Pintura vitalista y emergente que nos implica en un mundo de espacios controlados por la forma que da sentido al color, al tiempo que nos suscitan rincones pasados, mezcla de erotismo colorista y de sutileza anunciada, así es la pintura de Ana Buitrago.

Para aquellos que la conocemos, nos es más fácil penetrar en su mundo interior que se manifiesta en la representación particular de su obra, mediante el dibujo mediatizado, muchas veces absorbido por la sensación cálida de color, que nos fija en el punto central del tema que se nos presenta.

Otras veces los grupos de líneas poligonales, uniformes y de grosores fijos, determinan la masa, dando una estructura geometrizante propia, que rompe con la abstracción, pero que a la vez la completa, formando un todo expresivamente llamativo, que deja un impacto inusual en la pupila.

Visión fundamental de espacios controlados por la materia de lienzos que despiertan sentidos dormidos y olvidados, pero que fundamentan la mirada del espectador, marcándole los pasos a seguir en la contemplación del cuadro.

Ana Buitrago nos sorprende con una pintura intimista y sensual que nos sumerge en un mundo propio, el suyo, cálido y creativo a la vez, propio de los verdaderos artistas.

Antonio Buitrago Puche.

Fotos: Luis Urbina