevará por el auténtico río de la vida.
Nos hemos de dar opciones con las que animar esas redes que hemos generado y que otros nos han construido para que podamos escapar mínimamente. Nos asimos a un destino que no ha de desterrar lo que nos sucede. Seamos todo lo sensatos que nos deje la existencia. Es bueno que miremos un tanto a los acontecimientos pretéritos para optimizarlos y sacarles todo el partido posible. No reiteremos los errores.
Las cimas que nos llenaron de expectativas nos han de unir a las conclusiones que nos alargaron las cisternas que se vaciaron en el destierro de unas consideraciones de trazos eternos. No ceguemos las actuaciones con alternativas que no terminamos de completar.  Dirijamos bien las actuaciones que nos han de enfrascar en las rutas más oportunas para esas vivencias que nos han de consolidar como esa superación de obstáculos más centrados. Daremos, más pronto que tarde, con todo lo que nos divierte y tiene una dirección y un sentido. Lo extraño queda, pero será cuestión de tiempo que se haga de la familia. Precisemos sus términos y sus miembros. Los procesos comunicativos tienen más eficiencia en la búsqueda de una cercanía que nos refuerza en nuestras relaciones, que hemos de hacer abundantes.

UNIVERSIDAD DE MURCIA