El peor de los mundos

Juan Tomás Frutos

 

Me duelen esas imágenes de un hambre y de una sed que no cumplen con el mandato evangélico de saciar al necesitado. Me apenan también porque estoy convencido de que hay soluciones objetivas, y me llenan de pesar porque aún hay muchos más criterios subjetivos para que esto no suceda.

 

Creo que lo que comunica en un ser humano es su pasión, su mirada, su corazón a través del rostro, pero ¿cómo comunicar cuando uno está entregado físicamente, mentalmente, espiritualmente, cuando la muerte asoma irremediablemente?

Se habla de cifras de muertos, que lo son ya, de posibles muertos, de infinitos muertos, de cifras que dan escalofríos, que me devoran por dentro y me envuelven por fuera con la impotencia de las contradicciones del ser humano.

No entiendo por qué se calcula lo evitable, por qué no se para la maquinaria de la muerte cuando las soluciones a las carencias o deficiencias existen en otras partes del globo terráqueo. No comprendo la ignominia que nos rodea por la acción u omisión a la hora de evitar todo esto.

Fomentar la diferencia

Juan Tomás Frutos

 

Repongamos instantes con más fórmulas de poderes que agradarán las opciones con las que poder movernos: ésa será la gran voluntad. Nos hemos de preferir con esos extremos que nos complacen, que nos ponen a prueba, que nos hacen seguir por la senda de la amistad más considerable.

 

Hemos de llamar a las cosas por su nombre y ser en la tentación más cautivadora. Nos relatamos los años en los que fuimos parte de ese todo que nos ha de procurar siempre un poco de más sensación de felicidad.

Nos debemos dar tiempo para conocer lo que sucede, para toparnos con sus circunstancias atenuantes, con aquellas que nos han de incentivar para el conocimiento aproximado de las versiones más variopintas, que programan un plan de trabajo, al que hemos de mostrar devoción.

No debe importarnos el equivocarnos cuando lo más sensacional es adelantar el camino con una aproximación incorporada a las vertientes y a las cimas de todo cuanto acontece por unos lares en los que la máxima ha de ser el conocimiento de todos, incluso de aquellos que menos pueden aportar, pues hay aspectos cualitativos que se superponen a los cuantitativos.

La existencia humana tiene como base de desarrollo el aprendizaje desde lo abstracto, desde el amor, procurando intercambios de saberes, de ideas, de lo que cada cual ha vivido. Aquí reside su diferencia, y, precisamente por ello, la hemos de fomentar.

Por una mayor unión

Juan Tomás Frutos

 

Queridos/as compañeros/as:

Me dirijo a vosotros con el fin de hacer unas breves reflexiones sobre nuestro sector, unas reflexiones en voz alta que, si no descubren nada, sí han de servir para poner negro sobre blanco la situación de dificultades manifiestas y crecientes que sufren, que sufrimos, los medios de comunicación y, por ende, sus profesionales.

 

La coyuntura es complicada, pues muchas empresas periodísticas del panorama nacional y regional han reducido empleo, o lo han precarizado, a lo que se unen algunos medios que no han tenido más remedio que cerrar. Con ellos nuestra solidaridad y plena puesta a disposición, como no puede ser de otro modo.

 

Es ésta una situación triste para todos, para la sociedad al completo, habida cuenta de nuestro quehacer democrático, encomendado por la propia Constitución. Una sociedad que se precie necesita muchos medios de comunicación, plurales, divergentes, con opciones de futuro, y siempre fortalecidos. La crisis, como ocurre con otros sectores, nos deja muy tocados.

Es momento éste no de buscar y hallar culpables, ni de enfrentamientos estériles, sino de unirnos en cuestiones básicas como la formación o la implementación de la economía del sector, siendo imaginativos en torno a una Mesa y un Observatorio que agilicen medidas consensuadas por y entre todos.

La fortaleza del sector repercutirá en sus profesionales, en las mismas empresas, y, por supuesto, en el ciudadano, que ha de contar con diversidad de informaciones contrastadas y de opiniones sobre cuanto sucede diariamente.

No se trata con este escrito de pontificar, ni de poner ejemplos más o menos certeros, sino de animar al conjunto mediático a que nos sumemos a iniciativas compartidas que redunden en unas prontas soluciones a los problemas actuales.

También es momento para agradecer los apoyos recibidos por el Colegio de Periodistas, que son muchos, que son mayoría, ante las iniciativas que estamos realizando que, aunque cortas todavía, van con una imaginativa hoja de ruta en la que nos tratamos de mover con todos los protagonistas: Administraciones, empresas, sindicatos, organizaciones profesionales, ONG´s, entidades involucradas en la comunicación, etc.

