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“La literatura es vida, y cuanta más literatura se lee, más vida se recibe” (F. J. Díez de Revenga, catedrático de Literatura Española)

Cuando, allá por junio de 1963, un joven Francisco Javier Díez de Revenga llegaba a la Universidad de Murcia a examinarse de PREU, no tenía ni idea de que aquel pequeño Campus se convertiría en el lugar en el que desarrollaría su trabajo durante el siguiente medio siglo. Aún faltaba el edificio que alojaría su despacho y sería el lugar en el que escribiría buena parte de sus más de 400 artículos y numerosos libros, y el sitio donde se convertiría en profesor de literatura para miles de alumnos que, durante dos generaciones, han poblado las aulas en las que ha impartido clase.

Ese edificio, primero facultad de Filosofía y Letras, que más tarde perdería el primero de sus apellidos, acabó por convertirse en el cuarto lado del familiar campus de la Merced, un lugar en el que Francisco Javier Díez de Revenga se ha cruzado a diario con compañeros y alumnos camino de su despacho o de sus clases.

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Díez de Revenga en la faculad de Letras. Foto: P. V.

Fue su admirado Mariano Baquero, que más tarde sería su maestro, quien le examinó oral de inglés. Y lo hizo con una revista “Time” que hablaba del acontecimiento internacional del momento: la muerte, pocos días antes, del Papa Juan XXIII: “Me salió muy bien, porque la muerte del Papa me la sabía perfectamente”.

Profesores y figuras de la vida cultural

Cursó Filología Románica, que era lo que estudiaban entonces quienes querían estudiar Literatura Española. “Hice la carrera con profesores muy sabios, como Antonio Ruiz de Elvira, Vilá Valentí, Jesús García López… De hispánicas, sus recuerdos son para Mariano Baquero, Muñoz Cortés, Luis Rubio, Margarita Zielinski, Antonio de Hoyos, Juan Barceló, Juan Torres Fontes… “No sólo eran profesores –asegura Díez de Revenga-, eran figuras de la vida cultural murciana muy importantes, y también de la cultura española en general”.

En 1968, nada más acabar la carrera, Díez de Revenga obtiene una plaza de profesor de instituto en Elda. Tenía 22 años, y se convierte en el agregado de instituto más joven de toda España. Aquella zona de Alicante, patria chica de Azorín y Gabriel Miró (que serían posteriormente dos referencias literarias para Díez de Revenga) fue su lugar de trabajo durante dos años.

Desde 1970 compatibiliza su trabajo en el instituto con su labor en  la Universidad de Murcia, que se prolonga hasta hoy: había comenzado a realizar su tesis doctoral con Mariano Baquero, y con él comienza su “cursus honorum” profesoral: ayudante, encargado de curso –hoy sería asociado-… En 1978 consigue una plaza de profesor adjunto en la Universidad de Murcia. El profesor recuerda cómo fue recibido con una fuerte ovación por sus alumnos de Historia -entre los que se contaba quien esto suscribe-. Era la manera de felicitarlo por la plaza.

Los Revenga, los Torres y la Universidad de Murcia

46 años, casi medio siglo vinculado a la Universidad de Murcia como profesor. Pero la familia de Francisco Javier Díez de Revenga Torres ha estado relacionada con la Universidad de Murcia desde antes incluso del nacimiento de esta institución, ya que fue precisamente un tío tatarabuelo del profesor, el Rector de la Universidad Libre de Murcia. Gerónimo Torres Casanova era deán de la Catedral y fue el elegido para regir los destinos de aquella Universidad creada en 1869, al amparo de los nuevos aires de libertad que aportaba la Revolución del 68 y que trajo como consecuencia la I República Española. “Aun tengo su muceta de Rector cuidadosamente guardada en una caja”, asegura Javier.

Aquella Universidad fue suprimida en 1874. Pero cuando, 39 años después, fue fundada definitivamente la Universidad de Murcia, un abuelo del profesor formó parte del exiguo claustro de catedráticos de la recién nacida Universidad de Murcia: Emilio Díez de Revenga, catedrático de Derecho Natural. Y aún un cuarto de siglo más tarde, en 1940, desembarcaba como profesor de la Universidad de Murcia, previo su paso por la de Valencia, el historiador Juan Torres Fontes, tío de Javier, que desarrollaría una larga y fecunda carrera en la institución docente durante más de 60 años.

Difundiendo la literatura murciana

La dedicación durante décadas de Díez de Revenga a la historia literaria de Murcia ha sido una de las constantes de su labor, en buena medida a través de la Real Academia Alfonso X el Sabio de Murcia, “que me acogió cuando era un crío y en la que tanto he disfrutado a lo largo de los años”.

