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“La lengua ha sido una palanca extraordinaria para la economía española” (José Luis García Delgado, Doctor Honoris Causa por la UMU)

“Al igual que una moneda común, la lengua facilita las transacciones y evita los costes de transacción y ahorra tiempo”

 Casi la mitad de su vida la pasó bajo una dictadura. Por eso valora mucho el régimen de libertades nacido a partir de la Constitución de 1978, que permitió a los españoles una convivencia en paz e impulsó a las instituciones y al propio país a una apertura impensable décadas antes.Nacido en Madrid en 1944, donde estudió Derecho y Economía al tiempo que se oponía en las manifestaciones al Regimen franquista (tiempo en el que recibió su “parte alícuota de represión”), José Luis  García Delgado es desde el pasado día 28 de abril doctor Honoris Causa por la Universidad de Murcia.

Catedrático de Economía Aplicada desde 1975, primero en la Universidad  de Oviedo y más tarde en la Complutense, la universidad en la que había cursado sus estudios. Fue Rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo entre 1995 y 2005.

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“Al igual que una moneda común, la lengua facilita las transacciones y evita los costes de transacción y ahorra tiempo”. Foto: OMEGA/UMU.

Como el profesor  José Colino Sueiras, padrino del acto, puso de manifiesto en la laudatio de investidura, el profesor García Delgado ha sido distinguido con los dos principales premios que un economista puede alcanzar en España: el Premio Nacional de Investigación Pascual Madoz del Ministerio de Cultura en el año 2014,  y el Premio de Economía Rey Juan Carlos I en 2016, habiendo sido investido como Doctor Honoris Causa por las Universidades de Oviedo, Lima, Buenos Aires, Alicante y Zaragoza,

Especializado en el estudio del desarrollo económico de la España contemporánea, es director y coautor de un manual universitario de amplia proyección: “Lecciones de economía española”.

Desde 2005 ha dirigido dos extensos proyectos de investigación: uno sobre la dimensión económica del Tercer Sector en España y otro sobre la economía del español en tanto que lengua de comunicación internacional. Fundador y primer Presidente de la Asociación Libre de Economía (2003-2009), preside también desde 1997 el Patronato de la Fundación Archivo de Indianos-Museo de la Emigración.

Como afirma el profesor Colino, “José Luis García Delgado forma parte de una generación de universitarios en peligro de extinción, la de lo que conciben la enseñanza como la más importante de nuestras obligaciones”. Prueba de esa dedicación a quienes comienzan en el terreno de la Economía han sido sus constantes visitas a la Universidad de Murcia, cuya facultad de Economía y Empresa vio gestarse desde sus mismísimos comienzos, relacionándose en múltiples cursos, congresos, trabajos y tesis con muchos de quienes son hoy los profesores de la facultad de Economía y Empresa en la UMU.

Investigación, docencia y gestión han conformado la larga vida dedicada a la Economía por José Luis García Delgado, aunque, en opinión de quienes lo han conocido, hay que añadir otra: su compromiso cívico, lo que le ha llevado siempre a implicarse directamente en sus trabajos con la propuesta de acciones para conseguir la mejora de una sociedad con la que siempre se ha sentido implicado.

Una de sus últimas grandes investigaciones, el español como valor económico, sirvió como telón de fondo para su discurso de investidura, una lengua que supone “el activo más valioso de nuestro país” –y el de todos los hispano hablantes-, que, a la manera de una moneda común, ha facilitado enormemente las transacciones económicas: “Nuestras inversiones en la América Hispana son siete veces superiores de lo que habrían sido de no existir esa lengua común”, afirma, para asegurar también que “la lengua ha sido una palanca extraordinaria para la economía española y el producto vivo que nos hace más internacionales”.

-P: Usted ha visto formarse y crecer la Facultad de Economía de la UMU desde sus inicios ¿Qué recuerda de aquellos tiempos, allá por los comienzos de los años 80?.

-Respuesta: Recuerdo las charlas en la Universidad de Murcia, siempre concurridísimas. Algo así ha ocurrido hoy en el salón de actos en el que se ha celebrado el doctorado Honoris Causa, que estaba prácticamente lleno.

Esta es la imagen que tengo de todas las veces que he venido a la Universidad de Murcia desde hace alrededor de 35 años.

De Fernández Carvajal a Carande

-P: ¿Y quiénes fueron los primeros profesores de la UMU a los que usted conoció?

