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Diego Vera: 32 años entre noticias universitarias

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Fue tal día como hoy, en 1984, cuando Diego Vera se incorporó como Jefe del Gabinete de Prensa de la Universidad de Murcia.

En estos 32 años, por sus dedos, y ante sus ojos, han pasado las páginas de más de 200.000 periódicos y revistas, a la caza de la noticia relacionada con la Universidad de Murcia.

Su mirada escrutadora, y curtida en batallas periodísticas cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos, han revisado millones y millones de páginas para proporcionar a la UMU la mejor memoria periodística que ha tenido en su historia centenaria. Los archivos rellenados por él mismo a mano, con paciencia de orfebre, contienen la vida de nuestro centro en todos y cada uno de los aspectos: académico, cultural, investigador, científico, y hasta en el terreno de la pura anécdota.

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Diego Vera en su despacho. Foto: P. V.

Todas y cada una de las noticias en las que la Universidad de Murcia ha sido protagonista, están presentes en ese archivo compuesto por cientos y cientos de archivadores de apretada composición, cuyo contenido podría recorrer cientos de kilómetros puesto en fila.

Son cifras que dan idea de la dedicación a un oficio durante toda una vida. Datos abrumadores de un material llamado a ser la mejor fuente para investigar en el futuro la historia de la Universidad de Murcia, sobre sus protagonistas, sobre sus hitos investigadores, sobre sus logros académicos, sobre el acontecer cotidiano y sobre los acontecimientos más relevantes. Un material imprescindible ya para todos los que formamos parte de esta comunidad universitaria.

Pero detrás de todos estos números, mareantes como todos los sumatorios que reflejan y resumen una vida de dedicación y trabajo, o mejor: por encima de todas estas cifras, está la calidad humana y la profesional. Donde Diego pone el ojo, pone la nota de prensa. Su olfato periodístico es  proverbial entre los profesionales de la Región, capaz de desentrañar una larguísima reunión, de ofrecer luz sobre una sesuda declaración o resumir un tema peliagudo en unas líneas que arrojen luz sobre el meollo de cualquier cuestión. Sus notas de prensa, ecuánimes y lúcidas, podrían hoy formar parte de un manual para que los nuevos alumnos de periodismo sepan afrontar cualquier tema con los matices necesarios para su adecuada corrección.

Muchas personas que no habían nacido cuando Diego Vera se incorporó a las labores periodísticas en la Universidad de Murcia, enseñan hoy en este centro a las nuevas generaciones de estudiantes. Y él sigue en el tajo, en la labor de ofrecer la información de lo que va aconteciendo en nuestra universidad. En su labor callada y continua. Construyendo, aun sin pensar en ello, la historia de este centro, crucial desde hace un siglo para los intereses de la Región de Murcia.

*(A pesar de compartir apellido y trabajar en temas afines, el autor y el protagonista de este artículo no comparten ningún tipo de lazo familiar).

4 pensamientos sobre “Diego Vera: 32 años entre noticias universitarias”

  1. En esta época tan convulsa es gratificante leer palabras de reconocimiento hacia esas personas que a lo largo de su vida han dejado horas y horas de su vida personal para hacer grande nuestra Universidad.
    Son los compañeros cercanos los que saben y conocen el esfuerzo y el sacrificio de otros, y estos agradecimientos son los que se hacen con el corazón.

    Valga estas líneas para hacerte llegar mi agradecimiento por tu trabajo sencillo y continuo, que ha mostrado a nuestra Región todo lo que debe saber de nuestra Universidad.

  2. El trabajo eficaz y minucioso de información y documentación realizado por Diego Vera, pero también la atención que ha prestado a los medios informativos y a los compañeros en la profesión, han convertido la labor del jefe de prensa de nuestra primera institución docente en una “información de fuente”, es decir fiable y al servicio tanto de la institución como de los medios. Es un modelo de comunicación institucional. Gracias.

  3. Diego Vera, con esa cara de sabio risueño y amable (que esconde en realidad a un sabio risueño y amable), ha sido, y es, un compañero de los que crean escuela.
    Su autoridad como profesional, callada pero firme, dimana del conocimiento profundo de una profesión que ejerce con honradez y maestría.
    Gracias, Diego.
    (justo montoya)

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