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Mi ilusión es ser útil a la sociedad, y que mi empresa sea útil para la gente (Tomás Fuertes, doctor Honoris Causa por la UMU)

Sólo creo en dos cosas: en Dios y en la gestión

Cada vez que se le pregunta por su trabajo, la respuesta es la misma: él no trabaja, sino que disfruta y se divierte con lo que hace, y algo con lo que se disfruta, deja de ser un trabajo, argumenta. Nos refiere que hace unos días coincidió con Cristóbal (tardamos unos segundos en darnos cuenta de que se refiere al ministro Montoro) y le dijo que, a sus 77 años, seguía pagando religiosamente su cuota a la Seguridad Social, y el ministro le contestó alborozado (da la impresión de que incluso imita su voz), que si todos hicieran lo mismo, los pensionistas podrían cobrar mucho más.

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Durante la visita vemos a Tomás Fuertes atender a fotógrafos y a diverso personal, y también a medio centenar de mujeres pertenecientes a una asociación de amas de casa –“no me gusta ese apelativo”, les comenta, “sois mucho  más que eso, demostráis tener conocimientos de Psicología, de Economía, de Bellas Artes, de Medicina…”.

Tomás Fuertes pone pasión en todo lo que hace, incluso cuando le inquieren sobre temas que uno intuye que habrá tenido que explicar una y mil veces, “Mi ilusión es ser útil a la sociedad, y que mi empresa sea útil para la gente”, asegura durante la charla.

Nacido en Alhama de Murcia en 1940, Tomás Fuertes es empresario por vocación desde hace más de 60 años. Presidente de Grupo Fuertes, un holding empresarial dedicado al consumo, y auténtico referente mundial en el mundo de la alimentación, que hoy agrupa a una veintena de sociedades en la que se dan cita empresas agrícolas como Agrifusa; Procavi, líder en el país en carne de pavo, o la ganadera Cefusa, además de El Pozo Alimentación, la empresa original, dedicada a la alimentación cárnica. También Fripozo, destinada a alimentos ultracongelados; Bodegas Luzón, o Palancares Alimentación, elaboradora de quesos y productos lácteos, entre otras.

Muy lejos queda aquella humilde charcutería que se llamó El Pozo, (por la plaza de Alhama en que se ubicaba, donde había un viejo Pozo Concejil), fundada por su padre en 1936, del holding que hoy conforman las veinte empresas del grupo, con 7.500 empleos directos y casi 50.000 indirectos, aunque, al nuevo doctor Honoris Causa de la Universidad de Murcia, le gusta decir que la esencia sigue siendo la misma: la experiencia y los valores, “porque donde hay valores, permanecen  para siempre”.

Diplomado en Alta Dirección de Empresas por la Universidad de Murcia y por la Cámara de Comercio, así como en Dirección Comercial por el Ministerio de Economía, Tomás Fuertes ha recibido numerosos premios y distinciones por su labor empresarial, entre ellos el de Emprendedor del Año en 2004 por Ernst and Young, IESE y el diario ABC; Antena de Oro 2010 por su Trayectoria Empresarial y mejor empresario por la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión de España; Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en 2011, máxima distinción concedida por el Gobierno de España reconociendo una labor extraordinaria. En 2013 es reconocido con la Medalla de Oro de la Región de Murcia; el Ministerio de Economía y Competitividad le concede en 2013 la Medalla al Mérito en el Comercio; en 2014 es nombrado Medalla de Oro por la CROEM (Confederación Regional de Empresarios de la Región de Murcia). Por último, en 2017, la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE) le otorga, junto a sus hermanos, el Premio a la Trayectoria Empresarial, en su segunda edición.

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El niño que quería ser ‘algo’

“Cada persona puede ser algo si de verdad se lo propone”, y lo dice alguien que, cuando le preguntaban de pequeño qué quería ser de mayor, contestaba invariablemente que “quería ser algo”. “Y para ser algo  es preciso perseverancia”, precisa.

Si hay algo grabado a fuego en el espíritu de Tomás Fuertes es que toda persona tiene valores con los que puede ser útil, “pero debe ser capaz de hacerlos aflorar con constancia”. Refiere Fuertes que cuando era niño “yo no creía que sería capaz de sacar a flote los valores que he sacado en el transcurso de mi existencia, pero lo he hecho porque en mi vida he tenido ilusión, espíritu de sacrificio y honestidad”.

Está convencido de que triunfar es muy fácil. “Tanto como fracasar”, puntualiza, “Por eso es muy importante –dice- que desde pequeños nos acostumbremos a conferir a todos nuestros pensamientos, nuestras acciones, a todos nuestros sentimientos, un matiz constructivo”.

