Bieito Rubido

“El mundo, nuestra sociedad, nuestra vida, son mejores ahora que en otros tiempos” (Bieito Rubido, director de ABC)

“A la nueva izquierda no le gusta los empresarios ni los bancos, pero son precisamente ellos los adalides del progreso”

“Las grandes transformaciones acarrean grandes consecuencias, y nosotros somos los protagonistas de unas y de otras”

Bieito Rubido, director de ABC, intervino ayer lunes en el Foro Nueva Murcia, que se celebró en el Salón de Actos del Centro Social del Campus de Espinardo. El acto contó con la intervención del Rector José Orihuela, que afirmó que “en las universidades somos cada vez más conscientes de la importancia de comunicar lo que hacemos”. Dirigiéndose a los responsables de medios de comunicación allí presentes, afirmó que “Los medios de comunicación sois imprescindibles para que esa comunicación fluya”, y pidió su ayuda en esta tarea.

El caladero de los populismos

Orihuela
El Rector Orihuela defendió la necesidad de que las universidades comuniquen a la sociedad lo que hacen. Foto: OMEGA/UMU.

En su charla, Bieito Rubido afirmó que la crisis económica ha dejado una sociedad desmoralizada, que es justamente el caladero en el que pescan los populismos, tanto los de derechas como los de izquierdas. Pero es falso que la sociedad esté ahora peor que antes, “la realidad en la que se centra el debate político es falsa: nunca se ha vivido mejor que como se vive hoy”. Dijo que 99 por ciento de la gente nacida antes de la Revolución Industrial estaba condenada a ser pobre, esta claro que hemos progresado, comentó

En su charla, Rubido afirmó que “El mundo actual ha mejorado en todos los aspectos, pese a la visión catastrofista que muchos dan”. Se quejó el director de ABC de la buena acogida que tienen actualmente las visiones negativas de todo: “Estamos instalados –dijo- en la subcultura de la queja”, y afirmó que “para la extrema izquierda, todo progreso ha sido criticado en base a esa subcultura”, y añadió que “la izquierda se opone al progreso” y a cualquier innovación.

“La izquierda tuvo su sentido en otro momento”, afirmó, “pero ahora estamos instalados en una izquierda que enmienda la plana al capitalismo. A la nueva izquierda no le gusta los empresarios ni los bancos, pero son precisamente ellos los adalides del progreso”.

Dijo comprender que la izquierda tenga adeptos, porque puede tener su atractivo: “la subcultura de la queja es muy cómoda”, es mucho más cómodo quejarse, afirmó, que “subirse a un barco, navegar, faenar y traer dinero a casa”. “Destruir es más fácil que crear, poner a caer de un burro a Steve Jobs es mucho más fácil y menos cansado que montar desde un garaje la primera empresa del planeta”, comentó.

Orihuela y Tomás Fuertes
El Rector José Orihuela conversa con el empresario Tomás Fuertes, patrono del Foro Nueva Murcia. FOTO: OMEGA/UMU.

Según Rubido, “España, como país católico, continúa instalada en la subcultura de la queja, de la sospecha frente a quienes tienen iniciativa”. Afirmó que la jornada laboral la montó por primera vez un ministro liberal llamado Winston Churchill, y que el sistema de pensiones también se le ocurrió a otro político moderado llamado Bismarck, “pero da igual, la poesía atrae más que los datos, y siempre es bueno creer en un enemigo exterior”. El resentimiento, una República que fue un desastre, el odio a un enemigo a quien se le niega el pan y la sal, los ademanes sectarios de quien siente asco porque no piensa como él… “Así se va creando un estado de opinión que no tiene nada que ver con el estado real de las cosas, porque el mundo, nuestra sociedad, nuestra vida, son mejores ahora que en otros tiempos”.

La prensa actual

Se refirió también a la prensa para decir que el periódico actual debe estar “presidido por coordenadas propias, pero éstas deben ser ideas, principios y valores, no siglas ni apellidos”, añadió que ABC, su periódico, no es de ningún partido ni de ningún presidente, “sino un diario liberal conservador que defiende la unidad de España, que protege el derecho a la vida como un regalo irrenunciable, que vela por la familia y que invita al saber, a la cultura, a la libertad, al esfuerzo y a la responsabilidad como carácter del progreso humano”.

Añadió que “uno puede ser independiente, pero no equidistante: no podemos mirar igual a las víctimas que a los verdugos”. “Hoy, y a mucha honra, las perspectiva de los ojos con los que miramos la realidad, nos diferencia a unos de otros”, de ahí, dijo, que los periódicos cuenten la realidad de distinta manera.

Añadió que, en el momento actual “ha aparecido un nuevo extremismo protagonista en los medios de comunicación a la hora de conformar la opinión pública, que son las redes sociales”.  Se refirió también Bieito a que “las noticias buenas no venden”, y que “el hombre tiende siempre a asumir que todo va peor, cuando la realidad es que todo va mucho mejor”.

Según el director de ABC, “somos los medios los que estamos creando unas expectativas que frustran después a los ciudadanos”, y dijo que esto ocurre porque falta un pensamiento más elaborado,  porque estamos en la dictadura de lo políticamente correcto y porque se simplifica en exceso los pensamientos. “Esto –dijo- genera un caladero donde surgen nuevos chamanes políticos y mediáticos que lo van a arreglar todo pero no arreglan nada, y que se aprovechan de una ciudadanía tendente a la credulidad”.

Las nuevas tecnologías y la capacidad del ser humano para transformarse, hacen que nos encontremos de nuevo ante un abismo, “no sabemos como será el futuro” Las nuevas tecnologías están transformando también la opinión pública, “pero no hay nada nuevo bajo el sol sobre las grandes cuestiones”, lo que caracteriza a nuestra sociedad es el cambio tecnológico y la velocidad con la que este cambio produce cambios en la sociedad, pero la esencia del ser humano sigue siendo la misma que la de hace cinco o diez mil años: seguimos amándonos como solíamos, odiándonos como solíamos… el futuro, aun siendo inquietante, “resulta apasionante”. “Tenemos que ser conscientes –dijo para finalizar- de que las grandes transformaciones acarrean grandes consecuencias, y que nosotros somos los protagonistas de unas y de otras”.