“ El Consejo Social debe convertir en protagonista a la Universidad ”

José María Aroca Ruiz-Funes es el primer –y hasta ahora único- Presidente del Consejo Social de la Universidad de Murcia. Cuando hace cuatro años, recién constituido este nuevo e importante organismo encargado de incardinar la Universidad con la sociedad, se planteó el dilema de elegir Presidente. Pronto se llegó al acuerdo de que él ostentara tal designación; su prestigio y su bien ganada fama de hombre serio y respetado le convertían en el hombre ideal para la pimera legislatura de esta institución ya clásica en otros países, pero casi desconocida en el nuestro.

Estos cuatro años de labor es un tiempo más que suficiente para intentar recapitular sobre lo llevado a cabo y sobre los proyectos de futuro, que son, en definitiva, proyectos que interesan a toda la comunidad universitaria.

Cuando le preguntamos a Aroca su parecer sobre los cambios habidos en la relación Universidad-Sociedad durante los cuatro años de existencia del Consejo Social, se apresura a aclarar que no se trata de un organismo cuya superviviencia este condicionada por las realizaciones llevadas a cabo: “No se trata de un órgano –dice- que haya sido inventado por la legislación española, sino que existe en todos aquellos países donde se dan democracia y autonomía universitaria. No es, por tanto, una institución cuya supervivencia depende de su efectividad, sino una realidad necesaria para el funcionamiento de la Universidad”. No obstante, reconoce que el Consejo Social “debe enfrentarse en España a una problemática ya superada en gran parte en Europa, la del histórico desconocimiento entre ambos estamentos para procurar romper con esto, pero como todo proceso de cambio, ha de ser forzosamente lento”.

 

Optimismo ante el futuro
 

Aroca es consciente de que en este proceso habrá de acometerse realizaciones continuamente, y que no todas gozarán de una amplia difusión ni tendrán unos resultados fácilmente objetivables, pero en todo caso está convencido de que deben ser todos, pequeños y grandes logros, los que ayuden a construir el proyecto de Universidad abierta y útil a la Sociedad que todos deseamos: “No pensamos –manifiesta- que se trate de un proyecto voluntarista en el que dos o tres actuaciones muy notorias puedan obtener relevancia pública, hay que construirlo paso a paso y, sobre todo, estamos convencidos de que no es el Consejo Social el que ha de erigirse como protagonista, su misión en todo caso es ayudar a que la Universidad esté permanentemente protagonizando”.
En cuanto el futuro de esta conexión Universidad-Sociedadd, Aroca se muestra claramente optimista, a pesar de que reconoce que en ambos sectores existen reticencias a este acercamiento, pero está convencido de que se trata de sectores muy minoritarios: “La mayor parte de la universidad de consciente de la necesidad de abrirse a la Sociedad, pero es preciso que encuentre en ésta la adecuada receptividad, y tenemos que ser conscientes de que se trata de algo que no se va a conseguir de la noche a la mañana”. “De todas formas –concluye- soy optimista en este sentido porque ambos estamentos se necesitan y porque es imprescindible para equipararnos a Europa”.

 

Necesidad de conocer la realidad
 

A la hora de efectuar valoraciones sobre el trabajo llevado a cabo en estos años, Aroca destaca entre otras actuaciones la realización de un ambicioso estudio sobre los recursos de la Universidad dirigido a un mejor aprovechamiento de los mismos. “Hay que ser conscientes –nos dice- de que no se puede acometer y resolver los problemas si no se conoce la rrealidad”. “Este ‘consulting’ –prosigue- será la base para saber exactamente por dónde hay que ir para incardinar la Universidasd y la Sociedad, y posibilitará toda una serie de importantes actuaciones futuras; de él saldrá, por ejemplo, un catálogo con todas las líneas de investigación llevadas a cabo en la Universidad y que podrán ser ofertadas a las instituciones tanto públicas como privadas”. Una segunda parte será la de conocer las demandas de la sociedad e intentar afrontarlas por la Universidad, es decir encajar la demanda con la oferta. “Esto es algo –manifiesta- que sabemos lento, pero sobre lo que hay una gran voluntad de llevarlo a cabo”. “A este respecto –señala- será pieza importante la colaboración de la Fundación Universidad-Empresa”.

Otras iniciativas importantes del Consejo han sido el auspiciar un organismo tan importante como la citada Fundación Universidad-Empresa, que ya ha empezado a dar sus frutos, o la presentación del Programa Erasmus, que se hizo en la Universidad murciana con carácter nacional.

Entre las actuaciones concretas, Aroca destaca asimismo las gestiones del Consejo Social para conseguir cursos de postgrado y masters sobre temas que se saben especialmente interesantes en el momento actual, tales como cursos de Derecho Comunitario o de diseño. A este respecto se ha creado una comisión de expertos que analiza los nuevos Planes de Estudio para intentar establecer cuáles son las demandas de nuestro entorno y proponer al Consejo Social líneas de actuación.

También destaca el elevado número de propuestas que presentaron las distintas comisiones del Consejo Social a finales del curso pasado como resultado de numerosas reuniones de trabajo: “Todas estas cuestiones –manifiesta- servirán para efectuar un replanteamiento de las actuaciones a llevar a cabo y para tener una visión de las necesidades que la Universidad puede tener a corto y largo plazo”. “Ya se está trabajando –prosigue- en algunos de estos temas planteados”.