Tomás Fuertes es un hombre apegado a la tierra, se nota en los ejemplos con los que sazona sus pensamientos, la filosofía de vida que esparce durante toda la conversación: habla de semillas, de cuidados, de árboles, de fuentes…

“Todos tenemos que trabajar nuestras aptitudes para conseguir potenciarlas: fortaleza, espíritu de sacrificio, honestidad…, pero la pereza acecha, y hay que controlarla”, precisa.

Dios y gestión

Afirma Fuertes ser una persona normal, alguien con unas aptitudes que no se diferencian de la media, pero que ha perseverado en su dedicación: “y esto es algo al alcance de todos”.

“La creación es mi vida, ser útil, ayudar a construir algo que sea útil a los demás es mi aliento”.

Alude Tomás Fuertes a menudo a que él, en su vida, sólo cree en dos cosas: “En Dios y en la gestión”. “Gestionar es todo –asegura-, hasta comer es gestionar, transformar lo inútil en útil. También la creación, que consiste en la unión de cosas hasta conseguir algo que vale más de lo que cuesta. Todas las personas somos creativas”, asegura, para añadir que todos tenemos valores: amor propio, coraje, perseverancia…, que permanecen ocultos, sin salir a flote, hasta que los requerimos, hasta que se necesitan. Precisamente, uno de los consejos que da a los jugadores de El Pozo Fútbol sala va en este sentido: que cuando salgan a la cancha no estén al cien por cien, sino al 120 por cien, ya que de toda la semana, sólo tienen que estar a tope 20 minutos, el resto del tiempo no les son necesarios sus valores.

Una persona es lo más valioso del mundo, comenta, por eso hay que intentar que las personas sean sinceras consigo mismo, que tengan autoestima, y que se den cuenta de los importantes que son.

“La sociedad valora mucho el poder y el dinero, pero el que una persona posea mucho poder y mucho dinero no significa que haya triunfado, la persona que triunfa es aquella que ha utilizado más su yo sociedad limitada, aquella que más partido ha sacado a su cuerpo, a su mente y a su alma, si has gestionado bien esas tres cosas, eres un triunfador, aunque te mueras sin un duro o no hayas sido reconocido por la sociedad”.

Hay que tomarse la vida como un reto, y siempre con sentido constructivo. Está convencido Tomás Fuertes de que aquí en la Tierra está lo mejor y lo peor: “hay cosas mejores que en la Gloria, y cosas peores que en el Infierno”.

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Dinero y principios

“Yo no he trabajado nunca, yo me he divertido”, contesta a una de las preguntas, y se refiere a ese “algo”, que respondía cuando le preguntaban qué quería ser de mayor: “solo es necesario perseverar para conseguir avanzar”. Una idea que entronca con lo que le dijo su padre poco antes de morir: “No os dejo dinero, os dejo algo mucho más valioso: principios”. “Mi padre –continúa- era una persona sin cultura, pero tenía valores muy importantes”, comenta Tomás Fuertes, que evoca a continuación conceptos de ética que le inculcó su padre, y que, a pesar de su escasa formación, podrían haber estado grabados a fuego en un tratado de moral, como aquello de “llevar el tajo limpio”, es decir, ir por la vida con todo ordenado, bien gestionado, no dejar atrás cosas mal hechas sobre las que hayas de volver, no llevar lastre alguno.

La vida es algo precioso, pero en opinión de Fuertes, “la tenemos en alquiler, durante un período de tiempo, y hay que pagar por ella, no se puede transitar por la existencia sin haber aportado nada”.

En un momento dado pide al cronista que le hable de tú, porque es más joven que su interlocutor: ´”Yo tengo 45 años, porque la edad es una relación entre los años del espíritu, los de la mente y los del carnet de identidad, yo tengo 20, 40 y 77, y si lo sumo y lo divido por tres, salen 45, por lo que soy más joven”.

Esto que nos rodea –estamos en el corazón de la empresa El Pozo- no lo he hecho yo, ni tampoco mis hermanos, lo han hecho las personas, las que han estado, las que están y las que estarán”.

“Siempre se lucha por algo, pero si alguien hace lo que puede, es honesto, y al contrario: si no haces lo que puedes, eres deshonesto con la sociedad con la familia y contigo mismo”.

Es posible que Murcia crea que Grupo Fuertes es importante, sugiere, por los puestos de trabajo que ofrece o por los impuestos que paga, pero cada uno hacemos una cosa, la vida es un reparto de tareas, cada cual hace lo que sabe, y yo he tenido la suerte de que he dado con mi vocación, por eso mantengo que no he trabajado en toda mi vida”.

“Yo he leído en las páginas de la vida, pero con sentido común, y la verdad es que he  leído pocos libros. Pienso que el libro que me gustaría leer aun no está escrito”, comenta.