La literatura escrita por murcianos tiene una deuda impagable con este profesor, que ha dedicado una buena parte de su trabajo a la investigación  y a la difusión de obras de escritores de la Región: “he dado a conocer muchos logros que en los años sesenta o setenta del siglo pasado no se consideraban de categoría académica o universitaria, cuando la investigación de los escritores locales era despreciada o minusvalorada”.

En 1970 ocurre algo que supone un paso importante en el proceso de poner la historia local de Murcia, a sus artistas y literatos, en el punto de mira de investigaciones realizadas con rigor: la publicación del libro “Murcia”, que la Fundación Juan March encargó a los profesores de la Universidad de Murcia Juan Torres Fontes, Gil Olcina, Pérez Sánchez y Mariano Baquero, que se encargaron de la Historia, Geografía, Arte y Literatura respectivamente. “Cuando don Mariano se dispuso a hacer su estudio partía de cero, no existía nada, no había ninguna tradición académica sobre estudios de nuestros escritores”, asegura Díez de Revenga.

A la muerte de Baquero cogió el relevo Díez de Revenga: “Me di cuenta de que ahí había una auténtica mina de investigación”, asegura, “En Murcia teníamos escritores de valía desde el siglo de Oro, como era el caso de Saavedra Fajardo, que aun hoy sigue siendo una personalidad muy poco estudiada, no sólo como escritor, sino también como político y como diplomático, y que sin embargo está muy de actualidad en el mundo del hispanismo”.

Aquellos temas locales, que el mundo académico despreciaba, han supuesto un campo de trabajo en el que el profesor ha realizado durante décadas una extensa y encomiable labor de recuperación, que culminó en la “Historia de la literatura murciana”, escrita por Díez de Revenga y Mariano de Paco, un voluminoso libro de casi 700 páginas en el que se realiza un minucioso y esclarecedor recorrido por nuestras letras durante los últimos catorce siglos.

En todo este tiempo de docencia e investigación, el profesor ha dirigido numerosas tesis doctorales de escritores murcianos, evaluándolos con criterios científicos y académicos: Antonio Oliver, Carmen Conde, Miguel Espinosa, Pedro García Montalvo, Francisco Sánchez Bautista, Castillo Puche…, y así hasta un total de 46 tesis en las que se entremezclan los escritores locales con poetas del 27.

Probablemente no exista otra persona que haya hecho un seguimiento de nuestra literatura y de nuestros escritores con tanta exhaustividad como el que se ha encargado de hacer Díez de Revenga, una circunstancia a la que sin duda ha contribuido su ya clásica colaboración en el diario La Opinión, publicando periódicamente reseñas de libros: “Es una manera de estar al día y de ir haciendo una valoración sobre las obras más interesantes”. Javier se define como un crítico literario diplomático, incapaz de destrozar la obra de nadie: “Prefiero no escribir de un libro que no me ha gustado”. “Nunca he hecho una crítica mala a nadie, porque para eso decido sobre qué libros escribo de todos los que me envían”.

Cronista de su entorno

Y otra de las labores predilectas de este veterano profesor tiene que ver precisamente con la investigación de lo más próximo, pero en este caso no de la literatura sino sobre la historia de su propia ciudad y, por extensión –o, mejor, por intensión-, de la Universidad de Murcia, una institución cuyo acontecer en sus cien años de existencia no tiene secretos para él.

Catedrático de Literatura Española de La Universidad de Murcia, Doctor en Filología Románica, Académico de  Número de la Real Academia Alfonso X el Sabio y Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, es también, desde hace tres años, Cronista Oficial de la Ciudad de Murcia, una dedicación que no es más que la prolongación natural de una vocación que hizo que, desde muy joven, se interesara por la historia de nuestro pasado más cercano, que se ha plasmado en numerosos escritos rigurosos y amenos sobre historia de Murcia y de su Universidad.

Los poetas del 27

La investigación de los poetas del 27 copa buena parte de los trabajos de Francisco Javier Díez de Revenga, desde el primer libro que le dedicó a este grupo, “La métrica de los poetas del 27” (1973), pasando por “Poesía de senectud” (1988), “Panorama crítico de la generación del 27” (1988), “Jorge Guillén, el poeta y nuestro mundo” (1993), “La poesía de Vicente Aleixandre: testimonio y conciencia” (1999), “Las vanguardias y la Generación del 27” (2004) o “Los poetas del 27 clásicos y modernos” (2009).

