“Lo que divide a los hombres es hablar la misma lengua”

Entrevista realizada para la Radio Universitaria

– Pregunta: Sr. Caro Baroja, querría empezar por preguntarle hasta qué punto el lenguaje tiene el poder de manipular a alguien:

– Respuesta: No claro, este es un problema muy antiguo y muy discutido y … acerca de lo que es la palabra en sí, y el lenguaje como sistema ideomático… pues hay muchas opiniones y casi siempre la opinión se divide en dos situaciones muy contrarias: hay gentes que opinan que el lenguaje es una vía de expresión y de ampliación de la inteligencia humana, una expresión fundamental de ella, cosa que es verdad, pero…

hay personas, filósofos desde muy antiguo que han considerado que el lenguaje no es más que una sombra de las acciones humanas, una expresión insuficiente de lo que ellas son y que por lo tanto hay na parte en él de engañoso. Es evidente que el lenguaje muchas veces sirve para ocultar pensamientos, para desfigurarlos, para engañar sobre todo en términos colectivos, pues gran parte de los discursos que, por ejemplo, ciertos políticos han podido pronunciar a lo largo de la historia de este siglo han parecido otros tantos engaños a los enemigos y viceversa; es decir, que hay una proporción de relativismo en el uso del lenguaje que es lo que probablemente se va a querer discutir en este curso.

-P: ¿Cree usted que entonces la información que a menudo nos llega por los distinto medios de comunicación (ya sea radio, televisión o prensa) puede estar de alguna manera manipulada?

– R: Sí bueno, yo hablaría también de distintos hechos: una cosa es manipulación deliberada y otra cosa sería una mecanización más o menos del sistema de informar y de hablar que no es tanto manipulación como una…, no sé…, una adulteración –si quiere usted – de la forma de informar que viene condicionada por intenciones superiores a las del individuo, sea periodista o informante de cualquier medio de audisión o audición, porque no cabe duda de que en todos los incrementos de este tipo hay muchas ocasiones en las que el gusto o la tendencia a dar noticias sensacionalistas, a dar noticias únicas o extraordinarias, pues ya hace que el informante manipule, más o menos conscientemente, pero que siempre al fin y al cabo manipule la información, y eso se está viendo de continuo claro. 

– P: ¿Cree usted que el hombre hace uso del poder que tiene mediante el lenguaje potenciando hasta sus últimas consecuencias la capacidad creadora que éste tiene?

-R: Bueno, por lo menos la voluntad de hacerlo sí la tiene, ahora claro, esta voluntad pues, puede estar en contradicción con otras voluntades de personas que tienen otra idea del idioma mismo: ¡claro! siempre se puede considerar que los hombres de letras consideran el lenguaje como una especie de haber propio del que quieren sacar los mayores efectos para producir una impresión fuerte en los lectores: poetas, dramaturgos, novelistas… todos pueden tener esta idea, y claro, en esto ya vemos dos extremos que se dan mucho en la literatura moderna y que para mí son dos efectos peligrosos: uno es el del preciosismo, el usar el idioma como una joya o como algo muy precioso y que en si mismo tiene un valor como… estético, muy delicado, o el tremendismo, que es lo mismo sólo que al revés, es decir que con el lenguaje y a fuerza de dicterios, palabrotas, truculencias… se quiere también obtener un efecto. Yo creo que ¡claro!, el idioma para las personas más bien pensantes y racionales que no quieran hacer efectos tremendos ni efectos preciosistas, tiene que ser otro instrumento, tiene que ser otra herramienta, pero yo veo que en ese momento, esas dos tendencias –que para mí son una caricaturización del lenguaje con todos los respetos a las dos tendencias – cunden más y la gente tiende a una especie de efectismo ya muy monótono, muy largo que empezó a finales del siglo pasado y que sigue existiendo hoy, pero que no nos desembarazamos de esta tendencia efectista.

-P: Don Julio, los científicos, y por científicos me refiero a los hombres que estudian ciencias físico – matemáticas, suelen atar a los que se dedican a las ciencia humanas o humanísticas de no ser científicos, o que de alguna manera el acientificismo impera en sus estudios.

¿Hasta qué punto puede hablarse de una ciencia del lenguaje y hasta qué punto esta ciencia del lenguaje tiene futuro?.

-R: Bueno en esta pregunta hay como dos términos en contestar; la idea que tienen los hombres llamados de ciencias, sobre todo de ciencias físico- matemáticas, generalmente es una idea muy pobre respecto a lo que son las humanidades: ellos simplifican, hablan de que no tienen la exactitud ni el rigor que tienen sus técnicas y eso lo consideran un defecto fundamental. Hay también hombres de investigación humanística que ponen siempre el ideal en la exactitud de las físico- matemáticas, hay antropólogos que han dicho que la Antropología tiene que acercarse al ideal físico matemático – cosa con la que yo personalmente no estoy de acuerdo- porque creo que en las cuestiones en las que entren dolores, alegrías, pasiones, sentimientos de todas clases, factores de edad, de individuo, de sexo…, todo esto es mucho más importante que reducirlo a una tabla físico- matemática y claro, a mí esa especie de pseudocientificismo que hay ahora me parece una cosa perniciosa y una simplificación un poco estúpida de las cosas, eso con todos los respetos a muchas personas que no opinan como yo.

Y con relación al dominio de la ciencia del lenguaje, pues no cabe duda de que desde el Renacimiento a acá, pues la Teoría del Lenguaje, el estudio de las divisiones de las lengua en grandes ramas, el estudio de los parentescos de las lenguas a través de la Historia, el descubrimiento de la existencia de unos idiomas muy antiguos (el indoeuropeo e indo germánico) que luego tienen sus ramificaciones y derivaciones…, pues todo esto es objeto de una ciencia tan respetable como la más respetable que puede haber.

-P: Don Julio, un profesor nuestro suele decir que la lengua es “el más inocente de los dones y el más peligroso de los bienes” ¿cree usted que esto es así efectivamente?

-R: ¡Ah! La lengua como todos los elementos que son fundamentales en el espíritu humano pues se puede manejar en unas direcciones muy distintas, y …claro, considerarla como en términos morales pues es una cosa –en fin- un poco peligrosa porque no es la lengua en sí como continente, sino que es el contenido, la intencionalidad que le da el hombre. No obstante yo estoy de acuerdo con que la lengua puede producir grandes motivos de entendimiento y también grandes motivos de enemistad porque no es el conflicto de las lenguas de la Torre de Babel lo que divide a los hombres, lo que divide a los hombres es hablar la misma lengua.

-P: Don Julio, ya para terminar, me va a permitir que le haga una pregunta tal vez un poco personal, y es hasta qué punto la personalidad que su tío Pío Baroja ha podido influir en usted.

– R: Bueno, no es esta una pregunta que me produzca ninguna inquietud, yo estoy convencido de que más de la mitad de lo que yo soy o pueda ser, es cosa que debo a la influencia decisiva de mi tío, yo no soy novelista, no soy, pero creo que si soy algo de verdad es discípulo de mi tío.