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Bernardo Cascales, el matemático de la internacionalización

Todas las muertes tienen algo de extemporáneo. De fuera de lugar. De ilógicas. Y, desde luego, injustas. Pero la noticia que corrió como la pólvora aquel 5 de abril de este mismo año, dejó consternada a roda la comunidad de la UMMU. Sobre todo, a aquellas decenas de personas que habían trabajado, se habían saludado o se habían cruzado con Bernardo Cascales Salina durante los últimos años en su facultad de matemáticas o en el edificio la Convalecencia y sus alrededores.

Parafraseando la más famosa frase de Tolstoi, podríamos decir que todas las vidas se parecen, pero que la usencia definitiva de un ser humano, deja en cada uno de los que nos quedamos un hueco distinto. Y probablemente así fue, aunque el hueco dejado fue lo suficientemente grande como para ser imposible que se llenara en mucho tiempo.

En el Caso de este cronista, su ausencia dejó huérfana aquella posibilidad, reiterada en cada uno de nuestros encuentros durante meses, de emprender una campaña de comunicación en el terreno de las relaciones internacionales.

La ironía y el sentido del humor de Bernardo se hacían paso entre la extremada precaución que siempre ponía por ser afable con sus interlocutores, especialmente con los que estaban a sus órdenes o que dependían de su gestión. Me consta que esta premisa era una de las que más le preocupaban en su relación con la gente.

Mirándole era fácil entrever en sus ojos, casi siempre risueños, a aquel joven que debió ser en los tiempos en que estudió bachiller en el Instituto Francisco Salzillo de Alcantarilla. Unos tiempos en los que todo estaba por llegar. Y así pensó siempre, en cada momento: que quedaba mucho, que casi todo estaba por vivir y por hacer. Y este cronista lo recuerda así: planificador y esperanzado, hasta en los últimos momentos en los que se cruzó en mi camino.

Nacido en Murcia en 1958, Bernardo estudió Matemáticas en la UMU en la segunda mitad de la década de los 70, doctorándose en ella en 1985.

En las décadas siguientes, adquirió una amplia experiencia docente, de gestión e investigadora. Catedrático de análisis matemático de la UMU,  fue profesor visitantes en Universidades de Columbia y Ohio, y editor de varias revistas de investigación.

Fue vicerrector de Coordinación e Internacionalización del equipo del rector Orihuela, en el que permaneció más de tres años, hasta finales de julio de 2017. En su mandato como vicerrector, el área de Relaciones Internacionales superó los 1500 programas de movilidad, alcanzando los 700alumnos, así como 25 acciones en diferentes marcos de proyectos internacionales.

Con toda seguridad, ese espíritu inquieto que fue Bernardo, habría tenido mucho que decir en las siguientes décadas, En su ámbito más estrictamente académico e investigador, en el que aportó en forma de clases, artículos, libros y ponencias. Y también en el de gestión, donde demostró siempre una gran capacidad de trabajo y una fina intuición organizativa. Pero con sesenta años, hace apenas unos meses, se nos marchó. Y lo hizo pergeñando futuros, haciendo planes y estableciendo pautas de funcionamiento, con las botas de trabajo, de la ilusión y del porvenir, puestas. Sin abandonar la sonrisa hacia su interlocutor.

El homenaje póstumo se realizará este jueves 18 de octubre a las 11:00 am en las instalaciones de la Facultad de Matemáticas en el Campus de Espinardo.