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La UMU y el origen del Programa Erasmus

En noviembre de 1987, con la Convalecencia recién habilitada como sede del Rectorado de la Universidad de Murcia, visitaba la Universidad el Comisario Europeo Manuel Marín.


Esa tarde, Marín explicaba un programa de intercambio universitario recién nacido en el que las autoridades tenían muchas esperanzas de que fuera crucial para contribuir a la cohesión de la Unión Europea. Su nombre: Erasmus.

Las máximas autoridades de la Región se volcaron con el Comisario Europeo. En esta vieja instantánea, el Consejero de Cultura Esteban Egea mira fijamente al fotógrafo (quien esto suscribe) mientras el resto de la comitiva, encabezada por el Rector Antonio Soler y el Presidente de la Asamblea Regional, se abstrae en sus asuntos.

La UMU fue pionera en el programa Erasmus. José María Aroca, Presidente del Consejo Social, afirmaba en aquella ocasión que la unión de universidades sería fundamental en el proyecto de una Europa Unida para “ir disminuyendo paulatinamente las barreras entre estados”.

El Rector Soler había expresado públicamente, en el Paraninfo, la repercusión que tendría en el futuro “la experiencia de los alumnos protagonistas de estos intercambios europeos y expresó su deseo de que algún día podamos sentirnos “genéticamente europeos”.