Todos estamos invitados a mejorar lo que, según García Márquez, y según un número infinito de nosotros, sigue siendo la mejor profesión del mundo. ¡Buen verano, mucha salud, y a seguir esforzándonos por las necesarias mejoras!

¡Buena feria!

Juan Tomás Frutos

 

Un año más nos reunimos en torno a la fiesta de los toros en Murcia en sus diversos eventos y actividades y con el fondo de una revista de la Asociación de la Prensa, con su carisma, con su buen hacer y con esa ilusión que nos hace partícipes de una mayoría de edad y del orgullo de haber contribuido a su Declaración como Bien de Interés Cultural.

 

Estamos de enhorabuena. Superamos el centenario de las corridas de la Prensa en Murcia, superamos la centuria apoyando a una fiesta donde la comunicación gestual y hablada son los elementos, los baluartes, que defendemos como base incluso de nuestra profesión.

Este año apoyamos expresamente a los novilleros murcianos, a los jóvenes valores de otro oficio que se remota a tiempos pretéritos y con el que hemos caminado juntos. Es lógico que exploremos y abundemos, y contribuyamos igualmente, desde el Periodismo, para que la figura del torero murciano sea de la calidad y calidez que lo ha sido recurrentemente.

De ahí que estas líneas tengan la vocación de antaño, del presente, de siempre, de dar a conocer lo que es el mundo taurino y, específicamente, la Fiesta de Septiembre de Murcia.

Quiero agradecer, asimismo, el apoyo de instituciones, de compañeros, de amigos, de colegas, y, sobre todo, del empresario Ángel Bernal, que, año tras año, hacen posible el milagro, gratificante de veras, de encontrarnos con todos ustedes, con todos vosotros.

Convencimiento y buena comunicación

Juan Tomás Frutos

 

Amemos por encima de todas las cosas y seamos consecuentes con cuanto tenemos. Los sueños están para cumplirlos. Hemos de modificar actitudes cuando no se concentren en torno a las de los colectivos en los cuales estamos inmersos y que nos encienden y nos desarrollan como personas de bien.

 

Agotemos las vías y las ocasiones con las que hemos de prodigarnos para ser dichosos. Gocemos de las mejores entregas. Supongamos las dichas con los tonos más queridos. Demos emotividad a cuanto nos recuerda que los elementos tienen opciones de una paz sencilla.

Hemos de volcarnos en situaciones de amor, de amistad, de concepciones solventes, procurando estar en esa etapa en la que el aprendizaje es posible desde la intención más hermosa, desde la visión y visibilidad del concierto. Consensuemos.

Apliquemos remedios que nos dirijan hacia resultados con los que seamos capaces de dar con las claves fundamentales y prolongadas en su continuidad en el tiempo. Demos pasos honestos con los que adelantar los fecundos resultados de otras etapas.

Apliquemos todas las medidas posibles a las causas que nos rodean con sus tentáculos problemáticos, que hemos de sobrellevar. No suscitemos polémicas inútiles y avancemos con los planes y programas más lindos. Todo es posible en este universo de bendiciones, si sabemos verlas y optimizarlas. El convencimiento viene de la buena comunicación.

Algo más que palabras

Juan Tomás Frutos

 

Veo en ti el amor en toda regla, y eso me ayuda en los procesos de acercamiento, de comunicación y de negociación. Cuando nos estimamos, todo es más fácil. Aseguremos los procesos de convergencia con quehaceres cercanos. Tratemos de fijar anclajes con los que podemos modificar poco a poco lo que nos parece sustancial.

 

No hagamos que lo único funcione, pues opera todo aquello que nos parece adecuado. Situemos las intenciones en su justa medida, con criterios compartidos. Nos hemos de querer como somos, siempre en un intento añadido de dar con los sustentos maestros y magistrales.

Recibamos con armonía lo que nos venga con esa imagen casi perfecta que nos debe producir estímulos para no quedarnos sin hacer nada. Lo necesario nos debe encuadrar en las posibles y solventes opciones con las que aminorar los equívocos, siempre en un entorno cambiante. Tengamos fuerzas.

Repongamos energías en cuanto sea posible con la bondad más ingente. No pasemos de largo por delante de la necesidad. Resistamos ante las tentaciones y asumamos que los dones hay que ejercerlos con relaciones casi idílicas. No pongamos obstáculos a las maravillas de una Creación que hemos de disfrutar, de compartir y de fermentar para que sea como el pan recién horneado.

