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Entrevista con Jacob I. Sznajder, doctor Honoris Causa por la Universidad de Murcia:”Las universidades tenemos un papel importante: la mejora de la calidad de vida de las gentes”.

Su profesión le ha relacionado con frecuencia con el lado más duro de la enfermedad, algo que le ha hecho afrontar la vida con una perspectiva hondamente humanista. Pero, precisamente, ha sido esa circunstancia la que ha impulsado a Jacob Sznajder a intentar encontrar remedio, a través de investigaciones punteras, para algunos de los problemas más acuciantes en su campo.
Es jefe de la División de Enfermedades Pulmonares y Medicina Crítica de la prestigiosa Universidad de Northwestern de Chicago. En sus laboratorios trabajan más de ochenta científicos procedentes de países como Estados Unidos, México, Uruguay, Chile, Brasil, Grecia, Suiza, Israel o España -uno de los cuales, Aaron Ciechanover-alcanzó hace un par de años el premio Nobel por su descubrimiento de la ubiquitina.
Su principal investigación ha girado en torno a la proteína Sodio/potasio ATPasa, localizada en el epitelio alveolar, que resulta imprescindible para que las células y los órganos funcionen normalmente.
El doctor Sznajder es un convencido de la capacidad de mejora del ser humano a través del conocimiento: las herramientas para “producir vacunas contra enfermedades y tratarlas, se adquieren a través de la educación”. “Las universidades –asegura- son fuente de educación y conocimiento. Las personas educadas tienen la oportunidad de tomar mejores decisiones sobre sus vidas, el medio ambiente y la humanidad en general. Las sociedades con más educación pueden tener mejor calidad de vida y decidir en términos más beneficiosos para el ser humano y todo aquello que le rodea”.
Por ello, para Jacob Sznajder, por encima de la enfermedad en sí, la principal lacra que amenaza hoy a la sociedad reside en la ignorancia y la insolidaridad, lacras contra las que sólo se puede luchar desde la ciencia y la educación.
Mañana viernes será investido nuevo doctor Honoris Causa de la Universidad de Murcia en un acto especialmente emotivo, por cuanto la persona que auspició su distinción, el doctor Fernando Sánchez Gascón, ya no está entre nosotros.
-P: ¿El hecho de trabajar con pacientes críticos ha propiciado que se enfrente a la vida de una manera distinta?
-R: Cuando se trabaja con pacientes críticos, cambia la perspectiva, porque uno se enfrenta a la etapa final de una persona. Pero el hecho de poder ayudar en esas circunstancias es algo muy importante. Por supuesto que cuando nos enfrentamos a cuestiones irremediables no es agradable, pero tengo muchas satisfacciones, pues la tecnología ha prolongado la vida. Lo que sí es cierto es que pone en perspectiva todo lo que hacemos.
Pero mi labor fundamental es la terapia intensiva, la parte investigadora, hacer experimentos para encontrar curas a los problemas con los que nos enfrentamos.
Como médico de la universidad, creo que lo importante es que generamos conocimiento a través de la investigación, propagamos conocimiento a través de la enseñanza e implementamos conocimiento tratando a los pacientes con los nuevos medios que vamos obteniendo.
En este sentido creo que podemos considerarnos privilegiados.-P: Una de sus investigaciones más importantes ha sido la de intentar entender el funcionamiento de una proteína localizada en los pulmones llamada Sodio/potasio ATPasa ¿Qué importancia tiene esta proteína y cómo podría repercutir su conocimiento en la salud mundial?
-R: Esa proteína consume entre el 30 y el 50% de toda la energía celular de todas las personas. Mantiene la omiostasis en las células: intercambia dos iones de potasio por tres de sodio a través de un gradiente, y así las células mantienen su funcionamiento.
Todos sabemos que si alguien cae en un río y se le llenan los pulmones de agua, se ahoga. Pues bien, cada minuto cinco litros van del corazón izquierdo al derecho, y en el pulmón esos cinco litros intercambian oxígeno por dióxido de carbono. Esa sangre va a través de capilares. Imaginemos que esos capilares tengan agujeritos, como puede pasar en una neumonía y en otras circunstancias. Parte de esos cinco litros podría entrar al pulmón y la persona se ahogaría desde adentro.
La proteína Sodio/potasio ATPasa, al mover el sodio del pulmón, reabsorbe el líquido, y eso puede restaurar el funcionamiento del pulmón. En realidad, esta proteína actúa como una bomba.