El último, “Los poetas del 27: tradiciones y vanguardias”, acaba de ser publicado por Editum, Publicaciones de la Universidad de Murcia, con motivo de su jubilación, un libro que se aleja bastante de los libros homenaje que se publican en estos casos: se trata de una colección de artículos propios que tratan sobre la Generación del 27, un total de 24 escritos sobre este tema que habían sido publicados en los últimos años en distintas publicaciones y soportes. Algunos estaban dedicados a profesores con ocasión de otros homenajes, lo que dio idea a Díez de Revenga para dedicar el resto, de manera que los amigos hispanistas del profesor, profesores de numerosas universidades de Europa y América, tienen un artículo dedicado en el libro.

Un libro jubilar que incluye una excepcional muestra de su infatigable labor como investigador y sobre uno de sus temas predilectos.

Juego de espejos y de relaciones

Entre los escritos incluidos en la publicación figura uno sobre el primer soneto de Federico García Lorca, que fue publicado en 1926 en el suplemento literario del diario La Verdad de Murcia. El artículo lo publicó Díez de Revenga hace años en el homenaje al hispanista belga Christian de Paepe. Por esos caprichos del azar, el escrito homenaje que había realizado hace años Díez de Revenga para otra persona, ahora forma parte de su propio libro homenaje, por lo que De Paepe participa también de alguna forma en su homenaje. Un juego de espejos y relaciones muy del gusto del profesor, que pocas hora antes de realizar esta entrevista, había recibido un correo del propio De Paepe en el que le decía que, al igual que él estaría en su homenaje a través de la dedicatoria incluida en el libro, el profesor murciano sería protagonista de la misa diaria que pronunciaría ese día en su viaje por el camino de Santiago: “Un cura belga, que está haciendo el camino de Santiago, pronunciará una misa por mí porque el artículo sobre García Lorca de mi libro, sobre un escrito que publicó el poeta hace 90 años, está dedicado a él. Es como un juego de espejos, sólo que construido a través de amistades y relaciones personales”.

La publicación es una doble unión de la mejor generación de poetas de nuestra historia reciente, y reúne trabajos sobre sus miembros: Pedro Salinas, Gerardo Diego, Jorge Guillén, García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre…

Pronunciando conferencias en medio mundo

Durante muchos años, Díez de Revenga podría haber sido uno de los personajes de “El mundo es un pañuelo”, la novela de David Lodge sobre profesores universitarios que prácticamente viven a bordo de un avión, viajando por todo el mundo para impartir charlas sobre su especialidad. El profesor celebra el símil y recuerda que en 2007, año del centenario de Carmen Conde, realizó más de 50 viajes para intervenir en otras tantas universidades de España y de otros países. O el año 2010, en el que hizo más de 120.000 kilómetros con escalas en universidades de México, Perú, Chile, Ucrania… hasta culminar a mediados de diciembre en Pekín, donde un público entregado atendía su conferencia sobre Miguel Hernández.

A lo largo de su vida profesional, el profesor Díez de Revenga ha impartido cursos y conferencias en universidades de España, Francia, Irlanda, Italia, Holanda, Portugal, Inglaterra, Escocia, Bélgica, Alemania, Suiza, Austria, Hungría, Rumanía, Ucrania, Marruecos, Egipto, India, China, Estados Unidos, Puerto Rico, México Perú, Argentina, Uruguay, Chile y Canadá. Un total de 70 universidades de 26 países de cuatro continentes han contado con su presencia para hablar de alguno de los escritores y movimientos literarios de su especialidad.

De todos los países que ha visitado, confiesa que fueron las hispanistas –todas eran chicas- de Rumanía las que más le sorprendieron por su interés por las letras españolas, una manera –le comentaron- de reafirmar su carácter europeo.

Este cronista no se resiste a preguntar a un lector impenitente como Díez de Revenga, que además ha hecho de la literatura buena parte de su propio mundo, qué ha aportado en su vida sus lecturas, y, por extensión, qué aporta la literatura a la sociedad. “La literatura es vida –responde sin titubear-, todo escritor pone en su escritura parte de su vida, enriquece nuestras vidas como lectores”.  “La poesía nos hace reflexionar, una buena novela enriquece porque entretiene, o te complica, o te compromete, lo mismo que una buena obra de teatro”. “La literatura es vida, y cuanta más literatura se lee, más vida se recibe y más se enriquece la nuestra”. “En mi caso –continúa- me ha enriquecido muchísimo, me ha entretenido y me ha abierto caminos”.  La literatura para este profesor es un gran legado, un legado vivo que, afortunadamente, se va incrementando para solaz de quienes saben que en las letras está reunida la esencia misma de la vida.