Esta obra, novedad publicada en la colección editum fuentes, es de Diego Melo Carrasco, Licenciado y Magíster en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile y doctor en historia por la Universidad de Salamanca. Sus principales líneas de investigación son la Historia del Islam Clásico, historia de al – Andalus e Historia del Magreb Medieval. Actualmente es profesor de Historia de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile).
“…Manuel García Fernández nos refiere que: “la tregua fue desde siempre una institución fronteriza tremendamente monótona, que repitió desde el siglo XIII idénticas cláusulas, todas derivadas del modelo que se establece a partir del vasallaje granadino del Pacto de Jaén de 1246, protocolos y obligaciones genéricas, a nivel siempre de estado o reino; que sin embargo presentó importantes clausulas particulares, específicas de cada momento histórico que no solo las diferencian sino que las explican”.
Pese a los esfuerzos previstos por las treguas, siempre existió un “tono de vida” que se manifestaba en cierta inseguridad, porque el peligro y la amenaza eran constantes. Es por eso que resultaba extremadamente difícil impedir las incursiones de toda clase de aventureros, ya que la despoblación y la orografía facilitaban la penetración. Con todo, la paz era respetada y anhelada ya que no solo proporcionaba seguridad sino también comprensión, olvido del pasado y de las diferencias. Paz real pues la vecindad facilitaba aquel conocimiento más íntimo entre los individuos de ambos lados, inconcebible en tiempos de guerra, y propiciaba un clima de sinceridad y comprensión.
Teniendo en cuenta lo anterior, es posible afirma que a pesar de la compleja dinámica fronteriza, las treguas permitieron el establecimiento de unos determinados cauces de convivencia entre cristianos y musulmanes con independencia de las posibles agresiones locales aisladas. En este sentido “racionalizaban” la vida de frontera, haciéndola si se quiere, “más humana” y menos expuesta al enfrentamiento ideológico, tal y como dan cuenta algunos aspectos menudos de la vecindad cotidiana, como el comercio, el pastoreo, intercambio de prendas, etc.
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