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“El peor virus es el miedo”

 

Sánchez-Vizcaíno en el Salón de actos de la facultad de Economía, la víspera de su investidura
 José Manuel Sánchez-Vizcaíno, nuevo doctor Honoris Causa por la Universidad de Murcia
“El cambio climático va a cambiar mucho el panorama sanitario”

Cita a Hitchcock para poner de manifiesto que la alarma y el miedo generados ante el aviso de una posible epidemia pueden ser mucho más peligrosas que la enfermedad en sí. Como bien decía el Maestro del Suspense: “Lo importante no es lo que ocurra, sino lo que la gente cree que puede ocurrir”. Eso lo sabe a la perfección José Manuel Sánchez-Vizcaíno, que ha tenido que lidiar en muchas ocasiones no sólo con los posibles estragos y la búsqueda de soluciones a diversas pandemias, sino también comprobar los devastadores efectos sobre la población según la forma de dar a conocer determinados problemas sanitarios, como la peste porcina africana, la peste equina o, más recientemente, el mal de las vacas locas, la gripe aviar o la porcina. Curiosamente, fue una desgraciada enfermedad, lo que impulsó a Sánchez-Vizcaíno a iniciar una senda del conocimiento que probablemente no habría emprendido de otra manera, y que ha acarreado, a la postre, consecuencias beneficiosas para millones de personas: el hecho de padecer la polio espoleó en él las ansias por conseguir encontrar remedios a enfermedades para las que no había cura. Unas ansias que han fructificado en los últimos treinta años en importantes investigaciones, entre ellas una aportación decisiva para conseguir erradicar la Peste Porcina Africana mediante la aplicación de nuevas técnicas, contribuyendo de manera decisiva a la desaparición de esta lacra. Algo que repetiría años después con la peste equina, para la que descubrió, además, una de las primeras vacunas denominadas Virus Like Particles (VLP). Sánchez-Vizcaíno también ha coordinado equipos que han logrado erradicar la peste porcina clásica en numerosos países de América latina.

Sánchez-Vizcaino en un momento de la ceremonia de Doctor Honoris causa.Sus análisis de riesgos y modelos para la difusión de enfermedades infecciosas han sido fundamentales para España, y han supuesto avances trascendentales en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de animales mamíferos marinos, de abejas, de la lengua azul…
El pasado jueves, día 22 de abril, José Manuel Sánchez-Vizcaíno Rodríguez recibía en el salón de actos de la Facultad de Economía el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Murcia, convirtiéndose así en el número 32 de quienes han recibido tal distinción en la historia de nuestro centro.
Veterinario, experto en epidemiología y medicina preventiva, Sánchez-Vizcaíno ha consagrado buena parte de la importante labor investigadora que viene desarrollando desde hace treinta años, a combatir las enfermedades infecciosas provocadas por animales.

Un veterinario murciano en Nueva York

    En 1976, un recién licenciado Sánchez-Vizcaíno marchaba a Nueva York, donde trabajó durante dos años en la universidad de Cornell, la más prestigiosa del mundo en su campo en esos momentos.
De vuelta a España, en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria desarrolló durante muchos años una importante labor profesional en los departamentos de Virología Animal y de Sanidad Animal, y posteriormente en el Centro de Investigación en Sanidad Animal, en el que ocupó desde 1993, y durante una década, el cargo de director. Actualmente es catedrático de Veterinaria de la Universidad Complutense, compatibilizando la docencia con la investigación, especialmente en la parcela de la epidemiología y la medicina preventiva, y en el desarrollo de vacunas y nuevos métodos de diagnóstico.

En tierra a causa del volcán

Antes de comenzar nuestra entrevista, Sánchez-Vizcaíno se lamenta de que el vacío del espacio aéreo a causa de la nube del volcán islandés ha impedido a una quincena de colegas de diversos países europeos, con los que trabaja en diversos proyectos, asistir a la ceremonia de su doctorado Honoris Causa: “Solo podrá asistir un compañero de Portugal, porque su espacio aéreo sí que está funcionando, pero los belgas, los suecos, los alemanes…, se han quedado en tierra, y lo lamento profundamente, porque me hubiera hecho mucha ilusión que estuviesen conmigo. Todos tenían los billetes preparados, y hasta los trajes académicos de sus diferentes universidades, lo que hubiera dado mucho color en este acto de la Universidad de Murcia”.