 

Proyectos y realidades
 

Entre ellos se están llevando a cabo reuniones con representantes de todos los departamentos para realizar un estudio sobre las necesidades departamentales y conocer sus demandas; se van a estudiar las deficiencias de los presupuestos de la Universidad, para lo que ya se están recabando los de otras universidades próximas a la nuestra en cuanto a número; se está estudiando las posibilidad de establecer líneas crediticias de bajo interés con el fin de financiar el importe de las tasas universitarias para alumnos no becarios con dificultades económicas; también se pretende ir dotando a los alumnos de tercer ciclo de un porcentaje similar de becas para realizar estos estudios que el que ya hay establecido para el segundo, pues hasta ahora existe una clara discriminación entre los estudiantes de uno y otro ciclo; se están manteniendo reuniones con directores de institutos y padres de alumnos para intentar llegar a una prueba de selectividad más equilibrada y para realizar una oferta de Cursos de Extensión Universitaria que interesen realmente a los alumnos; se pretende por fin llevar a cabo una amplia y profunda revisión de los convenios firmados por las Universidad con instituciones tanto públicas como privadas para conocer qué convenios son los que están funcionando en la práctica y darlos a conocer para su mejor aprovechamiento.

Otros puntos contemplados en el citado trabajo del Consejo Social son las residencias para estudiantes y las sociedades de antiguos alumnos: “Hace tiempo que se planteó la conveniencia de ir fomentando las residencias universitarias. Creemos que sería conveniente realizar una experiencia piloto de residencias mixtas de estudiantes y trabajadores para que pudiera haber una intercomunicación entre estos colectivos cuyas distintas problemáticas podrían enriquecerlos mutuamente”. “Estamos en contacto con diversas instituciones para intentar llevar a cabo esto, pues pensamos –continúa- que puede ser incluso rentable para la iniciativa privada”.

En cuanto a las sociedades de antiguos alumnos, se trata de un tema potenciado por todos los Consejos Sociales, por cuanto “significa –nos dice- una fuente de ayuda a la Universidad, y sobre todo, puede constituir una relación muy especial de esta institución con la sociedad, pues los antiguos estudiantes se sentirán para siempre ligados a la Universidad de Murcia”.

El Consejo Social de la Universidad de Murcia celebra anualmente reuniones con el resto de Consejos de las universidades del Estado Español. Se trata, no obstante, de reuniones con planteamientos muy generales, pues los problemas más importantes varían mucho de unas universidades a otras: “Las autonomías hacen que las universidades sean competidoras, y la problemática de cada una varía enormemente en función de las características no sólo de cada centro, sino de las necesidades y posibilidades regionales”.

 

Los retos que se avecinan
 

La incorporación total a la C.E.E. y las nuevas tecnologías que se perfilan en todos los órdenes supondrán un importante desafío para las universidades españolas. Para el Presidente del Consejo Social, se trata de retos comunes a todas las universidades: “El primero –señala- es la desproporción entre los medios y la tarea que ha de acometer para adaptarse a las demandas de las universidades europeas y a su homologación con éstas, con las que estamos obligados a competir”. Aroca piensa que la libre circulación de profesionales perjudicará a los universitarios españoles en un principio: “Sinceramente creo que no estaremos a la altura en los primeros años, yo confío que acabaremos adaptándonos, pero al principio seremos, evidentemente, un país que más que tener profesionales emigrantes, sufriremos una gran inmigración, casi una colonización, de profesionales de otros países que vendrán a suplir una serie de carencias que ahora tenemos”.

“La de Murcia –continúa- como Universidad media, tendrá que adaptarse a ese proceso, pero estimamos que para esa adaptación están hoy por hoy mucho mejor preparadas las universidades transferidas que las otras. Esta es una de las luchas que tenemos ahora con el Ministerio, pues nos faltan estudios como el segundo ciclo de Informática, algo absolutamente necesario ante el previsible desarrollo de la Región y que venimos reclamando infructuosamente desde hace tiempo. Murcia está estrangulada entre dos autonomías grandes, y no tenemos la capacidad de actuación de las universidades limítrofes”. Se da así la circunstancia de que mientras para las universidades dependientes del MEC, es vinculante la decisión positiva o negativa del Consejo de Universidades cuando se reclaman nuevos estudios, para las universidades de regiones con plenas transferencias no lo es: “La reivindicación del traspaso de competencias en lo referente a universidad –nos dice- es una demanda que seguiremos manteniendo”.

El Presidente del Consejo Social, por último, no ve incompatibles el desarrollo de las universidades públicas con el de las privadas: “Yo creo –manifiesta- que la Universidad Pública española no podrá atender todas las demandas de la sociedad, y ahí es donde veo el papel de las universidades privadas, que deberían realizar un papel subsidiario, realizando ofertas que no pueda hacer la pública para complementar así los estudios”. “De todos modos –prosigue- la universidad privada no debería ser discriminatoria en lo económico, por el contrario, debería posibilitar el libre acceso de todos los que optaran por ella”.