Sólo nos queda el futuro

Está convencido de que, en la vida, lo que se va haciendo va quedando atrás y deja de pertenecernos, por lo que, en realidad “nos queda sólo el futuro”: “Cuando un pintor acaba una obra, deja de ser suya, es del Arte, de la sociedad, de quien la contempla… Lo que verdaderamente es suyo es lo que aun no ha pintado”.

Se define Fuertes como 50% progresista y 50% conservador, y lo razona: “Nadie puede negar que las generaciones que nos han precedido han hecho cosas que útiles para la actualidad, pero es cierto que las nuevas tecnologías, los nuevos inventos, nos aportan cosas maravillosas”, no se puede dar la espalda a lo anterior ni a lo nuevo: “Mi hoy lo construyo con el ayer y con el mañana”. Y compara su idiosincrasia con una pirámide, con unos principios asentados y amplios para que se mantenga y cueste trabajo derribarla, y con una paloma en lo alto, que va buscando la innovación. Ha descrito la imagen de Grupo Fuertes, y me señala el escudo que lleva impreso en la solapa de su bata. Comenta Tomás Fuertes que cada persona puede sentir otros porcentajes, pero que él está convencido de que, en unos momentos en los que lo nuevo, la tecnología, aporta tanto a nuestras vidas, ese cincuenta-cincuenta es prudente para alcanzar un hoy que incluya los mejores mimbres del pasado y de lo nuevo que va apareciendo.

“No sé si estos pensamientos están en los libros”. Todo está en los libros, apuntamos, y él replica que, desde luego, todo lo está, pero que el saber, por sí mismo, no vale, sino que “hay que aplicarlo”.

Y como el más reciente doctor Honoris Causa por la UMU y uno de los empresarios con más años al pie del cañón, le preguntamos qué consejo daría a los jóvenes que se están planteando entrar en la universidad. Él lo tiene claro: “Les diría que, en cualquier caso, intentaran estudiar aquello por lo que sienten vocación. Triunfar en la vida no es tener mucho dinero, sino saber descubrir la auténtica vocación”.

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Preocupado por el Medio ambiente

Cuando le preguntamos por el Medio ambiente, lo tiene claro: “Por honestidad, todos debemos preocuparnos por el medioambiente, eso debería formar parte de nuestro ADN, y el grupo que yo represento lo tiene en cuenta desde el minuto uno”, dice, de ahí que la empresa El Pozo haya adoptado un método de tratamiento de residuos orgánicos de última generación que consigue convertir los residuos en agua, abono y electricidad, lo que les ha llevado a contar con la más alta certificación en gestión medioambiental, lo que significa que minimizan el impacto, reciclan el agua y racionalizan el uso de energía, todo en una dirección: ayudar a la sostenibilidad del planeta.

Insiste Tomás Fuertes en que todo lo que han conseguido ha sido gracias al empuje de todos los que han colaborado: sus hermanos, él, los trabajadores… eso sí, “mis hermanos y yo somos jornaleros de problemas”, asegura, “¿Cómo puede una persona demostrar lo que vale si no tiene un problema?”, se pregunta. Y si no puedes resolverlo solo, ayúdate de quienes te rodean, del resto de la organización, “y aquí la organización se apoya uno a otro, mi papel es sólo el de coordinar, como el de un director de orquesta”.

Tomás Fuertes es muy consciente de la importancia de la colaboración con las universidades, un tema que ha comentado en alguna ocasión con el Rector José Orihuela, dice: “En Estados Unidos es muy común la colaboración entre las empresas y las universidades, y esto es algo que deberíamos hacer también en España: que no vaya el hacer por un lado y el saber por otro, el hacer y el saber deben caminar juntos, y nosotros lo estamos practicando ya de manera intensa”.  De esa intensidad da cuenta la colaboración con universidades y asociaciones científicas de toda España en proyectos de investigación que contribuyan a mejorar la salud y el bienestar de la población, entre ellas destacan las Universidades de Murcia, Navarra, Barcelona, Complutense de Madrid, Universidad Politécnica de Cartagena, Córdoba o instituciones como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, la Fundación Alimentum o la Asociación Nacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ANCyTA).

Y ahora la Universidad de Murcia, la universidad de su Región, le honra con la más alta distinción que concede el centro, “jamás pensé que podría pasar esto, a mí, a una persona no vinculada a la universidad, y además en mi tierra, la verdad es que cuando me enteré me llevé una gran sorpresa”. El día 20 de marzo, Tomás Fuertes, doctor Honoris Causa número 56 por la UMU, será el primero desde que, hace 40 años, Narciso Yepes iniciara este galardón, en ser investido por dos facultades: la de Veterinaria y la de Economía y Empresa. “Mi proyecto está en el centro de varias facultades, tiene elementos de Economía y de Veterinaria, y también la toga y el birrete que llevaré ese día tendrá elementos y colores de las dos facultades”.