Estación primavera: nos la explica la ciencia

El pasado jueves a las 17.57 horas empezó la primavera y terminará 92 días y 18 horas después, el 21 de junio, cuando comence el verano, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional. Pero, ¿por qué existen las estaciones?  ¿qué cambios provoca en nuestro organismo? ¿por qué se cambia la hora? Estas son algunas dudas que desvelamos en este programa


La primavera, como sucede en el resto de las estaciones, surge por cambios físicos que se producen en el planeta, pero también hay influencias culturales. Esos cambios no son iguales en todo el mundo, cuando en el hemisferio Norte entramos en el verano, en el sur lo hacen en el invierno. Este hecho se debe a que la Tierra gira inclinada alrededor del Sol, lo que produce que en invierno los rayos lleguen al hemisferio Norte del planeta de forma más oblicua que en el hemisferio sur; y con el cambio de estación ocurre al contrario, es decir, esos rayos llegarían más verticales.

Los cambios de estación los conocemos de forma aproximada, pero la hora exacta es distinta cada año, y la marca el equinoccio, el momento en que el Sol está situado en el plano del ecuador. Ocurre dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre.

Cambio de hora

Con el equinoccio de primavera, se hace más patente la mayor duración de los días, porque es la época del año en la que se alargan más rápidamente. En las latitudes de la península ibérica, el Sol estará por encima del horizonte casi tres minutos más cada día. Así, el próximo domingo se cambia la hora para ahorrar energía, se adelantarán los relojes, y a las 2 se pasarán a ser las 3, con lo que ese día tendrá una hora menos.

Una curiosidad es que la hora solar no tiene por qué coincidir con la hora oficial. De hecho, en España tenemos diferentes horas solares, pero los países las unificaron por cuestiones políticas.

El origen del cambio de hora es difícil concretarlo porque muchas civilizaciones fueron adquiriendo horarios de verano, sin embargo, en la Primera Guerra Mundial se aplicó por primera vez. Alemania, sus aliados, y sus zonas ocupadas cambiaron el horario el 30 de abril de 1916. Reino Unido, la mayor parte del resto de los estados en guerra, y muchos países neutrales europeos les siguieron. Rusia y y otros pocos países esperaron al año siguiente, y Estados Unidos no lo utilizó hasta 1918. Desde entonces se han producido muchas propuestas, ajustes y revocaciones.

El horario de verano ha causado controversia desde que se utilizó por primera vez. En España se aplicó en la crisis energética de 1974, aunque la última regulación a la que nos hemos adaptado ha llegado de la mano de la directiva Europea 2000/84, que entre otras cosas unifica los días en los que se producen los cambios de hora en todos los países de la Unión Europea, siendo estos el último domingo de marzo y el ultimo de octubre.

Se hace en 70 países y Japón es el único industrializado que no se ha sumado al cambio horario, que pretende reducir el consumo global de energía, haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz, sin embargo, hay otras teorías que consideran que ese ahorro es nulo o de poca importancia.

Consecuencias para la salud

El cambio horario afecta según los expertos al reloj biológico y puede provocar trastornos en el sueño especialmente en niños y ancianos. No obstante es algo temporal que se suele superar en 2 o 3 días.

Además, el refranero popular dice que “la primavera la sangre altera”, pero, ¿qué hay de cierto en este dicho? En Murcia los cambios los sentimos menos, pero en otras zonas, como el norte de Europa, son muy intensos y la luz provoca efectos en nuestro cerebro.

Pero el buen tiempo no le va bien a todo el mundo… llegan las temidas alergias relacionadas con la primavera, sobre todo al polen. De hecho, los expertos prevén que esta temporada la incidencia será alta en España, aunque en nuestra Región estiman que será menor que otros años.

Y si miramos al cielo, ¿qué nos encontraremos?

Desde el punto de vista astronómico, esta primavera se producirán dos eclipses, uno total de luna (15 de abril) y uno anular de sol (29 de abril). Sin embargo, en España solo será visible el primero.

La primera luna llena de la primavera llegará precisamente el 15 de abril, coincidiendo con el citado eclipse, y como es preceptivo en la religión católica, con la Semana Santa.

Si quieres ver una lluvia de estrellas sin telescopio, podrás alrededor del 5 de mayo.

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