-P: ¿En qué situación se encuentran esas investigaciones?
-R: Ahora podemos entender mucho sobre esa proteína.
Un científico observó que hay peces de colores que florecen. Su florescencia la produce una proteína muy chica. En nuestros experimentos utilizamos esa proteína viva, que actúa como un marcador. A través de métodos genéticos lo unimos a la nuestra y podemos ver cómo se mueve.
Esto es importante, porque esa proteína posee una sobrevida, y cómo se mueve afecta a su función. Entonces, si queremos aumentar su función y podemos ver cómo hacerlo, es algo fantástico.
A través de la biología molecular hacemos ingeniería de estas proteínas y observamos cómo funciona para que podamos respirar normalmente, porque si esta proteína no funcionase bien nos ahogaríamos desde adentro.

-P: Usted ha consagrado su vida a la ciencia ¿Cuáles han sido sus motivaciones personales para elegir este camino?
-R: Pienso que la gente más educada –y no hablo en el sentido elitista- puede entender más las cosas, fijarse en lo que es realmente importante y reconocer lo que no podemos mejorar.
Las universidades tenemos un papel importante: la educación para poder obtener información en la mejora de la calidad de vida de las gentes.
Hace un siglo la gente moría a los 50 años, porque moría de infección, pero con los antibióticos hemos mejorado muchísimo. ¿Cuáles son los desafíos ahora? Los distintos tipos de cáncer, el parkinson, el alzheimer…, pero creo que los desafíos más grandes son la intolerancia, la ignorancia…

-P: Cómo especialista en pulmón ¿Qué le parecen las trabas al tabaco de las distintas leyes antitabaco que han ido apareciendo en distintos países en los últimos años?
-R: No conozco las leyes en profundidad. Pero he de decir que cada pitada de cigarrillo es como si uno pusiese una pequeña bomba en este cuarto. Si se tiene suerte no pasa nada pero…
Pero entiendo que cuando existe un grupo tan importante como las tabacaleras, que se benefician de esto, ayudan para que exista adicción, y es muy difícil sobreponerse a una adicción.

-P: ¿Qué le incitó a elegir precisamente su especialidad?
-R: En esta vida la mayor parte de las cosas que nos ocurren son producto de la casualidad y la suerte. También importan los colegas que uno tiene. Yo elegí precisamente este camino por un profesor canadiense que me inspiró cuando yo era estudiante. En las ciencias ocurre mucho eso: hay gente que inspira a otras. Creo que Fernando Sánchez Gascón fue una de esas personas. Había algo en él que inspiraba a otras personas. En mi caso fue mi mentor.

-P: Háblenos del profesor Sánchez Gascón…
-R: Fernando era un hombre muy especial. Tenía esa capacidad de hacer sentir bien a la gente. Era alguien que resolvía problemas sin proponérselo. Nunca le vi decir algo malo de alguien. Él tenía una visión especial, podía entender un poquito más de lo que el resto de la gente entiende.
Era como mi hermano español, un hombre que me ha servido de mucha inspiración. Desarrollamos una relación especial. Era de esas raras personas que promueve consenso.
Cuando Fernando vino a Murcia ésta pasó a su tierra. Voy a utilizar una anécdota que me contaron de una monja que trabajó en Brasil. Decían de ella que más que enterrarla la plantaron allí. Yo creo que a Fernando le ha ocurrido eso: más que enterrarlo, lo plantaron en tierras murcianas, y nosotros, quienes tuvimos relación con él, somos parte de sus frutos.
No quiero que suene a cliché, pero es cierto: el mundo es un poco peor desde que Fernando no está con nosotros.