-Pregunta: La alerta causada por la gripe A ha quedado, afortunadamente, en algo de menor entidad de lo anunciado ¿Puede esto generar una confianza excesiva que nos haga bajar las alarmas cuando tengamos que estar preparados para algo auténticamente grave, algo así como un aviso continuo y falso de que viene el lobo?
-Respuesta: Sí. Y esa es la preocupación mayor que me producen todas estas crisis. Ya vivimos el problema de las vacas locas, en el que parecía que iba a producirse muchos muertos, o la gripe aviar, que también parecía que podía ser muy grave. La última ha sido la gripe H1 N1. Puede llegar un momento en el que la sociedad esté demasiado colmada de información alarmante, y que cuando realmente haga falta pase, efectivamente como con el lobo.

Sanchez-Vizcaino y el padrino del acto, Antonio Rouco. Al fondo, el rector, José Antonio Cobacho.-P: ¿Y por qué ha ocurrido esto?
-R: A mi entender ha sucedido básicamente por dos causas: en primer lugar ha habido un error de comunicación por parte de la OMS. Es muy importante que, en una situación de crisis, exista un solo interlocutor para cada zona, porque el riesgo es común para todos y es mejor que una sola voz transmita los mensajes, para que no se contrapongan entre sí.
En el caso de la OMS la situación es distinta, porque aunque ellos hablan con una sola voz, lo hacen para países que poseen niveles de riesgo muy diferentes, por lo que la llamada de alerta o de alarma que hacían, que era para países muy pobres, con una situación sanitaria mucho peor y, por tanto con más riesgo, pero eran los mismos mensajes que llegaban a otros países que no estaban en esa situación.
El segundo error es que han utilizado un término que ha sido mal interpretado: el de niveles de pandemia. La pandemia solo significa que nos encontramos ante una enfermedad infecciosa que se mueve a mucha velocidad y que está afectando a muchos países, pero no que implique una mortandad  elevada, e incluso ni siquiera mortandad. Pero eso ha sido mal interpretado por la sociedad. La gente ha creído que la situación era muy grave, confundía facilidad de transmisión con mortalidad.
Incluso se puede hablar de un tercer error, ya que, una vez que se comprobó que el virus estaba estabilizado en baja virulencia y que había pasado por el cono sur sin grandes problemas, se tenía que haber comunicado eso, pero se siguió en la línea del peligro potencial cuando ya se sabía que eso no era así. Ha habido incluso gente que se ha contagiado y ni siquiera se han dado cuenta de ello, lo han confundido con un pequeño catarro.

-P: Se otorgó escasa credibilidad a la vacuna.
-R: A mi parecer ha habido mucha gente que, sin fundamento, se han opuesto a la vacunación. Han conseguido desprestigiarla.

-P: En definitiva, ha habido una mala gestión en cuanto a la comunicación de la crisis.
-R: Debemos sacar importantes lecciones de cómo se ha llevado este tema: en primer lugar, que seguimos, efectivamente, sin saber comunicar crisis. Por otro lado, los organismos internacionales han quedado tocados de esta acción. La sociedad  tiene ahora menos confianza en ellos.

Sánchez-Vizcaíno con el autor de la entrevista.-P: El miedo es mal consejero en estos asuntos
-R: Absolutamente. El peor virus es el miedo. Por eso aludo a Hitchcock, él sí que sabría comunicar un asunto así, él sí sería un buen comunicador de crisis.