-R: El primero al que conocí fue un catedrático de de Derecho Político, Rodrigo Fernández-Carvajal, un hombre con mucha cultura y magníficas dotes como docente. Fue en 1979 en un seminario sobre Max Weber, en la entonces recién creada Escuela Asturiana de Estudios Hispánicos “La Granda”.

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“Gracias a la lengua, nuestras inversiones en la América Hispana son siete veces superiores de lo que habrían sido de no existir esa lengua común”. Foto: OMEGA/UMU.

El segundo fue Ramón Carande, que fue el primer decano de la Facultad de Derecho, un verdadero gigante para la historia económica española. Lo conocí cuando ya tenía más de noventa años, y aún transmitía energía y cordialidad a raudales. Recuerdo que aún subía los escalones de dos en dos.

En la Universidad de Murcia he hecho buenas amistades, conocí hace tiempo a María Teresa Pérez Picazo, con la que compartí una buena amistad y muchos cursos. Era una mujer con mucha fuerza y muy emprendedora. Estuve en el consejo de redacción de una revista de Historia y Geografía de la UMU que ella dirigía.

-P: Usted ha sido ya distinguido con los dos premios más importantes que puede obtener un economista en España: el premio Pascual Madoz y el premio de Economía Rey Juan Carlos. También ha sido nombrado doctor Honoris causa por las universidades de Lima, Oviedo, Buenos Aires, Alicante y Zaragoza ¿Qué supone para usted este reconocimiento por parte de la Universidad de Murcia?

-R: Me emociona mucho y estoy muy agradecido. Pienso que supone el reconocimiento de que he acompañado al desarrollo de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Murcia desde su comienzo, en sus dos establecimientos originarios, modestos, hasta llegar al Campus de Espinardo.

He visto ir creciendo intelectualmente a quienes hoy son los profesores que investigan y enseñan en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia, he participado en muchos de sus tribunales, también en proyectos de investigación…

Prácticamente no ha pasado un solo año sin cursar alguna visita a la Universidad de Murcia en los últimos 35 años por razón de algún seminario, alguna conferencia, alguna tesis doctoral…

De hecho, conocí al profesor Colino cuando presentó su tesis doctoral, y de alguna manera fui yo quien lo animó a optar por la Universidad de Murcia cuando se creó la facultad. Me di cuenta desde el principio de que era una persona muy capaz, y también muy generosa, que ha dedicado mucho tiempo a ayudar a mucha gente joven.

Trabajar con voluntad propositiva

-P: ¿Cómo trabaja un economista en la mejora de las condiciones de vida de los españoles, un objetivo que siempre ha presidido el quehacer intelectual de José Luis García Delgado, según José Colino?

-R: Estudiando la realidad y viendo qué cosas hay que reformar y qué obstáculos hay que remover para que las cosas mejoren. Los economistas, como todos los científicos sociales, nos tenemos que enfrentar a explicar la realidad, intentando hacer los mejores diagnósticos, pero sobre todo, hacerlo con una voluntad propositiva, es decir, que ese conocimiento nos permita proponer líneas de reforma sensatas y coherentes.

Lo que sí puedo decir es que nunca me he enfrentado a mis investigaciones con un distanciamiento psicológico. Siempre que he estudiado realidad española o europea, me ha gustado terminar mis trabajos con una parte propositiva, exponiendo qué acciones habría que emprender para que las cosas mejorasen.

-P: ¿Y cuánto hemos mejorado los españoles en este tiempo?

-R: Yo tengo más de 70 años, como el resto de mi generación, he tenido la suerte de ver que la realidad en la que me muevo ha mejorado sustancialmente, somos un país más próspero en términos económicos. En términos políticos puedo decir que una parte importante de mi vida la he vivido bajo una dictadura, y después he conocido un régimen de libertades que se ha ido asentando.

También hemos mejorado en términos de apertura: cuando yo era un joven estudiante, el país estaba aún muy cerrado, y las relaciones con el  exterior eran escasas, empezando por las académicas. Las relaciones externas, diplomáticas, políticas, económicas… eran pocas. El país estaba un tanto separado del curso de la historia central europea. He tenido la fortuna de ver pasar a mi país desde esa situación, a ser un país plenamente integrado en el orden internacional.

Yo siempre les comento a mis alumnos que el mayor cambio operado en España no ha sido el paso de un sistema agrario al terciario, sino de que anteriormente nosotros dependíamos de capitales exteriores que venían a España. Hasta que yo tenía treinta y tantos años, el trabajo estrella era la penetración del capital extranjero en España. En cambio, ahora, España es un país emisor neto de capitales: invierte más fuera de lo que le invierten a él, tenemos una potencia de internacionalización empresarial extraordinario. Todo eso ha sido, entre otras cosas, gracias a la lengua.

