Lo que hemos de hacer hoy en comunicación

Afrontemos las cosas como vienen, con fórmulas de peticiones fortalecidas desde cada escenario, y siendo cada uno del modo que sea posible. No hay prisa, pero tampoco debe haber pausa. Difundimos mensajes de altura real que nos llevan por caminos de recia factura. Hemos aprendido a tenernos. Las misiones han de aplaudir lo posible con una inclinación noble, sencilla, hecha a la medida de todas las cosas, que son de algún modo.

Hemos diseccionado las caricias comunicativas con nobles actos y mejores términos. Somos en la complicidad de quienes llegan para atemperar los buenos ánimos, que caldean el anhelo de seguir por derroteros nuevos. No seremos en las esperas silentes.

Digamos los pasos que hemos de dar con una altura que mirará hacia el sitio más sentido. Hablaremos, diremos, señalaremos, buscaremos nuevas posibilidades en un universo de sinceridades devueltas a esos voluptuosos fines con los que envolver las apariencias.

Las destrezas con las que soñamos han de restaurar los elementos que se fueron desarmando con el transcurrir de eras que ya no podemos cuantificar. Hemos supuesto que estamos en forma, y seguro que lo estaremos. Hemos señalado la vida con muchos hitos, con los cuales hemos de crecer hasta decir que vale, y seguro que valdrá antes o después.

La sinceridad de los buenos años se consume con el transcurrir de etapas que nos proponen estar en el comienzo mismo de las cosas. Nos hemos visto. La ida es vuelta con una insistente desdicha que nos previene con afanes novedosos. Puede que lo que fue no vuelva. Puede que tampoco haga falta. Hemos numerado los escalones comunicativos para regresar a ese punto en el que la relación quedó vacía.

Ahora disfrutamos de las apariencias con las posiciones más deseables, que llegarán a ser, que serán, que estarán, que procurarán vivir en las diferencias y en las corduras más probables. La existencia se llena de ocasiones con unas virtudes que nos han de aplaudir con efectos retroactivos. Hemos buscado con una cierta perspectiva, y ahora estamos delante de las conveniencias más loables.

Emprendemos un nuevo camino con un consejo ideal que nos asusta con señales de garantías recíprocas. Hemos allanado el camino con una versión linda, supuesta, pretenciosa, vuelta por ese camino de llanuras predecibles. Me gusta lo que podemos convenir con resortes de voluntades nuevas. Hemos visto, hemos querido, hemos recordado, y nos hemos dado un aviso que nos enviará por el itinerario más bello, que lo andaremos juntos. Creo que es el momento para sellar la paz con la felicidad más brillante. Nos hablaremos de la mejor manera porque nos esperan muchas sensaciones con las que estar a tono.

Creo que es el inicio de un trayecto en el que nos fomentaremos con mucha comunicación, adiestrando los instantes que poseen la base para todo lo que ha de venir más tarde o más temprano. Intentemos disfrutar. La vida tiene muchos sentidos que compartir y que regalar. No dejemos para mañana lo que hemos de hacer hoy.