-P: Usted defendió que la Gripe A se llamara Gripe Americana.
-R: Claro. Cualquier enfermedad nueva que se haya descrito tiene el nombre del país donde se describe o donde se origina, pero jamás se le nombra por la composición genética del virus.
La gripe española de 1918, por ejemplo, ni siquiera se había originado en España, lo que ocurre es que nuestro país fue el primero que comunicó una manifestación de gripe diferente. También existe la gripe rusa, la gripe de Hong Kong…, siempre se hace de esta forma. En este caso la gripe se formó en California, y debía haberse llamado Gripe Californiana o Gripe Americana, pero esto no gustó a los americanos, y decidieron llamarla por su composición genética, que tiene algunos genes del porcino, por lo que optaron por llamarla gripe porcina.
Esto confundió aun más a  la sociedad, que pensó que eran  los cerdos los culpables de esta enfermedad, y que podían ser la fuente de contagio, aunque los cerdos de California o de México no tenían esta variante de gripe, parece ser que la formación de esta variante gripal se hizo en el hombre.
Esta denominación confundió mucho, tanto que en algunos sitios el consumo de cerdo descendió hasta un cincuenta por ciento. Poner un mal nombre a una enfermedad puede tener unas repercusiones enormes.

Una convivencia peligrosa

-P: -Enfermedad de las vacas locas, la gripe aviar, la porcina… ¿Qué pasa entre los humanos y los animales, tantos peligros entraña la convivencia con ellos?
-R: La convivencia entre el hombre y los animales ha provocado que entre el 60 y el 70 % de las enfermedades infecciosas humanas sean zoonósicas, es decir, que tengan su origen en los animales.
Precisamente el trabajo nuestro como veterinarios, que está en nuestro lema, es “Higiene de los animales, salud de los pueblos”.  Nuestra carrera tiene una connotación fundamentalmente sanitaria, nuestro fin no es producir animales, sino alimentos. Y la prioridad es que estos alimentos sean sanos y seguros.

-P: ¿Y cómo está este tema en nuestro país?
-R: España está entre los mejores del mundo en seguridad alimentaria, pero de vez en cuando ocurren problemas.
En las próximas décadas habrá que producir muchos más alimentos por el aumento de la población que se registrará, sobre todo en los países en vías de desarrollo. Esta población quiere consumir proteína animal, por lo que se están criando animales en lugares en los que no se hacía antes. Por ejemplo, se ha llevado cerdos a Malasia o Filipinas. La fauna silvestre que vivía allí, que tenía unos virus que no conocíamos, porque nunca habíamos estado en contacto con ellos, al relacionarse con animales domésticos ha provocado que surja allí el virus de el virus de Évola  o el de Nipah, que es un virus parecido al de la gripe, pero que se complica con encefalitis.
Esto hace que nos demos cuenta que en la vida silvestre existen muchas enfermedades que aun no controlamos, y cuando se produce el contacto puede darse el salto. Afortunadamente, el sistema suele descubrirlo rápido, lo que evita su difusión. Pero el contacto es inevitable.

-P: En función de eso ¿es posible que esté todavía por llegar una verdadera pandemia procedente de los animales hacia los humanos?
-R: La primera pandemia del siglo XXI se produjo con el Síndrome Respiratorio Agudo Severo, SARS. Por primera vez se cerraron aeropuertos. Esta enfermedad producía unos problemas respiratorios muy importantes, y nos tuvo a todos en jaque. En un principio se pensó que era una enfermedad respiratoria que se transmitía por la tos o los estornudos. Esto hizo que se tomasen unas medidas de seguridad impresionantes. Afortunadamente, después se comprobó que era un virus que se transmitía por vía digestiva, y no respiratoria, con lo cual el control es mucho más sencillo.

Enfermedades del futuro

-P: ¿Qué otras pandemias podrían visitarnos en el futuro?
-R: El centro de la Universidad Complutense en el que trabajo se llama VISAVET: Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria. Constituye un observatorio mundial en el que vemos como evolucionan los virus e intentamos predecir saltos que puedan ocurrir con el fin de estar preparados para cualquier contingencia. Tenemos localizadas varias enfermedades infecciosas. Estamos monitorizando la del Nilo Occidental, que barrió Estados Unidos en tres años, con una gran mortalidad, incluso humana.  En Europa el mecanismo epidemiológico es diferente. Ahora hemos descartado que pueda ocurrir lo mismo, aunque pensamos que se producirán en Europa focos puntuales.
Estamos trabajando mucho con la enfermedad del  valle del Rift, otra enfermedad zoonótica, que viene del norte de África  y procede de animales, pero afecta también a  personas.
Todas las enfermedades que están ligadas a vectores son la principal prioridad para nosotros, porque el cambio climático al que estamos asistiendo está produciendo que cada vez haya más vectores en zonas que antes no existían, con lo cual, enfermedades que antes no teníamos o que habíamos erradicado hace tiempo, estén volviendo ahora.