Con mi trabajo, he intentado añadir un pequeño grano al granero de la mejora, y he tenido la suerte de ver que la realidad en la que me muevo ha mejorado en muchos aspectos: en lo económico, en lo social, en lo político, en las relaciones con el exterior…

Un bien económico

-P: En su discurso usted alude a la lengua como bien económico. Háblenos de eso.

-R: Ha sido una investigación que me ha apasionado, incitante desde el punto de vista intelectual, porque suponía transitar por un terreno poco frecuentado, sin demasiadas apoyaturas bibliográficas, y del que estamos muy satisfechos, porque hemos puesto de manifiesto el valor enorme que tiene una lengua de comunicación internacional del rango de la española, segunda lengua de comunicación internacional más importante después del inglés, y como lengua materna, es decir, de dominio nativo, es también la segunda del mundo, después del chino mandarín.

La investigación nos ha llevado a resultados importantes: por ejemplo, que gracias a la lengua, nuestras inversiones en la América Hispana son siete veces superiores de lo que habrían sido de no existir esa lengua común.

En realidad, la lengua actúa como una moneda común. Al igual que ella, la lengua común facilita las transacciones y evita los costes de transacción, el cambiario, y también ahorra tiempo. La lengua hace lo mismo: facilita la comunicación, el entendimiento con el interlocutor, las condiciones en las que se pactan las cosas, acrecienta la fiabilidad, porque hay mayor afinidad….

Tanto en lo referente a las transacciones comerciales como en las operaciones financieras, la lengua ha sido una palanca extraordinaria para la economía española. La internacionalización de la economía española es enorme: tenemos 3.000 multinacionales españolas, entendiendo por tales las que tienen presencia activa en otros mercados, pero no a través de la venta, sino que tiene establecimientos, fábricas, activos adquiridos en otros lugares… de todas estas, una buena parte ha sido en Iberoamérica. Y en todo esto, la lengua ha actuado, como escuela de internacionalización, y esto es algo que nos han reconocido los propios empresarios. La lengua ha sido en ese sentido una palanca, un elemento de incentivización, de apoyo

-P: Además de los aspectos positivos del español, usted alude a varios retos del español para continuar siendo una lengua importante en la comunicación internacional.

-R: Hay muchos motivos para ver un horizonte prometedor para la lengua española, pero no debemos bajar la guardia, porque hay retos importantes: en primer lugar la comunicación científica. El español no es utilizado en el mercado de la ciencia como lengua vehicular. Las buenas investigaciones en el mundo de la Física, de la Química, las Ciencias Sociales, la Ingeniería, la Tecnología, no son comunicadas en español. Cuando alguien tiene un buen hallazgo, para que se conozca rápidamente por la comunidad internacional, procura hacerlo en inglés.

Hay que cuidar mucho el flanco norteamericano: hay que tener en cuenta que a América le queda mucho por ser la potencia económica, por tanto, si los hispanohablantes consiguiéramos asentar definitivamente el español como segunda lengua en Estados Unidos, como de hecho lo es, sería muy importante. Lo que hay que conseguir es que penetre en el mundo empresarial y en los cuadros de mando de las empresas. Si el español es la segunda fuerza más hablada en la mayor potencia del mundo, tendremos mucho ganado.

Hay que darle más formalidad, más rango, todo eso se hace a base de aportar recursos y planteamientos de promoción de la lengua importantes. Pero todo eso no es labor exclusiva de España. El español es un bien mancomunado, de todos los países que la tienen como propia, y por lo tanto hay que hacer políticas mancomunadas, eso dará más fuerza.

Pero no hay que rivalizar con el inglés, yo creo que el hecho de que exista una lengua franca, como lo fue el latín, está muy bien, es una buena manera de entenderse. Pero el mundo en el que vivimos es tan plural que permite que haya más de una lengua franca. Y la oportunidad del español reside en el gran número de gentes que lo hablamos, su diseminación en dos continentes posibilita que pueda ser esa segunda lengua franca, acompañante del inglés.

El plurilingüismo, un don

-P: ¿Cómo ve el tema del bilingüismo en España?

-R: Se trata de un tema crucial. Y en él hemos pecado todos: por un lado quienes por defender la lengua minoritaria hacen lo posible porque la lengua mayoritaria pierda terreno. Hay que tener en cuenta que el español es tan lengua propia de Cataluña como el catalán, porque Cataluña es bilingüe.