-P: Aunque en su caso, el ser Doctor Honoris Causa posee unas circunstancias un tanto especiales, por el hecho de que la persona que lo ha auspiciado no esté entre nosotros ¿Qué supone para usted el hecho esta distinción por la Universidad de Murcia?
-R: Me llena de honor y entiendo la responsabilidad. Pero tengo sentimientos muy encontrados, porque sé que esto fue una ilusión muy especial de Fernando, mayor incluso que para mí. El hecho de que no esté aquí me ha llevado a reflexionar mucho. Por eso pienso que este acto es parte de su hacer. Creo que es una manera de difundir su visión benevolente, pero de pensamiento crítico. Él veía que a través de la ciencia se podía hacer mucho.
-P: En su discurso de investidura alude al papel tan importante de las universidades para mejorar la sociedad, algo que ha apuntado ya en esta entrevista ¿Podría profundizar más en esa idea?
-R: Estamos en la generación del conocimiento. Existe una auténtica revolución en ese terreno, cada vez aprendemos más.
En estos momentos estamos trabajando sobre movimientos de proteínas en las células, sobre motores celulares. El tráfico de las proteínas de las células son de mayor complejidad que el tráfico en la ciudad de Nueva York. Las familias de transportes que hay en una célula es de muchísima complejidad.
A través del estudio del código genético hemos podido saber que somos muy similares todos, tenemos que celebrar las similitudes y no las infinitesimales diferencias.
Si la gente comprendiese que todos somos iguales se acabaría la violencia, porque uno no puede deshumanizar a alguien que entiende que es como él mismo.
Cada día se destruye un cinco por ciento de nuestras proteínas y se forman otras nuevas. Es como un ciclo de la vida: cada 20 días desaparecen todas. Si tenemos en cuenta que en realidad somos todo proteínas, podríamos preguntarnos quiénes somos filosóficamente.
Las universidades, al aportar más conocimiento, permiten que adaptemos la naturaleza en nuestro beneficio, que curemos enfermedades que antes no tenían cura…-P: ¿Es la labor científica algo tan gratificante como para atraer a la juventud?
-R: El científico debe trabajar más y mostrar a la sociedad la belleza de lo que hace, porque necesitamos mucha más gente joven, porque creo que a través del conocimiento vamos a poder hacer muchísimas cosas. Pero hoy en día la ciencia no parece atraer mucho a los jóvenes, existen otras cosas más rápidas que parecen tener más poder de atracción.
En el campo de las ciencias hay que desarrollar mucha paciencia y mucha perspectiva, pero ¿qué cosa mejor se puede hacer en la vida?.

En el campo de las ciencias hay que desarrollar mucha paciencia, pero ¿qué cosa mejor se puede hacer en la vida?Hoy, los desafíos más grandes son la intolerancia, la ignorancia…

A Fernando –Sánchez Gascón- más que enterrarlo, lo plantaron en tierras murcianas, y nosotros somos en cierto modo sus frutos.

Fernando Sánchez Gascón era una de esas personas capaz de inspirar a otras.

Perfil
Jacob Iasha Sznajder nació en 1948 en Belsy, República de Moldova. Con ocho años emigró al país de su madre: Polonia, y tres años después se trasladó a Montevideo. Fue en Uruguay donde accedió a su primera formación: allí estudio buena parte de la carrera de Medicina, pero distintas circunstancias políticas le obligaron a concluirla en Israel.
Desde los años 80 reside en Estados Unidos, dedicado a la investigación y la asistencia en el terreno de la enfermedades pulmonares, primero en la Universidad de Chicago y el Hospital Michael Reese. Desde 1999 trabaja en la Universidad Northwestern de Chicago como Jefe de la División de Enfermedades Pulmonares y Medicina Crítica y como profesor de Biología Celular y Molecular.
Su grupo investigador, integrado por profesionales de numerosos países, se ha centrado en el estudio de la proteína Sodio/potasio ATPasa, que resulta imprescindible para que las células y los órganos funcionen normalmente.