sanchez vizcaino-P: ¿Puede el cambio climático afectar a las condiciones de vida y provocar otras enfermedades y patologías distintas a las actuales?
-R: El cambio climático va a cambiar mucho el panorama sanitario. El ejemplo más paradigmático de lo que va a suponer el cambio climático lo estamos sufriendo en Europa desde el año 2007: se trata de la lengua azul, una enfermedad que se transmite a través de un mosquito que afecta a los rumiantes. Antes afectaba a animales hasta el paralelo 40. En España llegaba a veces al sur. A finales de los 80 nos dimos cuenta de que habían subido los animales afectados hasta el norte. Ahora ya hay animales afectados en el paralelo 52 norte. Eso demuestra bien a las claras que el cambio climático está modificando la estructura sanitaria. Ahora, países que no se preocupaban de determinadas enfermedades, porque no las habían padecido nunca, deben modificar su sistema de vigilancia. Es como si todo fuera ahora Sur.

-P: ¿Cómo es el estado de salud de la cabaña ganadera española en estos momentos?
-R: En sanidad estamos en uno de nuestros mejores momentos. Este es un momento dulce, es una época muy buena para España. Con las últimas infecciones de lengua azul, se ha demostrado que el modelo español es un modelo excelente de control y erradicación de la enfermedad, hasta el punto de que ha sido copiado por muchos gobiernos europeos.

Un murciano en Nueva York

-P: Ha desarrollado estudios de inmunología y virología animal en Nueva York ¿Qué recuerda de aquella etapa?
-R: Fue una de las épocas más impactantes de mi vida. Yo me marché a la Universidad de Cornell, en Nueva York, la número uno en medicina veterinaria, en el año 1975, cuando nuestro país  era todavía en blanco y negro, y ni nuestras universidades ni nuestros centros de investigación ocupaban un puesto relevante en el mundo de la ciencia internacional. Carecíamos de comunicación con el mundo científico. Fue impresionante lo que supuso para un chico como yo, que acababa de terminar la carrera de veterinaria, llegar Nueva York, a una universidad como a la de Cornell, en la que cada semana te encontrabas en los seminarios a premios Nobel, gente que desarrollaba las investigaciones más avanzadas. Era un mundo muy abierto que me impactó.
Lo que viví allí me ayudó a formar mi vida.

-P: ¿Qué cosas aprendió allí?
-R: En primer lugar, allí me enseñaron a ver las cosas de una manera más sencilla, más práctica. Me enseñaron a plantear metas en investigación de forma sistemática, y también me enseñaron mucho en lo relativo a docencia. Me enseñaron a que un buen docente no es aquel que enseña las cosas de forma complicada, sino el que ha sabido digerirlas bien y las muestra como si fueran fáciles.
También me enseñaron a formar equipos, a trabajar en equipo. Allí me hicieron ver que en ciencia, el individuo, no sirve para nada, que hay que trabajar en grupo y para el grupo. Fue un momento clave en mi vida, y me abrió el horizonte.