Hay cosas que no hemos hecho bien en este terreno: por ejemplo dejar que las lenguas minoritarias, en países plurilingües como España, solo sean promocionadas  por la Comunidad correspondiente, y hay que tener en cuenta que el catalán es tan lengua española como el español, por lo que tendría que ser el estado, y la administración central la que apoyara el uso de todas las lenguas. Al estado le interesa el plurilingüismo, porque se trata de un don, de una riqueza, abre mucho más las mentes. Eso debería haber sido transmitido por el estado, y es algo que no se ha sabido hacer.

Casi todos los países que tienen el español como lengua central, son plurilingües, en México hay más de veinte lenguas, en Colombia sesenta, en Ecuador una decena… Hay que hacer buenas políticas apoyando el plurilingüismo, y no haciendo que por apoyar el catalán se pierda el castellano. A los catalano hablantes, les haríamos un muy mal favor, porque el español abre puertas. De todas las lenguas que tenemos en España, la única internacional es el español, no quitemos esa oportunidad a los escolares de Cataluña, de Galicia o del País Vasco, que no salgan de su formación al mundo sin ese instrumento de apertura y de relación internacional que es el español. Tener desde la cuna una lengua de comunicación internacional es un tesoro, qué más quisieran los polacos, los checos, los búlgaros… que tener de partida una lengua de comunicación internacional.

Hoy de hecho, sabiendo inglés y español, se puede ir a cualquier sitio del mundo, mucho más que con inglés y francés, mucho más que con inglés y alemán, mucho más que con inglés y ruso, más que con inglés y árabe…

-P: Usted aboga porque el español sea considerado  un bien preferente por todos los gobiernos, independientemente de las alternancias gubernamentales ¿Esto es algo que se ha entendido por los diferentes gobiernos?

-R: La política lingüística no es un problema de gobierno ni de ciclo político, si hay un problema al margen de la coyuntura política es la lengua. No es buena cosa que cada gobierno cambie el director del Instituto Cervantes. Diseñemos una política como el Instituto Goethe en Alemania. Planes de promoción de la lengua a muchos años vista, independientemente de quién esté en el poder. El instituto Cervantes se tiene que iberoamericanizar, porque no somos los poseedores de ese bien, se trata, como he dicho, de una propiedad mancomunada, y ni siquiera somos los más importantes, porque México por ejemplo son el triple de hablantes

Lo mejor de la historia de España

-P: ¿Es lo mejor de la historia de España la creación y el desarrollo de la lengua española, como usted afirma en su discurso?

-R: Eso es algo que afirmaba el  gran historiador Juan Pablo Fusi: el español es nuestro producto más internacional y también el más internacionalizable. Es el producto vivo que nos hace más internacionales. Él afirmaba que lo mejor de la historia de España es la creación y desarrollo de la lengua española. Lo que tenemos que hacer es aprovechar la promesa  de futuro que supone eso.

 

-P: En su laudatio, el profesor José Colino subraya su compromiso cívico ¿Cree que el intelectual está obligado a comprometerse con su tiempo y con la sociedad en la que vive?

-R: No concibo la vida de otra forma. Ahora soy presidente del Círculo Cívico de Opinión, que contribuye a formar a profesionales para ocuparnos de los grandes problemas del país, y desde nuestra posición independiente tratar de aportar análisis y propuestas. Hemos elaborado un documento sobre populismo, otro sobre el pacto educativo, estamos trabajando en uno sobre Cataluña… Yo creo que el mundo académico, como parte de la sociedad civil, debería tener un papel activo de emprendimiento y arrimar el hombro a los problemas que se van planteando en la sociedad.

-P: En uno de sus artículos de El País usted afirma que, frente a soluciones mesiánicas, que abogan por transformar todo, es necesario un gran pacto que permita revitalizar la democracia, soldar la fractura social y actualizar el contrato constitucional. ¿Cómo se hace esto?

-R: Con todos sus defectos, el estado social y democrático que tenemos, es el mejor sistema que ha inventado la humanidad. A pesar de todas sus carencias y sus aspectos mejorables.

Si la sociedad española considera que el pacto constitucional que ha presidido la vida española de los últimos 40 años es mejorable y ha llegado el tiempo de renovación, lo que hay que hacer es ponernos de acuerdo, como sucedió en los años 70, cuando gentes de distintas procedencias, adscripciones y planteamientos, fueron capaces de llegar a fórmulas que han servido para convivir durante 40 años.

Renovar para mejorar el pacto constitucional puede estar bien, pero sin que salte todo por los aires, como algunos pretenden.