La paciencia en el trasiego de conocimientos ha de exhibirse como el mejor afán ante una serie de señales conseguidas desde el anhelo de saber de quienes nos han precedido en los honores, en las pruebas, en los errores y en los aciertos, que de todo se saca provecho. Decir adelante en comunicación ha de ser igual a ejercer el propósito, que ha de quedar en algo más que palabras.

Directrices comunicativas

Juan Tomás Frutos

 

Añadamos espacios de concordia a las realidades que nos vayamos encontrando. Todo tiene sentido si somos capaces de vislumbrarlo. Hagamos que funcione el sí.

 

Sumemos sin distracciones. Hemos de procurar que los progresos sean ciertos, consecuentes, coherentes, dando y recibiendo desde la moralidad más manifiesta.

Calculemos los espacios en los que somos verdad e ilusión. Tomemos en cuenta los trances más hermosos. Aclaremos los objetivos con una certidumbre que consolide los esfuerzos con registros y reposiciones de las aseguradas caricias con las que hemos de prodigarnos en el día a día.

Procedamos a adecuar las circunstancias con las que nos mostramos en jornadas distinguibles a través de testimonios de pura recuperación. Los provechos han de ser tenidos presentes. Las distracciones han de ser mínimas intentando incluso que sean de tono menor.

La vida es lo que es, y siempre la hemos de contemplar con cautela, con prudencia, y, en ocasiones, con riesgo para que nada de valor, en lo cualitativo y cuantitativo, se quede atrás. Remolquemos algunas directrices comunicativas para que nos asomemos, para que podamos hacerlo, a las creencias, y seamos capaces de consumar la eliminación de los problemas. Que no falten, por favor, las más importantes.

La comunicación nunca debe faltar

Juan Tomás Frutos

 

Pongamos méritos en quienes los tienen y hagamos caso a esas interioridades que nos provocan para lo mejor en ese afán de un tránsito querido, único y excepcional. Nos hemos de poner las pilas para que no falte energía en ese camino que nos ha de ayudar desde cualquier recoveco.

 

Asumamos que la amistad es la que nos puede permitir que vayamos hacia delante con el anhelo conseguido y realista. Todo pesa, pero hemos de salir a la calle con las ventajas y desventajas de las circunstancias en las que nos movemos. Supongamos que todo es posible, y hagamos que lo sea con el entusiasmo más ilusionante.

Nos hemos de querer como somos, procurando ayudar a los demás, a cuantos nos vienen con una sombra pacífica. Todo instruye si nos abocamos a ese escenario con diferentes entradas de información. Consumamos el tiempo y no agotemos los espacios, que deben pervivir, si es posible mejor que los hallamos, para las generaciones venideras.

Digamos lo que pensamos desde esa moderación con la que nos hemos de garantizar un cierto futuro. No volquemos los aprendizajes, que hemos de sostener como sea menester, en la medida de nuestras capacidades. Imaginemos que los intentos tienen sentido, y demos sentido a cuanto lo posee ciertamente.

Ganemos con los pronósticos, anticipando lo bueno y neutralizando lo nefasto. Los equilibrios siempre son buenos cuando vienen cargados de resistencias. Nos hemos de empeñar en hacer cosas y en ir mejorándolas por un provecho compartido donde la comunicación nunca debe faltar.

Una aproximación a un oficio desconocido

Juan Tomás Frutos
La profesión periodística es el punto de referencia del que parte, del que emana y al que quiere llegar este estudio en cuestión. Nos interesan sus antecedentes, sus condicionantes, sus conceptos, sus equívocos, los aciertos, las presiones, las características…

 

No es fácil acercarnos a un mundo que acostumbra a contar lo que hacen otros universos, otras profesiones, otros gremios, y, sin embargo, oculta, incluso ante sí mismo, sus peculiaridades.

Necesitamos conocer cuáles son los aspectos sociales y económicos del periodista, al tiempo que nos preocupamos por su formación, por su bagaje, por sus aficiones intelectuales, por sus premisas, etc.

Hemos tenido en cuenta lo que hasta ahora se ha venido estudiando o pensando sobre la profesión. Hemos realizado, igualmente, unas encuestas muy interesantes, y sobre ellas confeccionamos una serie de análisis y de consideraciones. La idea es acercar una profesión que, a pesar de su proximidad, es bastante desconocida.

UNIVERSIDAD DE MURCIA