La vocación por una enfermedad

-P: ¿Qué llevó a Sánchez-Vizcaíno a estudiar veterinaria?
-R: Desde chico siempre tuve claro que quería trabajar en virus. Yo tengo polio, en Murcia pegó fuerte esta enfermedad en los años 50. No sabían muy bien qué hacer con nosotros, íbamos de hospital en hospital. Nos llamaban el equipo de la polio.
Yo veía que para las demás enfermedades tomaban medicinas para curarse, pero para la polio no nos daban nada. Un buen día cayó en mis manos una biografía de Louis Pasteur, un químico que fue metiéndose cada vez más en temas sanitarios, y que es uno de los pilares en la producción de vacunas. Me apasionó su vida, y tuve claro a partir de entonces que me iba a dedicar a esto.
En aquellos momentos, la salida lógica para mí hubiera sido hacer medicina, una carrera que, además, acababan de implantarla en Murcia. Mi padre, que era veterinario, apoyaba esa idea, pero me dijo que no me veía como un médico en sentido estricto, que yo lo que quería era ir al fondo de la cuestión, resolver el problema. Me dijo que me veía más como un investigador que como un clínico, que me veía ayudando a la sociedad, pero no con el enfermo, sino intentando resolver el problema que causaba esa enfermedad. Me dijo que me veía más en el papel haciendo veterinaria, porque ahí se trabaja mucho con modelos experimentales, que es a lo que yo tendía.

-P: Y tuvo que marcharse a Madrid
-R: Entonces no había facultad de Veterinaria en Murcia, no tuvimos la suerte de tener esta gran facultad que existe ahora, y tuve que irme a Madrid.
Pero yo me considero muy feliz por haber hecho veterinaria, creo que me abrió el mundo de la medicina con muchas y apasionantes variantes.

sanchez vizcaino 2Profeta en Murcia

-P: Eso fue hace casi 40 años. Entonces se tuvo que marchar de la región de Murcia porque en su universidad no existían los estudios que usted quería hacer. Ahora vuelve a Murcia, a la universidad que podría haber sido la suya, y lo hace como doctor Honoris Causa ¿Qué supone esta distinción para usted?
-R: Muchísimo. Es un sentimiento doble el que tengo: por un lado como investigador, y por otro como murciano, aunque es algo que no puedo separar. Como investigador supone la máxima distinción que una universidad puede dispensarle a alguien desde el punto de vista profesional y académico. Y es un orgullo enorme que haya sido precisamente la universidad de Murcia, la de mi tierra, la que me haya concedido mi primer doctorado Honoris Causa.
En Murcia no se da, afortunadamente, ese refrán que dice que nadie es profeta en su tierra. Murcia ha demostrado que sabe cuidar a su gente, y a veces, como es mi caso, la cuida incluso en exceso. Pero resulta muy gratificante comprobar cómo te quiere la gente.
Con el paso del tiempo lo que más se llega a valorar es precisamente eso: que te quiera la gente y que valore tu trabajo. Y yo me siento muy querido en esta tierra.
Por otro lado, estoy muy agradecido a la facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, un centro que posee ya un enorme prestigio, que está ahora entre las grandes, y eso tiene un gran mérito, pues lo ha conseguido en poco tiempo.

-P: ¿Cuál es el trabajo actual de Sánchez-Vizcaíno?
-R: Trabajamos fundamentalmente en prevención. Afortunadamente, el nivel de España en Veterinaria es bastante alto, podemos dedicarle menos tiempo a la curación y más tiempo a la prevención. Aproximadamente un 70 por ciento de nuestro trabajo está dedicado a la prevención, a desarrollar modelos predictivos, de cuáles son las enfermedades que nos van a afectar en el futuro, de por qué regiones nos van a llegar, cuáles son nuestros puntos débiles…, para hacer cada día una prevención mejor.
El otro treinta por ciento lo empleamos en trabajar en sistemas de diagnóstico precoces y en vacunas.

-P: ¿Cómo está el panorama científico en cuanto a nuevas técnicas de diagnóstico y estrategias de control en las enfermedades infeccionas animales?
-R: España ha crecido en investigación de una manera extraordinaria en los últimos 25 años. Se ha avanzado mucho en el desarrollo científico, hasta el punto de que diría que estamos entre los grandes en cuanto a investigación. Somos el octavo o noveno país en publicación científica. En temas de investigación puntera tenemos centros de excelencia, investigadores de reconocido prestigio internacional. Los españoles hemos hecho un gran esfuerzo en este terreno, que empieza a dar sus frutos.
Ahora el punto débil que tenemos en España en Investigación es la necesidad de tener un programa coordinado y consensuado, que no se esté cambiando cada cuatro años en función del partido que gobierna. La investigación necesita programación y estabilidad a largo plazo.