Algunos hablan del régimen del 78, pero yo, que he vivido 34 años bajo la dictadura, que participé como estudiante en los movimientos antifranquistas, que recibí mi parte alícuota de represión, firmaría sin dudar por algo semejante que durase otros 40 años.

Los españoles tenemos un sentido un tanto autoflagelatorio, y deberíamos tener un poco más de autoestima. En el concierto europeo, España es un país muy presentable y con estabilidad institucional. En España los gobiernos duran, hay estabilidad institucional, con organismos reguladores, Magistraturas del Estado, Tribunal Constitucional, la Administración de Justicia… todo lo mejorable que se quiera, pero el nuestro es un país de una gran estabilidad institucional, y eso, en buena medida, lo ha aportado el régimen constitucional que tenemos. Ha habido dos grandes fuerzas políticas que han articulado la vida política española, junto con fuerzas políticas autonómicas, y eso le ha dado mucha estabilidad al país.

Ahora estamos en un nuevo tiempo político, pasar del bipartidismo al tetrapartidismo puede ser una buena fórmula para tener más incentivos para que los dos grandes partidos no se duerman en los laureles y hacer mejor las cosas. Soy optimista en ese sentido, yo creo que ahora la vida parlamentaria es más viva que en las legislaturas anteriores. Aunque haya números de circo entremezclados. El hecho de que no haya mayorías absolutas creo que puede  tener aspectos positivos.

Revitalizar la democracia

-P: Hace casi cuatro años, usted afirmaba que “la revitalización de la democracia, por la que apuesta mayoritariamente hoy la sociedad española, debe comenzar por un pacto contra la corrupción”. ¿Cree que hemos avanzado en este terreno?

-R: Al menos existe más sensibilidad, el pueblo ha tomado conciencia de este problema. Yo intento siempre ver la botella medio llena: hemos puesto fin a la época de la impunidad. Durante mucho tiempo, los políticos y los empresarios han creído que se podía hacer casi cualquier cosa, había un ambiente de impunidad, pero ahora eso se ha acabado, como dijo el otro día Rajoy: el que la hace en España la acaba pagando. En España hay muchos chorizos que aun no han caído, pero van cayendo, y relativamente en su orden.

Y por otro lado, que se haya pluralizado la representación política en España va a ayudar a que existan vigilancias cruzadas y que los partidos no puedan hacer cada uno lo que quiera.

Es cierto que es muy desmoralizante la cascada de casos casi diaria, pero van saliendo, y la sociedad se ha vuelto menos tolerante con esos casos.

-P: Sin embargo, hoy mismo hemos tenido noticias de determinados intentos de cambiar jueces y fiscales por parte de políticos y, por otro lado, en referencia a que la sociedad da la espalda a los partidos en los que más casos de corrupción se dan, eso fue evidente en otra época, en la que un partido que consiguió el mayor apoyo que ha tenido nunca una formación política en España, acabó hundiéndose. Eso no parece suceder ahora.

-R: Es cierto que la corrupción no pasa una alta factura a los partidos que la cometen, pero a lo mejor no es tanto porque los españoles seamos condescendientes con la corrupción sino que las alternativas que se presentan no convencen a la gente. A veces se vota con las narices tapadas porque se piensa que un partido es malo, pero la alternativa convence menos. En ese sentido, creo que la aparición de nuevas formaciones puede dar juego y conseguir que se modifiquen determinadas cosas.

 

En primera persona

Gracias a la lengua, nuestras inversiones en la América Hispana son siete veces superiores de lo que habrían sido de no existir esa lengua común

Al igual que una moneda común, la lengua facilita las transacciones y evita los costes de transacción y ahorra tiempo

La lengua ha sido una palanca extraordinaria para la economía española

La lengua ha actuado como escuela de internacionalización

El español es un bien mancomunado, de todos los países que la tienen como propia

El español es el producto vivo que nos hace más internacionales

El mundo académico debería tener un papel activo en los problemas que se van planteando en la sociedad

Renovar para mejorar el pacto constitucional puede estar bien, pero sin que salte todo por los aires, como algunos pretenden

Algunos hablan del régimen del 78, pero yo firmaría por algo semejante que durase otros 40 años

Los españoles tenemos un sentido autoflagelatorio, y deberíamos tener un poco más de autoestima

El hecho de que no haya mayorías absolutas puede  tener aspectos positivos

En España hay muchos chorizos que aun no han caído, pero van cayendo, y relativamente en su orden

Que se haya pluralizado la representación política en España va a ayudar a que existan vigilancias cruzadas